La elegancia de Victoria Federica y Laura Sánchez: las dos formas opuestas de ser las mejor vestidas

Madrid, esta noche del martes 14 de octubre, todavía con la resaca de las fiestas por el 12 de octubre, Día de la Hispanidad, se ha vuelto más castizo que nunca -con permiso de las fiestas de San Isidro-. La capital acogió la ‘La Feria de Mayo de Madrid 2026’ en el Salón Internacional Moda Castiza.

Un evento al que no faltaron grandes nombres como el del empresario de la hostelería madrileña Israel Bayón; Ángel Nieto Aguilar "Gelete", expiloto español de motociclismo y de automovilismo e  hijo del legendario campeón del mundo Ángel Nieto; los músicos Antonio Carmona, Juan Peña y Sofía Ellar; o el torero Óscar Higares.

Pero sin duda hubo dos invitadas que acapararon todos los flashes de los fotógrafos allí presentes y que incluso posaron juntas, haciendo derroche y demostración de elegancia: Victoria Federica y Laura Sánchez. Dos formas diferentes de entenderla, pero igualmente certeras, apostando por unos looks opuestos y perfectamente complementarios.

Victoria Federica

Victoria Federica de Marichalar y Borbón hace ya mucho tiempo que dejó de ser simplemente la sobrina de rey Felipe VI para convertirse en una auténtica prescriptora de moda para su generación. En cada una de sus apariciones, siempre de la mano de su estilista David Rivas, la hija de la infanta Elena siempre suele acaparar todos los focos y ganarse el título de las mejor vestidas.

Esta vez no iba a ser menos apostando todo al negro y al cuero y con el guiño a la tradición más castiza de Madrid con los claveles rojos. Para este evento, Victoria Federica lució un conjunto de Bally de camisa con cuello sencillo y manga recta sin puño que llevó por dentro de una falda lápiz larga por las rodillas. Lo complementó únicamente con unos salones clásicos negros en terciopelo de Jimmy Choo, joyas de Marina García y un bolso de mano también de Bally que decoró llenándolo de claveles rojos.

Laura Sánchez

Y como de una antítesis estilística premeditada se tratase, Laura Sánchez apostó todo -o casi todo- al blanco más radiante. La modelo llevó un traje con una americana estructurada y amplia, de solapas grandes con muesca y doble botonadura central, aunque la llevaba abierta. Por debajo, un top en azul aguamarina con un tejido que recuerda al de los mantones de manila.

En la parte de abajo, ajustado a la cintura con un cinturón de piel negra, unos pantalones de pinzas de tiro alto y pierna ancha casi hasta el suelo, dejando asomar tímidamente unas sandalias de tiras en color beige.