Mary de Dinamarca, dos 'coronaciones' y un vestido (modificado)

Dos 'coronaciones' y un vestido. Así podemos describir la elección de vestuario de Mary de Dinamarca para la cena de gala con motivo de la entronización del emperador Naruhito de Japón. Una decisión que además la convirtió en una de las más alabadas y acertadas de la noche, ya que se presentó en el Palacio Imperial con un vestido en rosa palo, de cuyos hombros salía una espectacular capa de lentejuelas, un elemento tan característico que nos tenía completamente despistados en cuanto al diseño, que finalmente ha resultado no ser de estreno.

Ahora hemos sabido que es el mismo vestido que Mary escogió para otra coronación, la investidura del rey Guillermo Alejandro de Holanda. Claro que con una diferencia notable. En 2013, Mary llevó este diseño de la danesa Birgit Hallstein con un cuerpo de encaje y pedrería, con escote barco y manga larga en la cena previa. Ha bastado cambiar la parte superior por esta espectacular capa, elaborada por el también danés Jesper Hovring, para que la heredera danesa luciera un vestido que parecía completamente nuevo y distinto a todo lo visto anteriormente.

Pero, atención, que esta no es la primera vez que la princesa Mary reutiliza un vestido y lo modifica ligeramente para volver a lucirlo. Y si este vestido de Birgit Hallstein parece haberse convertido en el 'uniforme' de las coronaciones, hay una prenda que parece ser el de los encuentros con Victoria de Suecia. Y es que, en la última visita que la heredera sueca hizo a Dinamarca, la australiana lució el mismo vestido que había llevado en la fiesta prenupcial de la propia Victoria y Daniel Westling, en junio de 2010, aunque la última es una versión también modificada, ligeramente acortada y adaptada a su figura actual.

Y la modificación de vestidos no es algo exclusivo de Mary Donaldson en la realeza europea. Sonada fue la alteración que hizo la reina Letizia del Varela que llevó en la cena previa a su boda con el entonces príncipe Felipe. Y también Kate Middleton echa mano de su costurera personal para que adapte sus diseños antiguos a nuevos tiempos y sus gustos actuales. El último caso fue el vestido de Alexander McQueen que estrenó en los Bafta de 2017 y volvió a llevar en la gala anual de la National Portrait Gallery, con escote diferente y habiéndole añadido mangas.