Alejandra Prat nos abre el álbum de su boda: "Volvería a casarme mañana mismo"

La periodista y colaboradora del programa 'Y ahora Sonsoles' Alejandra Prat y el empresario catalán Juan Manuel Alcaraz se conocieron en un almuerzo celebrado en Barcelona a través de un amigo común, el periodista Javier Cárdenas. "Por lo visto, Juanma me había visto antes en algún evento en Madrid, pero yo no me acordaba. Apenas unas semanas después de aquella comida, él empezó a llamarme, volvimos a vernos en Barcelona y poco después nos dimos cuenta de que estábamos enamorados". Eso sí, la pedida de mano fue algo accidentada. "Juanma me llevó a cenar al restaurante Can Fabes, de Santi Santamaría, en Barcelona, y yo no tenía ni idea de que ese día pensaba pedirme que me casara con él. Recuerdo que no paraba de insistir en que brindáramos y cuando por fin chocamos las copas, no me percaté de que había un anillo dentro de la mía y casi me lo trago. Una odisea".

Un año después, el 22 de junio 2007, se dieron el 'sí, quiero' en la catedral de Palma de Mallorca, un lugar con gran carga sentimental para la novia. Para decorarla eligieron flores blancas. "No se me ocurría un escenario mejor para casarme. Mallorca es el lugar donde he veraneado toda mi vida, las cenizas de mi padre -el legendario periodista y presentador de televisión Joaquín Prat- reposan allí y todos los recuerdos que tengo de la isla son maravillosos". Aquel día, Juanma llegó a la iglesia -media hora tarde- tranquilo y vestido con un chaqué hecho a medida en la sastrería Santa Eulalia y chaleco azul claro. La novia lo hizo algo más tarde, radiante, muy emocionada y arropada por los cientos de mallorquines que se agolparon en la puerta del templo para aplaudir el paso de los novios y los invitados.

La ceremonia religiosa, presidida por el sacerdote Jesús Haro, muy ligado a la familia Prat, y oficiada por el Dean de la Seu, Joan Darder, contó con la presencia de la coral infantil de la Escolanía de Montserrat. "Los padrinos fueron mi hermano Joaquín y la madre de Juanma, Marisol. La llegada con mi hermano a la catedral dándome la mano mientras veía a Juanma esperándome en el altar fue un momento especial para mí. Nuestras miradas y la conexión en ese instante, no se me olvidarán nunca".

Junto a sus 600 invitados, entre los que se encontraban el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y su mujer, María Zurita o Vania Millán, los novios celebraron una cena en otro de los lugares más emblemáticos de Palma, Cap Rocat, una antigua fortaleza militar del siglo XIX, de una arquitectura única y situada sobre un acantilado, en Llucmajor. "Ahora es un hotel maravilloso creado precisamente por el arquitecto que hizo la casa de mis padres en Mallorca y desde el principio, tanto a Juama como a mí, nos pareció pura fantasía. Además, las vistas al Mediterráneo y las puestas de sol son alucinantes". El espacio, por expreso deseo de los novios, se decoró en tonos blancos y azules. "Al casarme cerca del mar, quise que esos fueran los colores protagonistas de nuestra boda. Además, nos encargamos de que hubiera detalles marinos por todas partes, en las mesas, en la decoración, en mi vestido...", apunta la novia.

Tras disfrutar de un cóctel al aire libre con varias estaciones, gourmet de jamón, mejillones, aperitivos, quesos y un sushiman que preparó un showcooking de sushi, poco común en aquella época, llegó la cena. "El menú, servido por Grupo Tragaluz y supervisado por la dueña, Rosa Esteve, incluía crema de almendras, que me recordaba mucho a mi abuela Elsie, y cabrito deshuesado asado a baja temperatura". Los postres, variados y en versión mini, se sirvieron en una colorista mesa buffet. "No queríamos que la cena se alargara demasiado tiempo y esa forma de conseguirlo, haciendo que los invitados se sirvieran las tartas y los dulces ellos mismos, nos encantó. Además, se puso otra mesa de tés y cafés de distintos sabores y, por supuesto, en la recena no faltaron las ensaimadas y la sobrasada mallorquina, que nos apasionan". Las mesas, vestidas con manteles blancos de lino, se adornaron con estrellas de mar, conchas y caracolas blancas y candelabros altos de plata.

Como detalle especial hacia su familia y amigos, Alejandra quiso organizar una 'zona beauty' en los espectaculares baños de Cap Rocat y ¡fue genial! "Los invitados se cambiaban el peinado, se maquillaban... y fue de lo más divertido. También había alpargatas de todos los colores para que las chicas pudieran aguantar el baile hasta las tantas".

Para abrir el baile, Alejandra eligió 'I've got you under my skin', de Frank Sinatra, una canción que casualmente grabó su padre hace años, el legendario comunicador Joaquín Prat. "Bailamos con su videoclip de fondo y escuchando su voz. Fue muy emocionante". La fiesta se amenizó con la actuación del grupo andaluz Siempre Así, uno de los favoritos de los novios, y las canciones elegidas por el DJ Juanma Ortega, de Los 40 Principales, que nos hicieron a bailar hasta el amanecer. "Cuando acabó todo, a las nueve de la mañana, Juanma y yo quisimos volver al hotel con los invitados que quedaban y en bus para compartir juntos la emoción hasta el último momento antes de poner rumbo a nuestro viaje de novios. ¿El destino? Nueva York, Bora Bora, Sídney, Hong Kong y Dubai. Una maravilla".

Un vestido línea sirena

"Cada prueba de mi vestido de novia fue como de cuento de hadas, un proceso que viví con toda la emoción acompañada de mi madre y Manuel Mota, el modisto de la casa Pronovias, y su equipo, que fue quien se encargó del diseño". Precisamente, fue la madre de Alejandra, Marianne Sandberg, con un vestido de gasa verde agua también firmado por Mota, una de las invitadas más elegantes de la boda. Después de probarse mil vestidos y revisar decenas de bocetos, Alejandra se decidió por un estilizado diseño blanco de línea sirena, bordado completamente a mano, con la espalda transparente, encajes y algunos motivos en color azul agua, siguiendo con el protagonismo de los detalles marinos. ¿Un detalle especial? El delicado y larguísimo velo artesanal, elegido por el propio Manuel Mota, que conquistó a Alejandra desde el primer momento. "Como toda novia, llevé algo nuevo, mi vestido, algo prestado, unos pendientes de diamantes y aguamarinas de mi madre, algo azul, un bordado de piedras bajo el pecho, y algo viejo, una liga antigua de mi abuela". Un ramo de flores blancas y azules y unas sandalias blancas con minitacón con detalles de pedrería también azul redondearon el look. El maquillaje fue casi imperceptible -"me veo más con el mínimo maquillaje"- y como peinado optó por un recogido bajo ligeramente deshilachado creado por el equipo de Alberto Cerdán.

Recién cumplido su decimosexto aniversario de boda y con tres hijos en común, Adriana, Alejandro y Amaro, Alejandra y su marido continúan igual de enamorados. Tanto que hace muy poco la periodista le dedicó al hombre de su vida un mensaje de lo más emotivo: "Volvería a casarme contigo mañana mismo. Nunca hubiera imaginado un camino por la vida mejor que el que vivimos juntos. No siempre son rosas, pero cada minuto de estos dieciséis años a tu lado ha sido el mejor de mi vida. Te quiero".