Carmen y Campos, a vueltas con su separación

Cuando Carmen Martínez Bordiú, flamante señora de Campos no se hace visible a través de esos sorprendentes y explosivos reportajes en los que se deja acompañar gráficamente por la fauna y flora del lugar, ya se especula con un distanciamiento con su marido.

Una relación causa efecto que no tiene una explicación razonable porque precisamente cuando no posa con el gorila de ojos inteligentes, la cotorra colorista o se relaciona con el pigmeo de turno, permanece en Santander disfrutando de la compañía de su ‘José del alma’ con él que lo pasa de cine.

Cuando se cansa de la tranquilidad de su vida de chica rural, viaja a Madrid a cualquier fiesta promocional y de paso, come o cena con los duques de Anjou y su prole; vista en Paris a su hija Cintia y ahora en agosto, se da una vuelta por Palma donde el día cuatro Cristina Macaya presta su casa a Ira de Furstemberg para que la princesa venda sus cosas en una fiesta doméstica.

De vez en cuando José la acompaña a estos viajes periféricos, aunque lo que a él le gusta es quedarse en Santander y hacer la vida que ha hecho siempre. A Carmen en pequeñas dosis también le atrae. Baños en el mar a primera hora, tapitas en los bares de Puerto Chico, siesta, paseo, cena con los amigos y hasta el día siguiente y vuelta a empezar. A veces la rutina se altera con la promoción que Campos tiene que hacer de su dieta milagro.

Los rumores de distanciamiento han vuelto porque desde la boda de Carla Goyanes no se las ha vuelto a ver juntos fuera del ambiente del colorín. No solo no hay desencuentros en la pareja, sino que ambos han disfrutado y participado de  la Semana Grande de Santander. Durante esta última semana han acudido varias tardes a las corridas con motivo de la Feria de Santiago. Ahora lo que tiene que llegar no es la separación, sino un nuevo reportaje que vuelva a sorprender a sus seguidores.

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