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'House' cambia la bata blanca por el piano
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'House' cambia la bata blanca por el piano

Cuando uno tiene madera de artista, le da igual interpretar a un personaje iracundo tipo doctor House que a un bluesman del viejo San Luis en

Cuando uno tiene madera de artista, le da igual interpretar a un personaje iracundo tipo doctor House que a un bluesman del viejo San Luis en un escenario cargado de nostalgia de New Orleans. Artista se nace. Así lo demostró Hugh Laurie en Marbella este domingo, sustituyendo el bisturí por el piano y la guitarra. Cambiar su instrumental médico por el micrófono ha sido todo un acierto. El artista británico se subió al escenario de Starlite Festival en su último concierto en España y dejó pasmado al público con su peculiar disco Let them Talk: blues en directo de toda la vida. Abrió la noche de la mano de Mellow Down Easy, acompañado por su banda Cooper Bottom Band. Su música, arropada por la piedra mítica de Nagüeles, resonaba en toda Sierra Blanca como si del mismísimo Mississippi se tratara, rugiendo por la montaña más milenaria de Marbella.

Al público se lo ganó desde la primera canción. Los ingredientes: su buena música y su sentido del humor. Changes, Tanqueray, Green Green Rocky Road, Tipitina, Yeh yeh o Winnin Boy fueron algunas de las veintidós canciones que entonó vasito en mano de Whisky o licor de manzana, “que también me apasiona”, y así, con una escenografía bien lograda, que recordaba los clubs de blues de mediados de siglo, trasladó a los asistentes varias décadas atrás.

Grandes del Jazz

Guitarra en mano, cuando entonó Waitin for train, dejó claro al público que las canciones que interpretaba no eran suyas, sino parte de un homenaje que siempre ha deseado hacer a los grandes del Jazz. El público, ya entregado por sus dotes como actor, pudo disfrutar hermosas versiones de los clásicos de blues de New Orleans. Con ese estilo desairado que le caracteriza, demostró entre canción y canción que ese sentido del humor tan particular de su personaje le viene de fábrica.

Laurie derrochó simpatía ante un auditorio formado principalmente por seguidores de la serie House, con ganas de ver de cerca al actor que interpreta a ese odiado y a la vez amado doctor, sin gama de grises, que está convencido de que todos los pacientes mienten. Hubo hasta una fan que, hechizada por su estilo desgarbado y arrogantes ojos azules, se lanzó hacia el escenario para regalarle su zapato, cual Cenicienta. Entonces la corbata amarilla de margaritas de Lauire tembló.

Whisky con Copper Bottom Band

Al actor, de cincuenta y dos años, le encantó compartir el calor del público de Marbella con sus músicos. De hecho, terminó el recital invitando a todos los miembros de la banda a whisky como muestra de agradecimiento. La Copper Bottom Band, formada por seis músicos, es todo un descubrimiento. Los coros un logro pleno. Cuando llegó el turno de 'John Henry', uno de los temas del generoso recorrido por la tradición del blues, los aplausos retumbaron en la platea.

En el palco de honor, entre copita y copita de cava, Ramón Calderón, Miriam Díaz Aroca, Bosco Ussia con su mujer Alejandra de Borbón o Béatrice d´Orléans pergeñaban estrategias miles para conseguir el autógrafo del cantante. Pero se quedaron con las ganas. A Laurie, su doctor favorito, un tal Gregory House, un médico poco convencional e inconformista, le tienen prohibido engordar la mitomanía del público por salud mental propia. Así que tras el último acorde en el escenario, el personaje se perdió por la ciudad dejándonos a solas con su magnética clave de sol.

Cuando uno tiene madera de artista, le da igual interpretar a un personaje iracundo tipo doctor House que a un bluesman del viejo San Luis en un escenario cargado de nostalgia de New Orleans. Artista se nace. Así lo demostró Hugh Laurie en Marbella este domingo, sustituyendo el bisturí por el piano y la guitarra. Cambiar su instrumental médico por el micrófono ha sido todo un acierto. El artista británico se subió al escenario de Starlite Festival en su último concierto en España y dejó pasmado al público con su peculiar disco Let them Talk: blues en directo de toda la vida. Abrió la noche de la mano de Mellow Down Easy, acompañado por su banda Cooper Bottom Band. Su música, arropada por la piedra mítica de Nagüeles, resonaba en toda Sierra Blanca como si del mismísimo Mississippi se tratara, rugiendo por la montaña más milenaria de Marbella.