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Lasarte, el Martin Berasategui barcelonés, logra la tercera estrella Michelin
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la gala de la alta gastronomía

Lasarte, el Martin Berasategui barcelonés, logra la tercera estrella Michelin

El secreto mejor guardado de la gala Michelin por fin se ha desvelado: el restaurante Lasarte, de MB en Barcelona, ha sido el elegido para la gloria y se lleva la tercera estrella

Foto: El triunfo de Lasarte, con Martin Berasategui y el chef Paolo Casagrande
El triunfo de Lasarte, con Martin Berasategui y el chef Paolo Casagrande

Cada noviembre, por las mismas fechas en que los americanos se preparan para celebrar el día de Acción de Gracias, en España se pone en marcha la maquinaria Michelin, ese enorme bombo del que cae (en expresión tan manida como gráfica) la lluvia de estrellas anual. Es la gran fiesta de la alta gastronomía española y todos cuantos estamos vinculados a este mundillo nos aprestamos a participar en la liturgia, en el juego, en la difusión.

Este año, los organizadores se habían encargado de cebar bien la gala. Enseñaron la zanahoria -"Habrá un nuevo tres estrellas"- y todos comenzamos a salivar. El titular ya estaba hecho; solo faltaba apuntar cuál de los 14 restaurantes españoles con dos estrellas sería el elegido. Bien, ya lo sabemos: Lasarte, el restaurante de Martin Berasategui en Barcelona, en el hotel Condes de Barcelona -que no entraba en las quinielas iniciales- puede presumir de ser el noveno restaurante español con tres 'macarons'.

El triunfo de Lasarte implica que se queden a las puertas los demás. Seguramente duele, especialmente a aquellos, como Mugaritz o Aponiente, que eran los supuestamente mejor posicionados. Pero relativicemos: no se quedan a dos velas, sino (perdón por el chiste, tan penoso) a dos estrellas. Que, lo miremos por donde lo miremos, es, gastronómicamente hablando, todo un honor.

Otro cebo más: el anuncio de que habría siete nuevos biestrellados y 22 restaurantes que se estrenarían en el universo de los 'macarons' hizo que las porras y quinielas -mira que nos gusta eso de jugar a los 'connaisseurs'- se sucedieran. La maquinaria mediático-estelar se fue engrasando más y más. Como en esto de la gastronomía la subjetividad es inevitable y, además, muchas veces uno barre para casa -mi amigo, mi paisano, mis cocina, mi madalena- ha habido un sinfín de apuestas. Pero la última palabra la ha tenido la Guía.

Con respecto a los nuevos dos estrellas, el éxito es de DSTAgE, de Diego Guerrero, en Madrid; Cenador de Amós, de Jesús Sánchez, en Villaverde de Pontones (Cantabria); Annua, de Óscar Calleja en San Vicente de la Barquera (Cantabria), BonAmb, de Alberto Ferruz, en Jávea (Alicante), y L'Escaleta, de Kiko Moya en Cocentaina (Alicante).

Entre las sorpresas, saber que Sergi Arola -que perdió sus dos estrellas por el cierre este año de su restaurante en Madrid- ha logrado un 'macaron' en Portugal (la gala era para los restaurantes de la Península) por su Lab. Enhorabuena.

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Cada noviembre, por las mismas fechas en que los americanos se preparan para celebrar el día de Acción de Gracias, en España se pone en marcha la maquinaria Michelin, ese enorme bombo del que cae (en expresión tan manida como gráfica) la lluvia de estrellas anual. Es la gran fiesta de la alta gastronomía española y todos cuantos estamos vinculados a este mundillo nos aprestamos a participar en la liturgia, en el juego, en la difusión.

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