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Cayetano Martínez de Irujo, el palacio de Arbaizenea y un pelotazo fantasma
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Cayetano Martínez de Irujo, el palacio de Arbaizenea y un pelotazo fantasma

El duque de Arjona negocia con el Ayuntamiento de San Sebastián la permuta de unos terrenos de su propiedad por otros propiedad del consistorio

Foto: Cayetano Martínez de Irujo, en una imagen de archivo. (Getty)
Cayetano Martínez de Irujo, en una imagen de archivo. (Getty)

El palacio de Arbaizenea es un lugar privilegiado, la "última gran casa que queda en la ciudad", como dice con orgullo su actual dueño, Cayetano Martínez de Irujo, quien la mantiene en perfecto estado de conservación. Se trata de una de las propiedades más singulares, bellas y desconocidas de la Casa de Alba. Quizá porque forma parte del legado que dejó Luis Martínez de Irujo, el primer marido de Cayetana Fitz-James. La duquesa Cayetana se la donó en vida al duque de Arjona, quien es su actual propietario. "¿Sabes por qué me la donó a mí?", explica a Vanitatis al otro lado del teléfono, "porque, según me dijo, sabía que era el único que la iba a defender".

Se trata de una casa de estilo inglés edificada en 1881 por orden del duque de Sotomayor, Carlos Martínez de Irujo y del Alcázar, abuelo del primer marido de Cayetana de Alba. A finales del siglo XIX, San Sebastián y Zarauz vivieron su 'belle époque', cuando la nobleza española elegía el norte para sus veraneos. Fue construida al estilo de los 'cottage' británicos, sobre un caserío que tenía un gran bosque de roble.

El palacio fue la residencia de verano favorita de la familia. Pese a que sus agostos más celebrados los viviera en sus residencias de Marbella e Ibiza, doña Cayetana siempre fue fiel a San Sebastián. Cuando murió Luis Martínez de Irujo, Cayetana decidió quedarse esta residencia en vez de dársela a sus hijos, una decisión algo controvertida dentro de la familia. No fue hasta que repartió sus principales bienes en vida cuando el palacio llegó a manos de Cayetano Martínez de Irujo.

Para sustentar financieramente la finca, el duque de Arjona permite que se alquilen sus jardines para bodas (algunas mediáticas, como la de Leyre Martínez, la cantante de La Oreja de Van Gogh). "Se hacen unas ocho o diez al año, y eso me ayuda a sufragar un 40% de los gastos de la finca", explica Martínez de Irujo, que estos días ha estado precisamente en San Sebastián para aclarar un asunto que ha llegado incluso a la prensa vasca: su presunta intención de llevar a cabo un pelotazo inmobiliario con parte de los terrenos de Arbaizenea.

placeholder Vista del palacio de Arbaizenea.
Vista del palacio de Arbaizenea.

En 1997, la Casa de Alba llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento donostiarra para que la finca Arbaizenea, de 15 hectáreas de extensión, quedase limitada a 2 hectáreas. El Ayuntamiento asumía 10 hectáreas de terreno para convertirlo en un parque público, y las 3 hectáreas restantes se recalificarían para desarrollar 84 viviendas, como recogió el Plan Parcial aprobado en 2006. "Mi madre donó ese terreno completamente gratis", aclara Cayetano, "y ahora han intentado hacer ver que quería hacer algo parecido a cambio de dinero, cuando ni se puede ni tiene sentido".

En las últimas semanas han sido habituales las reuniones entre el Ayuntamiento y Cayetano Martínez de Irujo; se traían algo entre manos, pero no se sabía exactamente qué. Los concejales populares interpelaron a la concejala de Urbanismo pidiéndole explicaciones, insinuando que podría haber algún tipo de maniobra espuria en ciernes. "La intervención de los populares llegó a conocimiento de Cayetano Martínez de Irujo, quien, muy molesto, no solo pidió una cita con el portavoz, Borja Corominas, sino que exigió explicaciones en Génova, la sede nacional del PP", se lee en 'El Diario Vasco'. Cayetano y Corominas tuvieron hace unos días más que palabras, algo que reconoce el duque y justifica porque "han querido sembrar la sospecha de que yo estaba intentando concertar algún tipo de chanchullo".

Una arboleda por un jardín

¿Cuál es el motivo de tanta reunión? "La realidad es que existe un interés por parte del Ayuntamiento de cambiar parte de una arboleda que está dentro de mi propiedad y que tiene un alto valor paisajístico por un trocito de jardín que a nosotros nos vendría bien para poder hacer las bodas ahí y que molesten menos a los vecinos. No hay más. Quieren poner un funicular que conecte con Amara y me parece bien. Yo no quiero esa arboleda para nada y a cambio ganaría parte de un jardín. He venido a explicarlo porque ha habido cierto interés en hacer ver otra cosa", explica. Y añade: "Con este PP no van a ganar un voto".

Uno de los compromisos de Eneko Goia (PNV), que fue reelegido por tercera vez el pasado verano como alcalde de San Sebastián, era (y citamos su plan) "atender con mayor dedicación el Alto de Errondo y construir un funicular que comunique la zona con la ciudad llana, con Amara". Dentro de esos planes es donde ha entrado la finca Arbaizenea.

placeholder El duque de Arjona, en una entrega de premios. (Europa Press)
El duque de Arjona, en una entrega de premios. (Europa Press)

Los jardines del palacio de Arbaizenea son más conocidos, pero el interior funciona como una residencia privada. La mansión ocupa una superficie de 478 metros cuadrados divididos en varias plantas. En el sótano se encuentran las cocinas, la despensa, la bodega y departamentos para el personal doméstico. El piso llano cuenta con un comedor, una sala, un oratorio y habitaciones para recibir. En la planta principal se hallan instalados los dormitorios familiares, y en el piso superior, abuhardillado, hay aún más habitaciones. Con el tiempo se construyó un segundo pabellón de dos plantas destinado a vivienda de los guardeses, garaje y establo.

El palacio de Arbaizenea es un lugar privilegiado, la "última gran casa que queda en la ciudad", como dice con orgullo su actual dueño, Cayetano Martínez de Irujo, quien la mantiene en perfecto estado de conservación. Se trata de una de las propiedades más singulares, bellas y desconocidas de la Casa de Alba. Quizá porque forma parte del legado que dejó Luis Martínez de Irujo, el primer marido de Cayetana Fitz-James. La duquesa Cayetana se la donó en vida al duque de Arjona, quien es su actual propietario. "¿Sabes por qué me la donó a mí?", explica a Vanitatis al otro lado del teléfono, "porque, según me dijo, sabía que era el único que la iba a defender".

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