Mario Vargas Llosa, vacaciones agridulces junto a su exmujer, Patricia, y el resto de la familia en Grecia

Desembarcaron en el centro de Madrid a finales de junio, tal y como anunció en primicia Vanitatis hace unos días, pero ya han puesto rumbo a otro lugar. Toda la familia Llosa al completo, con Mario y su exmujer Patricia a la cabeza, más hijos y nietos, fueron vistos hace apenas un par de días en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, rumbo a un lugar vacacional desconocido.

Esta revista ha podido confirmar, mediante fuentes de toda solvencia, que el lugar elegido por la familia para descansar estos días es Grecia. Se desplazarán hasta una de sus pequeñas islas y allí permanecerán todos juntos hasta finales del mes de julio, cuando planean volar de nuevo a Madrid, hacer una escala de unos días, y viajar seguidamente a Lima, capital de Perú y el lugar en el que Mario ha decidido pasar los últimos años de su vida.

La visita del Nobel a Madrid estaba programada desde hace mucho tiempo porque tenía varios compromisos profesionales y personales en la capital de España, pero finalmente solo ha cumplido con uno de ellos. Acudió hace unos días a la presentación del nuevo libro de la también autora y periodista peruana Verónica Ramírez, ‘Casi todo desaparece’. Los hijos de Mario protegieron a su padre en todo momento para que las cámaras y los reporteros apenas pudieran acercarse.

Unas extrañas declaraciones

No pudieron evitarlo, sin embargo, durante una de las jornadas de su breve estancia en Madrid, cuando los reporteros esperaban a la puerta de su céntrica casa en el barrio de Salamanca. Los profesionales allí congregados, de la agencia Europa Press, le preguntaron si había hablado en estos meses con Isabel Preysler, con la que mantuvo una relación amorosa, y él respondió con un escueto y extraño “sí”.

En realidad, esa llamada jamás se ha producido, tal y como confirman a Vanitatis fuentes del entorno de Preysler. El escritor y la socialité no han tenido contacto alguno desde aquel mes de diciembre de 2022 en el que todo se vino abajo. Entonces ¿por qué ha contestado el Nobel así?

Mario Vargas Llosa tiene 88 años en este momento y, por tanto, su salud se ha ido deteriorando con el paso de los años, como en la vida de cualquier otra persona de su edad. Su entorno asegura, no obstante, que su familia “está preocupada” con la evolución médica de Llosa en los últimos meses. Nos confirman que ya no escribe, aunque sí hace una vida normal, se vale por sí mismo, anda con autonomía y lee los periódicos.

Pero los suyos quieren protegerlo. Mario volverá a Lima a principios de agosto y han pensado en reducir al máximo sus viajes y sus apariciones públicas en el futuro. Seguirá atendido por un equipo de médicos internacional, formado por profesionales de Nueva York, Madrid y Lima, tres de los lugares en los que el Nobel tiene casa y solía pasar largas temporadas. Esos médicos comparten sus informes y expedientes para que todos puedan acceder a ellos, independientemente de dónde esté el escritor.

Se podría decir que ha llegado el momento del descanso del guerrero y uno de los grandes genios de la literatura contemporánea.