¿Qué es el efecto afterburn y cómo afecta a nuestro cuerpo?
Este fenómeno, avalado por los expertos, nos puede ayudar a quemar calorías de una forma mucho más rápida
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Puede que alguna vez hayamos terminado una clase de entrenamiento sintiendo que nuestro cuerpo seguía "trabajando" incluso horas después de habernos duchado y comido. Esa sensación tiene un nombre científico: efecto afterburn, y se está ganando un espacio importante en el mundo del fitness. También conocido como EPOC (Excess Post-exercise Oxygen Consumption), este fenómeno es el proceso por el cual el cuerpo continúa quemando calorías tras una sesión intensa de ejercicio. Esto ocurre porque el organismo necesita energía extra para volver a su estado de reposo: restaurar los niveles de oxígeno, regular la temperatura corporal y reparar el tejido muscular.
Este fenómeno no aparece con cualquier tipo de actividad física. Suele activarse después de entrenamientos de alta intensidad como el HIIT (entrenamiento por intervalos de alta intensidad), el CrossFit o ciertas clases de cardio funcional. Lo interesante es que, tras una sesión de unos 45 minutos, el cuerpo puede seguir quemando calorías durante las siguientes 24 a 48 horas. Para muchas personas con jornadas exigentes y poco tiempo libre, el afterburn se convierte en un gran aliado. No se trata solo de perder peso, sino de optimizar el esfuerzo: dedicar menos tiempo a entrenar y seguir quemando calorías mientras se trabaja, se camina o incluso se descansa. Pero no todo es automático. Para que este efecto sea real y sostenido, es fundamental combinar el ejercicio adecuado con una alimentación equilibrada y un descanso reparador. Además, no conviene abusar de entrenamientos muy intensos sin la orientación de un profesional, ya que podría generar fatiga o lesiones.
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La ciencia respalda esta estrategia. Estudios recientes señalan que el EPOC puede incrementar el metabolismo basal, lo que significa que nuestro cuerpo se vuelve más eficiente a la hora de usar energía, incluso en reposo. Esto es especialmente positivo para las personas que buscan mejorar su composición corporal sin caer en rutinas monótonas.
Incorporar el afterburn en la rutina no requiere de grandes sacrificios, sino que basta con incluir dos o tres sesiones semanales de ejercicio intenso y bien dirigido. Asimismo, con el tiempo, el cuerpo se adapta y ese “trabajo silencioso” tras el entrenamiento se traduce en una mayor vitalidad y sensación de bienestar. Por tanto, sentirse bien también empieza por entender cómo funciona nuestro cuerpo, y el afterburn es una prueba de que, a veces, los mejores resultados ocurren cuando creemos que ya hemos terminado.
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Puede que alguna vez hayamos terminado una clase de entrenamiento sintiendo que nuestro cuerpo seguía "trabajando" incluso horas después de habernos duchado y comido. Esa sensación tiene un nombre científico: efecto afterburn, y se está ganando un espacio importante en el mundo del fitness. También conocido como EPOC (Excess Post-exercise Oxygen Consumption), este fenómeno es el proceso por el cual el cuerpo continúa quemando calorías tras una sesión intensa de ejercicio. Esto ocurre porque el organismo necesita energía extra para volver a su estado de reposo: restaurar los niveles de oxígeno, regular la temperatura corporal y reparar el tejido muscular.