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El éxito personal y profesional de Kate Middleton a días de ser familia numerosa
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El tercer hijo de los duques nacerá en breve

El éxito personal y profesional de Kate Middleton a días de ser familia numerosa

La monarquía británica genera una media de 20.000 millones de euros anuales solo en merchandising y ha sido un referente en todo Occidente

Foto: La duquesa de Cambridge en una imagen de archivo. (Getty Images)
La duquesa de Cambridge en una imagen de archivo. (Getty Images)

El Reino Unido ha sido históricamente el referente monárquico por excelencia del mundo occidental. Con sus ‘picos’ y ‘valles’, en efecto, porque también han brillado estrellas en otros países. Aunque estas, a la luz de la historia, o no lo han hecho tanto o han sido más bien fugaces.

A ello han contribuido numerosos factores, por supuesto. Entre ellos, además de su propia consolidación histórica, los largos mandatos de algunos monarcas. Por ejemplo, los 63 años en el trono de la reina Victoria, los 59 del rey Jorge III, los 58 años de Jaime VI de Escocia y I de Inglaterra, los 56 de Enrique II… A la cabeza de todos ellos se ha situado ya la reina Isabel II, que este mes de abril cumple 92 años y que en febrero pasado celebró sus 66 años como monarca de la Mancomunidad de Naciones.

Londres ha sido un referente también para la monarquía española. Incluso en los dos últimos siglos y a pesar de Gibraltar. Ejemplo de ello han sido los minuciosos y prolongados preparativos de la visita de los reyes Felipe y Letizia, el año pasado, al margen de los aplazamientos por circunstancias internas. O la trascendencia que tuvo en 1986 la visita de los reyes Juan Carlos y Sofía, ¡once años después de acceder al trono! Aunque la historia aporta capítulos que ilustran muy bien esta cuestión.

placeholder Los Reyes, de cena de Estado en Buckingham. (Reuters)
Los Reyes, de cena de Estado en Buckingham. (Reuters)

Felipe II, un condicionado ‘rey consorte’

Felipe II (1527-1598), antes de ser rey de España, recibió la corona de Nápoles (1553) tras su breve matrimonio con María de Portugal (1527-1545), para poder casarse con María Tudor (1516-1558), que accedió al trono de Inglaterra e Irlanda ese mismo año (1553). La boda se celebró en julio de 1554. El entonces príncipe de España y rey de Nápoles permaneció durante largas temporadas en la corte británica, hasta el extremo de que en España temieron que hubiera sido secuestrado.

Entre las condiciones que se establecieron para aprobar el matrimonio, que generó una enorme polémica, se incluyó una por la que el Felipe debía renunciar a todos los derechos en el caso de que su esposa falleciera. En noviembre de 1558 falleció María Tudor y como no tuvieron hijos, el heredero de Carlos I cumplió con el contrato. Aunque en esas fechas prácticamente ya no residía con su esposa; sobre todo, desde el 16 de enero de 1556, día en el que fue coronado como rey de España, tras la abdicación de su padre en octubre del año anterior.

Un puente de plata para Alfonso XII

Cuando Isabel II (1830-1904) fue destronada (La Gloriosa, 1868), se exilió en Francia y dos años más tarde abdicó en su hijo Alfonso (1857-1885). Desde los 11 años, el futuro rey Alfonso II se formó fuera de España. Primero en París, después en Ginebra y más tarde en la Academia Militar de Sandhurst, en Inglaterra. Y en este centro, ya con 17 años, firmó el conocido como Manifiesto de Sandhurst, de corte católico y liberal, que le sirvió de presentación como firme candidato a la Corona española.

De hecho, pocas semanas después, el 29 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos se declaró a favor de la restauración monárquica en Sagunto. Y en enero de 1975, Alfonso XII regresó a España y fue proclamado rey por las Cortes.

Alfonso XIII y Ena.La esposa que no fue de Alfonso XIII

Su hijo Alfonso XIII, que nació siendo rey el 17 de mayo de 1886, también viajó a Inglaterra, aunque con un motivo bien distinto. Tres años después de acceder al trono, tras la regencia de su madre María Cristina, viajó a la corte británica para conocer a la que iba a ser su novia y prometida, la princesa Patricia de Connaught. Sin embargo, ella le rechazó, lo que permitió al monarca español actuar por cuenta propia, porque él ya se había fijado en otra joven princesa de pelo muy claro, Victoria Eugenia de Battenberg, Ena, nieta de la reina Victoria como su primera candidata.

Según explicó la reina Isabel II a los Reyes de España, durante su reciente visita a Londres, en julio de 2017, Alfonso XIII y Ena se dieron el 'sí' en el Salón del Baile de Buckingham, la estancia más grande del palacio. Y se casaron en mayo de 1917.

Las confidencias de Juan Carlos y Sofía

Londres es también una ciudad de particular memoria para los Reyes eméritos de España, Juan Carlos y Sofía, que siendo príncipe y princesa intimaron durante su estancia en esa ciudad con motivo de la boda de Eduardo de Kent y Katherine Worsley, duques de Kent, a primeros de junio de 1961. El príncipe Juan Carlos fue designado caballero acompañante de doña Sofía, por lo que ambos estaban registrados (él, como conde de Gerona) en el mismo hotel y tuvieron la oportunidad de mantener largas conversaciones… Doña Sofía se lo relató años más tarde a Pilar Urbano:

“El que habla con ella en la penumbra del hotel Dorchester es un hombre taciturno, con mechas melancólicas, que pasa de la risa aparatosa, de la jarana exultante, del chiste pícaro, del comer sandía vestido de esmoquin dentro de un taxi londinense, a quedarse engolfado en un silencio umbrío (…) Este que la mira a través del cristal de su copa lleva alojada dentro la extrañeza de ese dolor atroz imaginario (…) Ese dolor ausente, pero terrible, dicen, de las amputaciones. Del hermano amputado”.

La cima de la popularidad se llama Kate

La Corona británica, que ha atravesado recientemente épocas horribilis, disfruta de un dilatado periodo de bonanza, en términos de apoyo popular, ajenas de alguna manera a las crisis y convulsiones políticas. No es que la maquinaria de Buckingham se haya distinguido precisamente por su agilidad a la hora de entender y atender las demandas sociales del siglo XXI, pero sí ha sabido responder con determinación y una cierta humildad. Y ha recuperado la confianza de los británicos una y otra vez. Además, su alto coste presupuestario es rentable: deja alrededor de 20.000 millones de euros anuales solo en merchandising.

placeholder La duquesa de Cambridge. (Reuters)
La duquesa de Cambridge. (Reuters)

El principal activo del ‘pico’ de popularidad del que disfrutan los ‘royals’ en estos últimos años se llama Kate Middleton (Reading, 1982), la duquesa de Cambridge, esposa del príncipe Guillermo, el segundo en la línea de sucesión. La joven mujer que ha roto algunas de las costumbres ancestrales de la familia real (muy distinto a la época de su difunta suegra, la ‘princesa del pueblo’), la que se mueve con ese ‘halo de reina’ aparentemente natural, la joven a la que la reina Isabel ríe todas sus gracias.

Desde su regreso a Kensington, tras el retiro del matrimonio en Hanmer Hall, los duques de Cambridge volvieron a asumir una parte de la agenda oficial. Y con más protagonismo, sin duda, porque el duque de Edimburgo ya ha abandonado la escena pública oficial y porque la propia reina Isabel ha reducido significativamente su actividad. Es verdad que el príncipe Carlos, aún heredero, lleva un gran peso de la agenda real. Sin embargo, los que brillan en el día a día son los duques de Cambridge, sobre todo ella, Kate, que es la que mejor ha conectado con las clases medias británicas.

Novedad: un escenario compartido

Aunque, precisamente ahora, comparten protagonismo con cierta complicidad con el príncipe Harry y su prometida, la actriz y modelo estadounidense Meghan Markle (Los Ángeles, 1981), con la que contraerá matrimonio el próximo 19 de mayo. En pocas fechas, Markle también ha roto algunos esquemas. Entre ellos, por ejemplo, su reciente posicionamiento público a favor de las tesis feministas, coincidiendo con la oleada mundial de apoyo a los derechos y al protagonismo de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad. Una actitud que no ha sorprendido demasiado, aunque sí se ha entendido como un detalle de la diferencia de caracteres, en relación con la duquesa de Cambridge.

Kate Middleton, por ejemplo, acudió a la última edición de los premios Bafta, que organiza la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión, con un largo y elegante vestido verde oscuro, cuando buena parte de los asistentes confiaban en que esa noche dejaría a un lado el protocolo y optaría por el negro. No fue así, aunque parece que quiso hacer un guiño al banquillo feminista y lució un lazo negro en la cintura.

No hay duelo de ‘royals’

No. No hay duelo de ‘royals’, sino complicidad. Al menos, de momento. La duquesa de Cambridge presume con elegancia y casi a diario de su tercer embarazo, mientras Meghan Markle trata de interiorizar el complejo y minucioso protocolo de su futura familia. Las dos han compartido ya escenario y parece que empatizan, incluso en las cuestiones de estilismo y de vestuario, siempre tan interesantes para la opinión pública. Con estilos diferentes, juntas transmiten una imagen armónica.

placeholder Kate y Meghan en un acto de la Royal Foundation. (Reuters)
Kate y Meghan en un acto de la Royal Foundation. (Reuters)

Meghan se deshace en elogios al hablar de sus futuros cuñados, a quienes ha agradecido su gran apoyo en esta etapa previa a la boda. Y los duques de Cambridge, junto al príncipe Harry, se han apresurado a anunciar que Meghan se incorporará a partir del 19 de mayo al patronato de la Royal Foundation que constituyeron en 2011 para gestionar su actividad filantrópico-benéfica.

La tercera maternidad de Kate

placeholder Los Cambridge. (Reuters)
Los Cambridge. (Reuters)

Kate Middleton se desliza con extraordinaria seguridad por las aristas de la agenda oficial, a escasas fechas de su tercera maternidad, que muy probablemente tenga lugar en el St. May’s Hospital, como en 2013 y en 2015, por el nacimiento del príncipe George y de la princesa Charlotte. No es lo habitual en el seno de la familia real británica, cuyos nuevos vástagos han nacido tradicionalmente ‘en casa’, pero las complejidades de los embarazos de la duquesa han aconsejado la atención hospitalaria, aunque de muy corta estancia.

Desde que se supo que Kate Middleton daría a luz en abril se ha especulado, y mucho, sobre el día en que puede nacer la nueva criatura de los duques de Cambridge… La fecha estimada se sitúa a mediados de abril. Pero solo faltaba ya, para el éxito total, que se retrasara unos días y al ‘efecto Kate’ se añadiera el alumbramiento en el día de San Jorge (23 de abril, patrón de Inglaterra) o en el séptimo aniversario de su boda (29 de abril). En todo caso, sea cuando fuere, lo cierto es que entre este nacimiento y la boda del príncipe Harry, la rentabilidad de la monarquía británica se disparará este año muy por encima de los 20.000 millones de euros.

Buena clienta de Amaia Kids

Entre tanto, aunque ya no se ve al matrimonio por los pubs como cuando residían en Hanmer Hall, ella mantiene su costumbre de acudir con estudiada espontaneidad a determinados comercios, generalmente para alimentar el armario (el de ella o el de sus hijos) con modelos asequibles a la mayoría de los bolsillos. En España, por ejemplo, han sido muy comentadas las visitas de la duquesa al número 14 de Cale Street, donde se encuentra la tienda de Amaia Arrieta (Amaia Kids), la donostiarra que ha triunfado en Londres con propuestas clásicas de ropa infantil importadas de España: Irulea (San Sebastián), Marae (Zamora) o M&H (Valladolid).

El abrigo de lana, color burdeos, que llevó la pequeña Charlotte en su primer día de guardería, en enero pasado, procedía de Coreses, un pequeño pueblo muy próximo a Zamora, en el que se asienta un polígono industrial que alberga una parte de la escasa industria con la que cuenta esa provincia. Algo tendrá que ver en esta elección de la duquesa, lógicamente, el hecho de que la nanny de los dos pequeños (y previsiblemente del tercero, que nacerá este mes de abril) sea desde finales de febrero de 2014 María Teresa Turrión Borrallo, una palentina formada en la prestigiosa escuela universitaria Norland College (Bath), que tiene el honor de ser la primera nanny extranjera en la familia real británica.

Foto: El look completo de la princesa Charlotte.

Fermín J. Urbiola

Periodista y escritor

www.ferminjurbiola.com

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El Reino Unido ha sido históricamente el referente monárquico por excelencia del mundo occidental. Con sus ‘picos’ y ‘valles’, en efecto, porque también han brillado estrellas en otros países. Aunque estas, a la luz de la historia, o no lo han hecho tanto o han sido más bien fugaces.

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