Mientras en España solemos ver la limpieza como una obligación más dentro de la rutina semanal, en Suecia se ha convertido en todo un ritual de bienestar. Allí, limpiar no significa solo dejar la casa reluciente: es una práctica casi espiritual que conecta orden, calma y comunidad. Este enfoque tiene nombre propio, Städdag, que literalmente significa “día de limpieza”, y cada sábado los suecos lo celebran con la misma disciplina y entusiasmo con que otros esperarían una comida familiar.
Susanna Heiskanen, especialista en bienestar escandinavo, explica que “el Städdag es un día designado para cuidar las áreas comunes, ya sea en una comunidad o en casa. No se trata de limpiar por limpiar, sino de crear un entorno armónico que nos haga sentir bien”. En las comunidades de viviendas, los vecinos se reúnen para ordenar y mantener los espacios compartidos, lo que refuerza la convivencia y el sentido de responsabilidad colectiva.
En el hogar, se traduce en dedicar un tiempo conjunto, sin pantallas ni distracciones, para dejar todo listo antes de disfrutar del fin de semana. La tradición tiene raíces profundas: los largos inviernos suecos y los días oscuros convirtieron el hogar en el epicentro del bienestar. Por eso, mantenerlo en orden y lleno de luz es casi un acto de autocuidado.
En este sentido, el Städdag se acerca a una práctica de mindfulness doméstico, donde cada gesto, abrir las ventanas, ordenar un cajón, pasar la aspiradora, tiene un propósito: cuidar el espacio que también nos cuida a nosotros. Incorporar el método en casa es más fácil de lo que parece. Solo hay que fijar un día semanal, repartir tareas y trabajar en equipo.
De este modo, Heiskanen lo resume con naturalidad: “Cuando limpiamos juntos, no solo ordenamos la casa; también despejamos la mente y fortalecemos los lazos con quienes la compartimos”. Quizá ahí resida el verdadero secreto nórdico del bienestar: convertir lo cotidiano en un acto de conexión y calma.
Mientras en España solemos ver la limpieza como una obligación más dentro de la rutina semanal, en Suecia se ha convertido en todo un ritual de bienestar. Allí, limpiar no significa solo dejar la casa reluciente: es una práctica casi espiritual que conecta orden, calma y comunidad. Este enfoque tiene nombre propio, Städdag, que literalmente significa “día de limpieza”, y cada sábado los suecos lo celebran con la misma disciplina y entusiasmo con que otros esperarían una comida familiar.