Gonzalo Miró: "No sé que ocurrirá con mi trabajo"

Como un auténtico locutor de un combate de boxeo, Gonzalo Miró saltó a la pasarela de la Semana de la Moda de Valencia, antes conocida como Pasarela del Carmen, para presentar el premio al mejor diseñador novel y quitarle hierro a la tensa espera.

Tiene dotes comunicativas y los asistentes a Feria Valencia pudieron dar cuenta de ello. Se desenvuelve con tanta soltura, que logra hacer reír al pabellón entero y poner nervioso con sus requiebros a cualquiera de los participantes del certamen.

Gonzalo se ha ganado a pulso su hueco en la pequeña pantalla como comunicador, a pesar de que no terminó sus estudios de Comunicación Audiovisual y viajó hasta los Estados Unidos para saciar su apetito sobre conocimientos cinematográficos, el arte donde mandaba su madre.

Tras su paso por el matinal de Concha García Campoy, en la actualidad trabaja como miembro del área deportiva de Cuatro, aunque afronta su futuro más inmediato con cierta expectación y desconocimiento. “No sé que pasará con mi trabajo todavía cuando en julio nos fusionemos con Telecinco. ¡Ni los directivos saben qué sucederá!”, dice. Se muestra abierto a todo, incluso a ejercer como actor. No paran de lloverle las ofertas de trabajo como actor y presentador.

Su prolífica vida profesional se puede extrapolar a su existencia mediática y social, incrementada durante los últimos meses por su relación con la cantante vasca Amaia Montero. Su noviazgo va viento en popa aunque, de momento, no se irán a vivir juntos ya que, como acostumbraba a decir Francisco Rivera con sus conquistas, todavía se están conociendo.

Hace unos días la ex componente de ‘La Oreja de Van Gogh’ hizo pública su buena relación con Eugenia Martínez de Irujo, a la que Gonzalo ha querido aportar su punto de vista. “Respeto las amistades de Amaia. Ella puede ser amiga de quien quiera”, zanja.

Tras dar prácticamente la vuelta al mundo haciendo escala en Mónaco y Buenos Aires, Gonzalo y Amaia han vuelto a sus respectivos quehaceres en España. Él no para de aquí para allá atendiendo a actos de toda índole, mientras que la vasca está en pleno proceso de composición de su nuevo álbum, donde posiblemente haya alguna canción dedicada a su actual pareja.

Él hace caso omiso a la cuestión. No es complicado arrancarle una sonrisa. Ni las preguntas incómodas, los chascarrillos analizados como verdad universal o las peticiones de curiosos le hacen perder la conciencia de su imagen.