El cariñoso encuentro de Felipe y Letizia con Marcelo Rebelo de Sousa en Portugal

Primer viaje de la semana para los reyes Felipe y Letizia. Su destino, las ciudades portuguesas de Cascais y Lisboa, y por un motivo doble. Por un lado, mantener un encuentro con el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa; por otro, asistir a la inauguración del Botton-Champalimaud Pancreatic Cancer Centre, el primer centro mundial dedicado a la investigación y tratamiento del cáncer de páncreas. Una jornada soleada y en la que los tres han dejado ver lo especial que es la relación que les une y que va más allá de la mera diplomacia entre países.

La primera parada ha sido en Cascais, concretamente en la plaza de la Ciudadela, donde ha tenido lugar el recibimiento oficial delpresidente de Portugal, además de un almuerzo privado al que no ha podido acceder la prensa. La cordialidad que hay entre el mandatario y el matrimonio real se ha hecho patente una vez más, a través de los gestos y los saludos, que en esta ocasión han sido menos distantes que los que vemos últimamente y no han tenido tan en cuenta las restricciones del covid, presentes, eso sí, a través de las mascarillas de unos y otros.

El ambiente relajado no ha sido muy diferente al de los anteriores encuentros que han mantenido, otros dos en lo que llevamos de año. El primero de ellos fue en marzo, cuando el rey Felipe recibió a Marcelo de Sousa y otros representantes del Gobierno portugués en el Palacio Real. Después, estuvo invitado para disfrutar de una cena privada con los Reyes en el palacio de la Zarzuela. Y algo similar pasaba en marzo, pero con los protagonistas intercambiados: primero, encuentro con ambos en el Palacio Real y, después, un almuerzo más distendido y organizado por el propio monarca en una terraza de la plaza de Oriente de Madrid.

Durante el encuentro, el presidente portugués también ha querido presumir de paisajes y no ha perdido la oportunidad de enseñar a los Reyes la magníficas vistas que hay del océano Atlántico desde el punto de Cascais donde se encontraban. El buen tiempo les ha acompañado en esta visita y con un tiempo más propio del verano que del otoño han podido disfrutar de las vistas y el mar. Un clima para el que la reina Letizia ha encontrado el atuendo ideal en su armario: un vestido muy vaporoso, en color blanco con lunares negros que estrenaba en 2020, durante su visita a Almonte.

Era solo la primera parte de una visita que tendría su plato fuerte unas horas más tarde y ya en la capital, Lisboa, con la inauguración del Botton-Champalimaud Pancreatic Cancer Centre, un centro pionero que lleva ya varios años en desarrollo y con el que también la reina Sofía tiene mucho que ver, ya que forma parte desde 2016 del Consejo de Curadores de la Fundación Champalimaud. Una muestra más de la enorme implicación de la familia real con los pacientes de cáncer y sus familias.