El sencillo truco para eliminar los malos olores del fregadero

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El mal olor que a veces emana del fregadero no solo resulta desagradable, sino que puede llegar a impregnar toda la cocina si no se aborda de manera adecuada. Aunque existen numerosos remedios caseros a base de vinagre o bicarbonato, estos suelen ofrecer resultados temporales. Para quienes buscan una solución realmente efectiva y duradera, los expertos recomiendan un método profesional que ataca directamente el origen del problema: la limpieza del sifón y la aplicación de un gel enzimático específico para tuberías.

La acumulación de restos de comida, grasa y residuos orgánicos en el sifón —la sección en forma de “U” del tubo bajo el fregadero— es una de las principales causas del mal olor. Con el paso del tiempo, esta materia en descomposición genera gases y bacterias que acaban filtrándose al ambiente.

Para solucionarlo, lo primero que se debe hacer es desmontar cuidadosamente el sifón, colocando un recipiente debajo para evitar derrames. Tras vaciar su contenido, se recomienda limpiarlo a fondo con agua caliente y un cepillo. Esta acción sencilla elimina los residuos sólidos acumulados y deja la tubería lista para el segundo paso.

Una vez limpio el sifón, es fundamental aplicar un gel enzimático desatascador, un producto diseñado para descomponer de forma efectiva la materia orgánica adherida a las paredes internas de las tuberías. Estos geles, disponibles en supermercados, ferreterías y tiendas online, contienen enzimas activas que actúan lentamente pero con gran eficacia, sin dañar las cañerías ni el medioambiente. Marcas como HG, BioDrain o Saniclin son algunas de las más utilizadas.

Para aplicarlo correctamente, basta con verter la cantidad indicada por el fabricante directamente en el desagüe por la noche, asegurándose de no usar agua durante al menos 6 u 8 horas para permitir que el producto actúe. Repetir este procedimiento una vez por semana durante varias semanas ayuda a mantener las tuberías limpias y libres de malos olores a largo plazo.

Este método no solo es más eficaz que los remedios naturales, sino que también previene futuros atascos y contribuye al buen mantenimiento del sistema de desagüe. Si a pesar de seguir estos pasos el mal olor persiste, podría tratarse de un problema más profundo en la instalación, como una mala ventilación de las tuberías o acumulaciones en tramos más alejados. En ese caso, lo más recomendable es consultar con un fontanero profesional para una revisión más exhaustiva.