Ainhoa Arteta se refugia en el País Vasco de su 'crisis' con Matías Urrea

La soprano y Matías Urrea no han dicho la última palabra sobre su relación. Al menos de momento, la ruptura no es definitiva, según ha podido saber Vanitatis de fuentes cercanas a la cantante. La pareja ha asistido “atónita” a los titulares de las publicaciones en las que daban por finalizado su matrimonio. La misma Ainhoa ha comentado entre sus amigos que ha sido "la primera sorprendida”.

La noticia, tal y como publicábamos en este medio, también ha cogido por sorpresa al propio Matías Urrea, que se enteró al ver la información en las revistas del corazón. Ambos no han descartado denunciar a los medios que difundan "este tipo de bulos que son inciertos". Ainhoa también ha precisado que “no sabe nada de un comunicado conjunto" sobre el que se ha especulado. "La pareja jamás ha hablado de ello", explican desde su entorno.

Ante la polvareda generada, la soprano se ha quitado de en medio y se refugia estos días en el País Vasco, en la casa de su padre en Ispáster, un municipio de Vizcaya. José Ramón Arteta es para la cantante el hombre más importante de su vida. Por todo su entorno es conocida la adoración que Ainhoa siente por su progenitor. El músico de 87 años ha arropado a su hija en todos los momentos de la vida.

Ainhoa cuenta siempre en las entrevistas que “don José Ramón” es el auténtico responsable de su amor por la música. Siempre recuerda cómo a los seis años, en Tolosa, su padre le regaló el día de su cumpleaños un disco de María Callas, y fue la primera señal que ella tuvo para enfocar su futuro. José Arteta, profesor de música, quiso inculcarle a su hija estos valores. Se dedicó a prepararla vocalmente, y el hecho de hacer las veces de padre y profesor, a su vez muy estricto, levantó sentimientos contradictorios en la vida de la cantante: “Es que mi padre es de esos de la sangre con una torta entra. Pero con el tiempo he entendido que si no hubiera sido tan severo, yo no hubiera aguantado en muchos momentos en mi vida en esta carrera”.

Es por eso que cada vez que Ainhoa ha tenido un problema, se refugia en Ispáster, su lugar en el mundo, su parada obligatoria siempre que le duele el corazón, como ahora. El lugar le trae recuerdos inolvidables. Es el pueblo en el que Ainhoa pasaba los veranos en casa de sus abuelos y en el que ahora vive su padre: un refugio perfecto para reponerse emocionalmente. "Hasta que pase la tormenta”.

Matías en Madrid

Según ha sabido este medio, Matías Urrea se ha quedado en Madrid, mientras que su mujer espera que se calmen las aguas para regresar. En su entorno más cercano nos precisan que discusiones "las tienen todos los matrimonios. Son opuestos de carácter y no es fácil para ninguno de los dos. Cuando uno está enfadado se dice de todo, y luego no son decisiones reales, sino cosas que uno pronuncia cuando se siente muy mal o está enfadado".

Arteta y Urrea se casaron en junio de 2019 en un castillo en El Puerto de Santa María, Cádiz, rodeados de 300 invitados y numerosos fotógrafos. Era la cuarta boda para la soprano y la segunda para el capitán, que dejó su carrera militar para ejercer como representante de la artista. Nada ha sido fácil para ellos desde entonces. La artista se contagió de coronavirus en febrero y sufre el covid persistente desde entonces. En abril, la cantante compartía un vídeo de ella en silla de ruedas en el aeropuerto de Barajas en el que explicaba que tenía inflamadas “las venas dentro de las rótulas de los huesos”.

Por todo ello, Ainhoa ha tenido que guardar reposo absoluto. Este verano volvió a llevarse otro susto. Arteta ingresó en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla como consecuencia de un cólico nefrítico. La situación se complicó y tuvo que pasar diez días en la UCI por una infección grave. La artista estuvo ingresada más de un mes en el centro. Fue en esta situación cuando empezó a circular en algunos círculos periodísticos que la pareja se había separado. A mediados de agosto llegó a esta redacción el rumor, pero Matías Urrea lo desmintió entonces rotundamente.