Receta de sopa de chocolate blanco con fresas y pimienta, original mezcla de sabores
¡Por fin las sopas se escapan del apartado de los entrantes! Si eres amante de los postres ligeros pero no excesivamente dulces, toma nota: esta receta es claramente para ti
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En esta preparación, el contenido de piperina picante de la superficie de la pimienta estimula nuestras papilas gustativas y resalta agradablemente el sabor intenso de las fresas. A ello se suman las notas aromáticas del vinagre balsámico caramelizado y la suave cremosidad del chocolate blanco. Si además jugamos con los contrastes de temperatura entre la crema fría y las frutas calientes, descubriremos todo un abanico de sensaciones en nuestro paladar. Todo un placer para los sentidos con un mínimo esfuerzo.
Preparación: 15 min. Dificultad: fácil Coste: económico Comensales: 4
Ingredientes
- 100 g de chocolate blanco
- 200 ml de nata para cocinar
- 250 g de fresas
- 10 g de vinagre balsámico
- Pimienta negra recién molida
Preparación
- Para la sopa, calentamos en un cazo la nata líquida. Una vez caliente, vertemos el chocolate blanco troceado y esperamos a que se funda.
- Mezclamos con cuidado para que quede bien integrado y dejamos enfriar completamente.
- Lavamos y cortamos las fresas en mitades.
- En una sartén caliente disponemos las fresas y las regamos con vinagre balsámico.
- Las sazonamos con pimienta negra y las volteamos para que se tuesten por ambas caras.
- Agregamos un chorrito de agua. Una vez evaporado el líquido, colocamos las fresas calientes sobre la crema muy fría.
- Decoramos con unas hojas de menta y degustamos enseguida para disfrutar del contraste de temperatura del postre.
El truco final
Muele la pimienta en el momento y tuéstala ligeramente para enriquecer su aroma. Sustituye la pimienta negra por pimienta de Sichuan para aportarle aromas cítricos.
En esta preparación, el contenido de piperina picante de la superficie de la pimienta estimula nuestras papilas gustativas y resalta agradablemente el sabor intenso de las fresas. A ello se suman las notas aromáticas del vinagre balsámico caramelizado y la suave cremosidad del chocolate blanco. Si además jugamos con los contrastes de temperatura entre la crema fría y las frutas calientes, descubriremos todo un abanico de sensaciones en nuestro paladar. Todo un placer para los sentidos con un mínimo esfuerzo.