La reina Sofía, despedida como una estrella en un restaurante de Ourense

Desde hace unos años, la Reina emérita está intentando conocer las sedes que el Banco de Alimentos tiene en cada provincia española. Desde Málaga hasta Tenerife, pasando por Toledo, Burgos, Badajoz o Murcia. Y este martes le tocaba el turno a la de Ourense, siempre con la idea de conocer su funcionamiento y el impacto que ha tenido desde la pandemia. Y es raro que se vaya de la zona que visita sin disfrutar de su gastronomía. Por eso, esta semana no dudó en almorzar en un restaurante de Ourense, de donde la reina Sofía fue despedida como una auténtica estrella, con un aplauso que le llegó a emocionar.

En Vanitatis hemos querido hablar con José Luis González, el dueño de Pingallo, este establecimiento familiar que escogió la Reina emérita para almorzar antes de marcharse de Galicia. Está especializado en pescados y mariscos, un menú ideal para la madre de don Felipe, que evita comer carne. Por eso, degustó un pulpo a feira, un lenguado de la ría a la menier y, de postre, unas fresas. Un almuerzo sano y equilibrado, muy de su gusto. La anécdota de la comida vino con la bebida, ya que doña Sofía optó por un zumo de tomate, algo que en el restaurante no están acostumbrados a servir. "Me habían chivado que podía ser una de las opciones", nos confiesa José Luis. Así que, aunque no lo habían servido nunca, estaba bien preparado.

La visita de la reina Sofía no fue una sorpresa para el equipo del local, aunque se intentó mantener en secreto hasta el último momento, especialmente por cuestiones de seguridad. "Me habían reservado dos mesas y, antes de la hora, me avisaron de que podía recibir una llamada de Casa Real. Como sabía que venía al Banco de Alimentos, lo supuse", nos cuenta un orgulloso dueño, aún desbordado de la emoción por la visita. "Esto es un recuerdo que no se va a olvidar nunca, ni para mí ni para el restaurante". Y eso que el establecimiento tiene 92 años de historia, es el más antiguo de Ourense y por sus mesas han pasado todo tipo de celebridades.

Pero no hay duda de que el paso de doña Sofía por Pingallo ha marcado un antes y un después. Compartió mesa con otros cuatro comensales, mientras su equipo de seguridad almorzaba en una mesa cercana. De la Reina emérita, José Luis González nos cuenta que es una mujer "educadísima y muy cortés". Le llamó la atención, por un lado, "que se conserva genial y la figura tan esbelta que tiene"; por otro, "su saber estar y su sencillez". Como todos los días, el salón estaba lleno y a la madre del rey Felipe no le importó hacerse una foto con quien se lo pedía. Por supuesto, no faltó una imagen de recuerdo con todo el equipo del restaurante, que ya guardan como oro en paño.

Lo mejor, nos confiesa, fue la despedida que le brindaron los clientes, como si fuera una estrella mundial. "Al irse, todos los que estaban comiendo se levantaron a aplaudirla. No estaba preparado, se levantaron como un resorte y no pararon de aplaudir durante un buen rato. Ella llegó a emocionarse y lo agradeció mucho", nos cuenta. Una prueba de que la reina Sofía sigue siendo el miembro más popular y querido de la familia real, un dato con el que José Luis está totalmente de acuerdo, después de conocerla en persona: "Se lo merece, lo tiene ganado a pulso".

Pero los aplausos no terminaron al salir del restaurante. Lógicamente, había un equipo de seguridad con doña Sofía y los alrededores de Pingallo no estaban como siempre. Se notaba que sucedía algo fuera de lo normal. Por eso, los ourensanos que pasaban cerca, al saber quién estaba en el interior del conocido local, no dudaban en quedarse para poder verla de cerca y saludarla. Así que ya en la calle no faltó otro aplauso que ella, todo sonrisas, agradeció como es habitual, llevándose la mano al corazón. Unos últimos minutos de baño de masas en tierras gallegas, antes de coger el AVE en el que regresaría a Madrid, el mismo medio de transporte en el que había viajado hasta Ourense unas horas antes.

No hay duda de que fue una comida muy agradable para doña Sofía, pero también un momento único para el establecimiento, no solo para el propietario del restaurante y sus trabajadores, sino también para los comensales, que estaban encantados de tenerla cerca, a juzgar por ese enorme aplauso que nos cuenta José Luis González, del que asegura que "aún resuena".

Pingallo se une así a la larga lista de restaurantes en los que doña Sofía suele rematar sus visitas a las capitales de provincia con sede del Banco de Alimentos. Es una de las actividades que desarrolla de forma paralela a la agenda oficial del Palacio de la Zarzuela y una de las que más tiempo y esfuerzo le ocupan. La Fundación Reina Sofía colabora con esta organización desde hace ya más de diez años, pero la actividad de la Reina emérita se ha incrementado en los dos últimos años, al querer conocer de primera mano las necesidades de cada sede tras la pandemia y el beneficio que han aportado a las personas más necesitadas de cada zona.