Eugenia Martínez de Irujo habla sobre cómo fue su encuentro con Fran Rivera en el funeral de María Jiménez

Este pasado fin de semana, la duquesa de Montoro acudía a la fiesta de inauguración del Universal Hotel Music en Madrid, donde hablaba con la prensa allí presente. Eugenia confesaba que aún se encuentra afectada por el repentino fallecimiento de su amiga la cantante María Jiménez, que el pasado viernes recibía sepultura.

Precisamente, en su último adiós coincidió la hija de la duquesa de Alba con su exmarido, Fran Rivera, con el que se mostró cercana durante la misa funeral en Sevilla. Cada uno de ellos acudió con sus respectivas parejas: Eugenia con su marido, Narcís Rebollo, y Francisco con su esposa, Lourdes Montes. Cuando le preguntaron cómo había sido el encuentro, aseguraba que “tanto él como yo nos queríamos mucho y María nos tenía muchísimo cariño”, según recoge la revista ‘Lecturas’. Un amor que también implica a la hija de ambos, Tana, muy emocionada en el funeral.

De hecho, el torero fue uno de los encargados de portar el féretro junto a Alejandro, hijo de la cantante y bailaora sevillana. Eugenia quiso además contar que llevaba “un coral que me regaló ella” en la muñeca, a modo de pulsera. “Lo llevo para que esté conmigo”, decía la duquesa, que también aseguraba en palabras recogidas por la citada revista que “yo la quería mucho. La quiero porque para mí ella va a seguir siendo eterna, siempre”.

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Llegaba a compararla con otra grande de nuestro país: “Una artista con esa raza, con esa fortaleza, con ese arte… Es que yo solo la puedo comparar con Lola Flores, casi nada”, afirmaba. No quería irse del photocall sin reivindicar ante la prensa: “Tengo que decir una cosa, que me da mucha mucha rabia. Creo que es muy injusto que se fuera con el dolor de no llevarse la Medalla de Andalucía, que tanto se ha merecido. Eso lo quería ella”, terminaba, confesando una de las espinitas con la que murió María Jiménez.

En sus redes sociales, Eugenia se despedía con una imagen de joven de la artista con estas palabras: “María, para mí siempre serás eterna. Me niego a pensar que te has ido… Espíritu indomable, única e irrepetible, y una raza y personalidad arrolladora. Siempre contigo, María. Te quiero”.