¿Qué es un masaje lingam y cómo mejora tu vida sexual solo o en pareja?
Este tipo de masaje de la sexualidad tántrica busca despertar la energía sexual para alcanzar la máxima relajación y gozar al máximo de las relaciones íntimas
¿Has oído hablar del masaje lingam? Empecemos por el principio: ‘lingam’ es el término sánscrito para referirse al órgano sexual masculino en la sexualidad tántrica. Es decir, al pene. Por tanto, y como su nombre indica, se trata de un masaje centrado en el pene, aunque no solo en él: también en toda la zona genital masculina, incluyendo los testículos, el ano y el perineo (la zona que va de los testículos al ano.
Pero el término sánscrito lingam va más allá de ser simplemente una parte más del cuerpo. Significa literalmente ‘vara de luz’, y se lo considera como un centro de energía con capacidad de crear, además de un proporcionador de placer. Es decir, como un canalizador tanto de energía como de placer.
El masaje lingam busca que el hombre no solo se relaje mientras se excita, algo ya de por sí bastante complicado, sino que entre en comunión con su parte más sensible e íntima, de forma que la conexión con la pareja tenga lugar de forma más relajada y placentera. De hecho, su fin último no es el de llegar al orgasmo, sino despertar la energía sexual para que el hombre sea capaz de conectar con su propia excitación de una manera más profunda y calmada, lo que llevará a que los vínculos entre la pareja se hagan más fuertes y estrechos, y la conexión entre ambos trascienda a la unión meramente física.
Entre sus beneficios, según los expertos, destacan mejorar la relajación y desterrar el estrés, ayudar a controlar la eyaculación precoz, mejorar la disfunción eréctil y la impotencia, trabajar posibles miedos e inseguridades y, en último término, proporcionar placer sexual. Profundicemos un poco más en ello.
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Según los defensores del sexo tántrico, el masaje lingam aporta muchos beneficios al que lo practica (en caso de hacerse en solitario) o recibe (si es en pareja), empezando por la reducción del estrés y la consecución de una relajación plena que nos hará disfrutar del sexo como nunca antes. Este masaje libera las tensiones corporales y emocionales, y predispone al cuerpo y la mente a olvidarse del mundo y gozar al máximo de las relaciones sexuales.
Por otra parte, ayuda a disfrutar plenamente de las relaciones sexuales sin llegar a una eyaculación rápida. Dado que favorece la obtención de la paz mental, por un lado, y de la relajación total, por otro, permite sentir cada detalle del encuentro sexual y disfrutar de ellos sin llegar al final antes de tiempo.
Es también muy beneficioso para los hombres cuya capacidad de excitación es limitada. Abriéndose a las sensaciones y dejándose llevar por ellas, en un profundo estado de relajación que favorece la confianza y el bienestar, posibles problemas como la disfunción eréctil o la impotencia pasan a un segundo plano y se aprende a disfrutar de una forma mucho más profunda de la sexualidad.
Para llevar a cabo un masaje lingam es importante preparar el ambiente idóneo, con un lugar cómodo e íntimo, música suave que favorezca la relajación, una iluminación cálida e íntima, y poniendo especial interés en que el hombre esté cómodo y relajado. Es básico, también, controlar la respiración para que la relajación sea total, con respiraciones suaves, lentas y profundas, y, si se hace en pareja, no olvidar los preliminares: besos, caricias y miradas harán el resto para preparar el terreno.
¿Has oído hablar del masaje lingam? Empecemos por el principio: ‘lingam’ es el término sánscrito para referirse al órgano sexual masculino en la sexualidad tántrica. Es decir, al pene. Por tanto, y como su nombre indica, se trata de un masaje centrado en el pene, aunque no solo en él: también en toda la zona genital masculina, incluyendo los testículos, el ano y el perineo (la zona que va de los testículos al ano.