Teresa Campos revela en 'El Hormiguero' cómo empezó su relación con Bigote

María Teresa Campos ha cambiado por unas horas los pasillos de Telecinco por los de Antena 3 para acudir este miércoles como invitada a El Hormiguero para hablar de su último libro. “No pasa nada por cambiar de cadena, somos compañeros”, dijo nada más comenzar la entrevista para agradecer poco después a Mediaset que le haya dejado promocionar su libro en la competencia y a Antena 3 por invitarla. “Bueno, bueno, ya está bien de hablar de ellos”, contestó entre risas Pablo Motos.

Sin embargo, María Teresa, además de hablar de su obra, también habló, y como nunca lo había hecho antes, de su romance con Edmundo ‘Bigote’ Arrocet. Lo que en un principio podía resultar un imposible, que la periodista hablara sin tapujos de su historia de amor con el humorista, terminó convirtiéndose en toda una revelación. Campos se explayó contando detalles y momentos que se desconocía. “Este libro ha sido como un talismán. Alguien ha decidido contestar a la pregunta del título. Y aquí estamos”, comentó. “Estamos muy contentos. Me gusta de él que es una persona muy cariñosa, se preocupa mucho por mí y tiene una virtud maravillosa: nunca se enfada. La gente que trabaja en mi casa dice una cosa muy bonita de él: ‘Con Edmundo ha entrado la alegría’. Es muy divertido y maravilloso”.

Sonando de fondo la canción de José Luis Perales ¿Y quién es él?, María Teresa desgranó con todo detalle los comienzos de su relación con ‘Bigote’ Arrocet. “Fue todo muy bonito. Todo comenzó primero desde la distancia cuando él estaba pasando por un trago muy amargo en su vida: se queda viudo”, confesó. Poco después, el chileno acudió como invitado al programa que cada fin de semana presenta María Teresa Campos, ¡Qué tiempo tan feliz!, visita que coincidió con una complicada situación para ella. “Yo estaba pasándolo mal debido a los problemas de salud de mi hija. Él estaba muy sensibilizado con este tema y nos solidarizamos el uno con el otro porque los dos, sin duda, lo estábamos pasando muy mal”.

Después de este breve encuentro, Edmundo regresó a Chile y no retomaron el contacto hasta año y medio después. “Le pidió mi email a alguien de mi entorno. Hace ahora un año me mandó el primer mensaje”, dijo. Se trataba de un texto “de esos que se encuentran por internet” en el que se hablaba de las ausencias y las sillas vacías en las cenas de Navidad. “Me alentó a valorar las que estabas llenas. Al cabo del tiempo contactó conmigo y me envió una foto”.

Sin embargo, el punto de inflexión que marcó un antes y un después en su por aquella entonces relación de amistad fue una casualidad. A unos meses de sacar su último libro, la editorial Planeta pidió a María Teresa que incluyera varias fotografías personales. “Me puse a ordenar mis álbumes, abrí uno y apareció una foto mía con Edmundo”. La imagen, que ella no recordaba habérsela hecho, fue tomada hace varios años en una fiesta celebrada en La Toja. “Me apareció alucinante que se abriera el álbum por ahí”. A partir de entonces continuaron mensajeándose.

Preguntada por quién fue el que dio el primer paso, María Teresa tuvo clara su respuesta. “Hay personas no son muy de decir palabras, sino más bien de acción”, dijo. “Es mejor la acción que mucho ‘chucuchu’ para luego nada. Edmundo es un hombre de poca acción”, confesó dejando claro que ella fue quien se ‘lanzó’.

Sin intención ninguna de cambiar de tema, Campos también describió cómo fue su siguiente encuentro en el plató de ¡Qué tiempo tan feliz!. En ese momento, hacía varios meses que no se veían así que la presentadora envió a una de sus más estrechas colaboradoras a citarse con él en la sastrería, lugar en el que ambos se reencontraron y donde quedaron a cenar. “No he contado ni los días ni los besos”, contestó a Pablo Matos después de que le preguntara cuánto tiempo pasó entre aquella cena y el primer beso.

Fascinada por la expectación que ha generado su relación con el humorista chileno, María Teresa echó en falta algo este miércoles por la noche. “Me da rabia que no me vea en televisión. Por lo que menos un ratito, ver qué llevas puesto, si estoy guapa…”, dijo para confesar, poco después, que esa misma noche habían quedado para salir juntos por Madrid.