Un año sin José Luis Cuerda: un gran amor, una dura pérdida, dos hijas y una bodega
El director de 'La lengua de las mariposas' o la mítica 'Amanece que no es poco' fallecía en Madrid a los 72 años el 4 de febrero pasado
"¡Alcalde, todos somos contingentes, pero tú eres necesario!". Esta frase del acervo de cualquier cinéfilo de la emblemática película 'Amanece que no es poco' se podría aplicar a su artífice, el ya legendario director José Luis Cuerda, que fallecía el 4 de febrero del año pasado a los 72 años a consecuencia de una embolia en el Hospital de la Princesa de Madrid, a donde había acudido a una cita médica.
Una pérdida enorme que inmediatamente se vio reflejada en las redes sociales, donde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue de los primeros en lamentar su desaparición con unas palabras que reflejaban muy bien el sentir de sus admiradores: "El cine español no se entiende sin José Luis Cuerda. Con su particular mirada, su humor surrealista y una especial forma de emocionarnos se hizo imprescindible, mucho más que necesario. Triste noticia la muerte de alguien que nos ha hecho más felices, más libres. Gracias, maestro".
La trayectoria de Cuerda no solo se entiende a través de sus películas, por las que fue reconocido con el Goya en cuatro ocasiones, como guionista de 'Los girasoles ciegos' y 'La lengua de las mariposas', y como productor de dos de los títulos más celebrados de Amenábar, por quien apostó desde el principio de su carrera, 'Tesis' y 'Los otros'. También por su brillantez demostrada en todas y cada una de las entrevistas que concedía, y en Twitter, donde tenía más de 152.000 seguidores. Una red social donde demostró su enorme sentido del humor y su gran sensibilidad, como cuando en julio de 2013 afirmaba que "mi hija Elena, arquitecta, especialista en sostenibilidad, se fue ayer a Holanda. Esto no se sostiene".
El director de 'Tocando fondo' y 'La marrana' tenía dos hijas, la ya mencionada Elena e Irene, ambas arquitectas de profesión y con unas trayectorias brillantes, quienes en 2016 fueron protagonistas de las páginas económicas al haber ganado una batalla judicial a la Comunidad de Madrid que sentó jurisprudencia en lo que a cobrar herencias se refiere, en este caso la de su madre y gran amor del cineasta, María Esperanza Barcaiztegui, que falleció tras una larga enfermedad.
El Tribunal Supremo rechazaba que los herederos de una compañía deban tener parte del capital de la misma para poder obtener la exención fiscal del 95% en el impuesto sobre sucesiones. En su lugar, solo deben figurar como directivos, además de tener el correspondiente parentesco con los propietarios. El alto tribunal dictaminó que ambas ejercían funciones de dirección en la sociedad Producciones A Modiño al ser gerentes y "por tal concepto debe entenderse que se cumplen todos los requisitos para aplicar la bonificación", según recogía el diario 'Expansión".
María Esperanza Barcaiztegui fue, lo decíamos, el gran amor de José Luis Cuerda, quien demostró tener un enorme sentido del humor cuando en su funeral leyó el horóscopo de su mujer correspondiente a ese día: "No recuerdo lo que decía el horóscopo, pero era tremendo y lo leí en el púlpito llorando. Soy muy llorón. Las noticias diarias me hacen llorar y lloro al ver a gente mencionada", declaraba en una entrevista a 'El País' con Diego Galán el 1 de febrero de 2016.
Su mujer y sus hijas estaban muy presentes en algunas de las decisiones profesionales que tomaba, como por ejemplo a la hora de producir a un entonces desconocido Alejandro Amenábar. "Yo estaba rodando una película y la secretaria de mi oficina me dijo que un chico les había llevado un guion, pero que ellos no lo veían. ¡Era el guion de 'Tesis'! Entonces me lo dieron a mí, lo leí, vi que era estupendo, se lo dejé a mis hijas y a Esperanza, mi mujer, y les pregunté: “¿Me animo a producirlo? Me dijeron: “Tú verás, pero a nosotras nos haría ilusión”. Así es como descubrí a Amenábar. Recuerdo que en esa época le invité a un rodaje para que viera cómo se hacía una película por dentro, y cuando volví del parón de la comida, ya estaba sentado en la silla del director", manifestaba en 'Vignerons', donde desvelaba también cómo había acabado siendo propietario de una bodega, y eso que no era lo que se dice un enólogo...
"No tenía ninguna relación con el vino hasta que produje la película 'Los otros', de Alejandro Amenábar. Un día me llamó Pachi Vázquez, que fue conselleiro de la Xunta de Galicia y alcalde de O Carballiño, y me dijo que había oído hablar en el bar de que se vendía una finca en el Ribeiro que estaba muy bien. Fuimos a verla y me encantó el entorno. La finca se llama Cerrada da Porta, está en Cubilledo, dentro del concello de Leiro, y es un caserón del siglo XVI fabuloso. Yo no hubiese pensado en la vida en dedicarme a esto. Tengo úlcera de duodeno, y aunque gracias a ello me libré de la mili, también me ha impedido beber alcohol. Me gusta el vino bueno, pero los alcoholes duros no", subrayaba Cuerda, quien aprovechaba para definirse como "un cineasta de aquí y de allí, que no es poco".
La vida del cineasta albaceteño tiene numerosos ingredientes como para haber sido también el argumento de una de sus películas, como dejó de manifiesto en su divertidísimo libro 'Memorias fritas', en el que recordaba su infancia, su paso por el seminario, su trabajo como director y un pasado que estuvo marcado por su padre, que era jugador profesional de póquer: "Es una cosa para la que hay que estar muy lúcido. De hecho, los Cuerda nos fuimos a vivir a Madrid porque mi padre le ganó a un constructor un piso en el paseo de La Habana, a estrenar, y nos fuimos para allá. Un piso que vendimos luego en 73 millones de pesetas. Fue una buena mano. A mí me parece el dinero mejor ganado y más honradamente, porque tú lo que ganas a otro es lo que él quiere ganarte a ti. No hay relación económica que sea más limpia", declaraba en una entrevista en 'La Voz de Galicia' hace tres años.
"¡Alcalde, todos somos contingentes, pero tú eres necesario!". Esta frase del acervo de cualquier cinéfilo de la emblemática película 'Amanece que no es poco' se podría aplicar a su artífice, el ya legendario director José Luis Cuerda, que fallecía el 4 de febrero del año pasado a los 72 años a consecuencia de una embolia en el Hospital de la Princesa de Madrid, a donde había acudido a una cita médica.