Carmen Martínez Bordiú y el sexo

Cuando prácticamente se conocía todos los aspectos de su azarosa vida, va Carmen Martínez Bordiú y habla de sexo en su último proyecto: Cumple años, gana vida, una biografía sobre su vida escrita de su puño y letra. “Ya está bien de ir de reprimidas por la vida”, grita a los cuatro vientos. La nietísima se atreve con todo. “En el fondo todos los seres humanos nacemos bisexuales. A mí siempre me ha fascinado el cuerpo desnudo de una mujer”, dice sin reparos.

Un libro repleto de jugosos titulares, donde habla de la pasión destructiva, el amor y de los límites de los sentimientos. “En el sexo, el límite máximo es la entrega total, lo que podría llevar a la muerte. Igual que los mártires pueden dar su vida por una convicción, también se puede llegar a la muerte por alcanzar el clímax”. Una de las cuestiones que más ha llamado la atención una de las preguntas que la nieta de Franco se hace en voz alta. “Me pregunto si alguna vez he estado realmente enamorada, el sexo es mucho más fácil de descifrar. El deseo es difícil que se pueda renovar”.

Quien sale realmente bien parado en materia sexual de esta incursión literaria de la ex mujer del duque de Cádiz es Jean Marie Rossi, con quien tuvo a su hija Cinthia. “El sexo con una gran S, una gran E, una gran X y una gran O me lo enseñó Jean Mari Rossi, es con la persona que he ido más lejos en materia sexual. Fue mi maestro en todo, y yo su alumna perfecta. Una vez que se apagó el fuego entre nosotros, él comprendió que yo buscaría en otra parte”, afirma.

Habla de su primer amor, un caballista, al que abandonó por un hombre casado. Al enterarse, su padre la echó de casa y de ahí su mala relación con el marqués de Villaverde. “Las relaciones con mi padre fueron fundamentales para entender las que he tenido con los hombres…fue una relación de amor-odio. Siempre supe que su preferida era mi hermana Mariola”.

Actualmente casada con José Campos, afirma que ahora le gustan jóvenes, mientras que cuando era joven le gustaban los señores mayores. “A José no se lo puse fácil, es con el único hombre que me he pintado peor de lo que soy. Antes siempre quería agradar al hombre, tenía esa mentalidad de geisha”. Antes de casarse con el cántabro le dijo: “Si te acoplas a mi vida perfecto, sino, puerta”. Y, al parecer, ese ha sido el truco de su felicidad.

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