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Roberto Diz: "Me hubiera encantado diseñar el vestido de novia de Inés Domecq"
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ENTREVISTA

Roberto Diz: "Me hubiera encantado diseñar el vestido de novia de Inés Domecq"

Hablamos con el creador de su trayectoria en la industria de la moda, el importante papel que ejerce como diseñador nupcial y de sus musas

Foto: El diseñador Roberto Diz. (Cortesía)
El diseñador Roberto Diz. (Cortesía)

Cuando conoces a Roberto Diz te das cuenta casi al instante que no existe una aguja igual en España. Es diferente, rompedor, carismático, un apasionado de la moda y un férreo defensor de la costura. Derrocha personalidad a raudales, como todos y cada uno de los diseños que llevan su firma. Una etiqueta, la de Roberto Diz, que se reconoce a vista de pájaro y que ha conquistado a las mujeres más influyentes de nuestro país: Isabel Preysler, Margarita Vargas, Ariadne Artiles, Eva González, Eugenia Osborne y sí, por supuesto, a Inés Domecq, amiga y una de sus musas.

Una vida y una larga trayectoria profesional dedicadas a la industria de la moda con una especialidad: vestir a novias e invitadas con el sello Diz. "En moda, conseguir que una prenda tenga identidad, es lo más difícil y creo que lo hemos logrado", apunta el diseñador. Siempre, desde sus inicios, con tres máximas de trabajo. Uno, la naturalidad; dos, empoderar a la mujer, y tres, una pizca de rebeldía. Lo dicho, no hay un diseñador igual en el panorama 'fashion'.

placeholder El diseñador Roberto Diz. (EFE)
El diseñador Roberto Diz. (EFE)

"Empece creando colecciones 'ready to wear' muy atrevidas y vanguardistas, hasta el punto que en 2004 me echaron de la pasarela Cibeles por transgresor. Después, desfilé en Londres, París, Milán o Barcelona. Me di cuenta de que el prêt-à-porter no se vendía en España y salté al mundo de la costura a medida", nos cuenta Diz. "Entré a trabajar con Elio Berhanyer y aprendí todo y más: a coser bien, que la ropa es para que la gente la lleve y lo más relevante, el valor del patronaje y la confección". Al poco tiempo y tras ese intenso aprendizaje, Diz se trasladó a Jerez de la Frontera.

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Pronto se corrió la voz de que en un pequeño taller gaditano se escondía un gran diseñador y desde Sevilla llegaban cientos de clientas deseosas de enfundarse en sus trajes. El éxito fue tal, que a este gallego de nacimiento no le quedó más remedio que montar su centro de operaciones en la capital andaluza.

El boom mediático llegó en 2010 y 2011 de la mano de las hermanas Peralta y sus vestidos de novia. "Primero fue Lola, para la que creamos un traje muy elegante con hombreras marcadas y bordados de plata que causó sensación. Aunque la verdadera revolución nupcial fue el vestido de Mercedes Peralta. Desde ese vestido, las novias en España y en todo el mundo, se visten de manera diferente", confiesa. En realidad, el vestido de Mercedes era un dos piezas: blusa y falda de tul con mil libélulas de plata y cristal bordadas. "Me dejó total libertad y su look resultó ser toda una sensación. Es el traje de novia más especial que he diseñado porque marcó un antes y un después en mi carrera".

placeholder Mercedes Peralta, en su boda en 2011. (Cortesía Falique Estudio)
Mercedes Peralta, en su boda en 2011. (Cortesía Falique Estudio)

Tiempo más tarde, serían otras novias icónicas de Roberto Diz como Isabel Muñoz Rojas con pamelón incluido, Odilia Alonso y su traje minimalista, o Mercedes Bohórquez y su vestido decorado con estrellas doradas, quiénes catapultarían al modisto como lo que es: un experto en vestir a la mujer. "Me gusta que las mujeres, al vestirse con mis prendas, sientan que van como nunca han ido en su vida". Reconoce que en el terreno nupcial y gracias a esos vestidos anteriormente citados, "hemos abierto camino a muchas tendencias" que hoy arrasan en el sector.

placeholder Isabel Muñoz Rojas, vestida de novia por Roberto Diz. (Cortesía Couche Photo)
Isabel Muñoz Rojas, vestida de novia por Roberto Diz. (Cortesía Couche Photo)

La naturalidad, el no disfrazarse, siempre teniendo en cuenta la fisonomía femenina e intentando realzarla, así es como trabaja cada nuevo reto de costura que se presenta en uno de sus dos talleres de Sevilla o Madrid. "Cuando confecciono a medida, es la propia clienta quién me inspira. Sin embargo, si son trajes para alfombra roja y no tienen una mujer detrás, me inspiro en todo y en nada. Una persona creativa debe buscar entre lo bello y debe buscar entre lo feo, solo eres capaz de crear un criterio cuando conoces el blanco y el negro", explica Roberto Diz a Vanitatis.

En el momento que una futura novia aterriza en su estudio con la premisa y el deseo de querer ser diferente, el diseñador analiza cada rasgo de su imagen y realiza una pequeña entrevista sobre cómo, cuándo y dónde se celebrará su boda. "Les aconsejo que dejen de mirar a otras novias en las redes sociales, porque esas no son ellas y tanta información puede intoxicarlas". Recopilados esos datos, Diz elabora dos o tres bocetos que, más tarde, presenta y explica a la novia. "Después del impacto inicial y la sorpresa al destapar esos bocetos, acaban escogiendo el traje más rompedor de todos, por eso vienen a verme, porque soy distinto".

En ese contexto, el gallego afirma que, "adoro a las novias diferentes que van a lo suyo y que se visten para ella, no para los demás". Como ejemplo reciente, Elena Furiase y su traje desmontable en el que se emplearon cinco mantones de manila y muchas horas de trabajo. "No tiene nada que ver con otras de mis novias más emblemáticas, pero de cualquier forma, Elena refleja el espíritu Roberto Diz".

Precisamente, ahí es hacia donde se están encaminando las nuevas creaciones nupciales que brotan de su estudio. "Estamos trabajando en vestidos que se transforman, que permiten ir cómoda a la novia y que cambian en función del momento". Poder ofrecer un segundo o un tercer atuendo, sin necesidad de despojarse del look primitivo, esta es la apuesta en materia nupcial del diseñador. "Muchas vienen con el temor de no cumplir con los protocolos, sobre todo, qué llevar y qué no para la iglesia, pero yo siempre digo que un vestido puede ser escotado y, al mismo tiempo, muy elegante, porque la elegancia no la da el vestido, la tienes o no la tienes", apunta Diz.

placeholder Odilia Alonso, una novia 100% Roberto Diz. (Cortesía Liven Photography)
Odilia Alonso, una novia 100% Roberto Diz. (Cortesía Liven Photography)

Novias, muchas, geniales y diferentes al resto, pero qué decir de las invitadas de Roberto Diz y en especial, del exitoso tándem que el diseñador ha conformado con su musa y mejor amiga Inés Domecq. Look de invitada que la aristócrata lleva de él, look que de manera automática asciende a los altares de la moda, alcanza el calificativo de LOOKAZO y se viraliza.

"Inés fue la primera persona que me compró una prenda de vestir. La primera vez que la vi, ella tenía 17 años. Entró en aquel minúsculo taller de Jerez de la Frontera vestida con una camiseta rota, un pantalón de gaucho, unos taconazos dorados y una gorra. Me compró un mono de gasa transparente de mi primera colección para ir a una boda. Me quedé fascinado con ese derroche de personalidad y estilo", relata Roberto.

"A Inés y a mí nos une una amistad tan fuerte, tan potente y de tantos años que, creando juntos prendas y looks, nos divertimos muchísimo." Domecq, al igual que Diz, es diseñadora y empresaria de moda, aunque a la hora de enfundarse en un estilismo de invitada, confía a ciegas en Diz. Él crea y ella convierte en éxito todo lo que se pone. "La falda de su último look para asistir a una boda en México es un trabajo de costura artesanal confeccionada a mano, pespunte a pespunte, por tres personas de mi taller durante dos días seguidos sin parar".

¿El único deseo que Roberto Diz no ha podido cumplir? "Me hubiera encantado diseñar el vestido de novia de Inés Domecq", confiesa. Una boda que, recordemos, se celebró en 2008 en Jerez de la Frontera y en la que Inés lució un traje del desaparecido Manuel Mota para Pronovias para dar el 'sí, quiero' a Javier Martínez de Irujo, sobrino de Carlos Fitz-James Stuart y actual duque de Alba.

Para concluir esta charla, le preguntamos al diseñador de 49 años sobre el futuro del sector nupcial, "en España, goza de una salud envidiable, nuestras novias tienen un gran tirón", y de las tendencias de moda para 2023, "no me interesan nada, yo creo las tendencias, no las sigo", dice con rotundidad.

Cuando conoces a Roberto Diz te das cuenta casi al instante que no existe una aguja igual en España. Es diferente, rompedor, carismático, un apasionado de la moda y un férreo defensor de la costura. Derrocha personalidad a raudales, como todos y cada uno de los diseños que llevan su firma. Una etiqueta, la de Roberto Diz, que se reconoce a vista de pájaro y que ha conquistado a las mujeres más influyentes de nuestro país: Isabel Preysler, Margarita Vargas, Ariadne Artiles, Eva González, Eugenia Osborne y sí, por supuesto, a Inés Domecq, amiga y una de sus musas.

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