¿Por qué se llaman Perseidas? Te explicamos su mágica y ancestral historia

Como cada mes de agosto, llega uno de los eventos astronómicos del año más populares y más presentes en el imaginario y en el recuerdo colectivo, ya que somos muchos los que acumulamos nostálgicas vivencias bajo el estrellado cielo de verano a la espera de ver pasar las siempre mágicas estrellas fugaces.

Sin embargo, pocos conocen la historia que entraña el nombre que reciben estas partículas luminosas que se desintegran al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, ofreciéndonos así este espectáculo visual y ancestral en el que nos recuerdan, cada verano, la inmensidad inabarcable del universo.

Según la mitología griega, un oráculo vaticinó a Acrisio, rey de la ciudad de Argos, que moriría asesinado a manos de su propio nieto. Acrisio tenía una única hija, Danae, a la cual encerró en una torre de bronce, para que no tuviera contacto con ningún varón, y evitar así el fatídico destino que le había revelado el mágico oráculo.

Pero el siempre libinidoso dios Zeus, que sentía predilección por la hija de Acrisio, decidió visitarla una noche en forma de lluvia de oro. De aquel acto furtivo nació un niño que, con el paso del tiempo, se convertiría en un héroe: Perseo. Entre sus numerosas gestas, el hijo de Danae y Zeus, derrotó a numerosos reyes, acabó con el titán Atlas y derrotó a Medusa. Esta última gesta le valió a Perseo el favor de la diosa Atenea, que se convirtió en su protectora, y convirtió a Perseo en una constelación.

Debido a su posición en el firmamento, la constelación de Perseo es observable desde el hemisferio norte de nuestro planeta, siendo una región del universo muy brillante en la que podemos encontrar numerosas estrellas y constelaciones. La lluvia de estrellas de cada agosto recibe el nombre de Perseidas porque tiene en la radiante constelación de Perseo el punto desde el que parten los meteoros que se desprenden de la estela del cometa Swift-Tuttle, y cuya órbita atraviesa la Tierra siempre durante los meses de verano.

Para localizar la constelación de Perseo, lo mejor es mirar hacia el noroeste al comienzo de la noche, intentando abarcar la mayor porción de cielo posible con nuestros ojos. La constelación de Perseo se irá desplazando poco a poco hacia el este a medida que vaya avanzando la noche, por lo que lo más aconsejable es buscar un lugar con poca contaminación lumínica, tener paciencia y relajarnos mirando hacia el cielo a la espera de que las Perseidas nos deslumbren en su recorrido por el firmamento.