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Sofía, la reina de la mirada que ríe: las curiosidades más desconocidas de la madre de Felipe VI
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FAMILIA REAL ESPAÑOLA

Sofía, la reina de la mirada que ríe: las curiosidades más desconocidas de la madre de Felipe VI

Ha coescrito dos libros, es animalista, vegetariana, no cambia de peinado porque tiene "la cara ancha" y quiere que sus cenizas se esparzan en el Mediterráneo y el Egeo

Foto: La reina Sofía, en una imagen de archivo. (Cordon Press)
La reina Sofía, en una imagen de archivo. (Cordon Press)

"¡Sofía, Sofía!", gritaban los helenos cuando nació la primogénita del rey Pablo I de Grecia y de Federica de Hannover. Ellos hubieran preferido Olga, pero el pueblo quería llamarla según la costumbre griega, como su abuela, en este caso Sofía de Prusia, y así fue como ese frío 2 de noviembre de 1938, en el Palacio Real de Atenas, nació una Reina extraordinaria y comenzó una de las vidas más apasionantes de la realeza europea.

Hija, hermana y madre de reyes, además de Reina, bien podría haber protagonizado una serie como 'The Crown', en la que se cuentan las vicisitudes de Isabel II y su esposo, Felipe de Edimburgo, ambos parientes de Sofía. En una escena de la serie de Netflix, la reina madre dice, refiriéndose a la monarquía: “Antes reinábamos, después gobernábamos, y ahora no somos nada, solo marionetas”. Una reflexión alejada de la situación de la Reina emérita, que cuenta con el cariño tanto del pueblo griego, que la llama “la reina de la mirada que ríe”, como del pueblo español, que la considera el gran valor de la monarquía.

Aunque su llegada a España no fue fácil. En aquella época que ella misma define como “cuando no éramos nadie”, la joven Sofía y Juan Carlos tuvieron que enfrentarse a un país donde nadie les quería: ni monárquicos porque querían al padre, ni demócratas porque deseaban la república. Tampoco a ella porque era extranjera. Aunque sí se tenían el uno al otro, y un amor que si bien con los años pudo debilitarse, en aquel momento fue el motor de la restauración de la monarquía parlamentaria tal y como hoy la conocemos, una de las más modernas de Europa. Y ese logro pudo conseguirse, en parte, gracias a la experiencia, la tenacidad y la profesionalidad de Sofía. ¿Pero cómo es nuestra Reina emérita?

Ecologista y amante de la naturaleza

Le apasiona estar en contacto con la naturaleza, de joven perteneció a los boys scouts. Su lugar favorito del mundo es junto al Mediterráneo, por eso revive en Mallorca, en el palacio de Marivent. El sol y el buen tiempo levantan su ánimo y le dan energía. También pasa temporadas en el palacio de la Zarzuela, pero no todo el año, ahora que sus actividades oficiales han bajado notablemente.

Es prácticamente vegetariana al igual que su hermana Irene. Ninguna de las dos comen jamás carne, por una promesa que hicieron ambas tras el fallecimiento de su padre. Incluso cuando viaja en avión o en el AVE pide el menú vegetariano. En alguna ocasión ha comentado en relación con la dieta mediterránea que sigue habitualmente: “Me gusta el aceite de oliva, las lechugas y la ensalada”.

placeholder La reina Sofía, junto a su hermana Irene. (EFE)
La reina Sofía, junto a su hermana Irene. (EFE)

Detesta la caza, tal y como ella misma manifiesta: “A las cacerías solo iba a conocer a gente y a charlar. Me gustan las conversaciones en torno a la chimenea, pero jamás cogí un arma. No me gusta matar animales, y mucho menos verlos sufrir en una plaza de toros o en una pelea de gallos”. Su único abrigo de piel de su armario se lo regaló su padre, el rey Pablo, y ella nunca se lo ha puesto: “Puedo abrigarme de otras maneras”, ha comentado en alguna ocasión. Le gustan también los perros, ha tenido y tiene de varias razas, entre ellos yorkshires, bolcanos, un san bernardo al que le pusieron Beethoven y que le regaló la Asociación Nacional de la Defensa de los Animales tras ver la película, una westie y varios lhasa apso, raza tibetana muy singular, además de terriers y schnauzers.

Le preocupa el medioambiente, y es obsesiva con el reciclaje, que se aplica en sus residencias a rajatabla. Recientemente se la ha podido ver en la malagueña playa de Rincón de la Victoria recogiendo residuos, principalmente mascarillas y guantes, lo que no es una pose, lo hace habitualmente cuando visita espacios abiertos: “Claro que hay que proteger la salud, pero también hay que proteger la naturaleza, y guantes y mascarillas no pertenecen a la naturaleza”, declaraba, con la bolsa de basura en la mano, el pasado septiembre.

Disciplinada, incluso en el cuidado de sí misma

Viste de forma elegante y a la vez sobria, no usa sombrero, ni le gusta llevar nada en la cabeza. Para los actos públicos su 'uniforme' favorito es el traje de chaqueta con falda siempre por debajo de la rodilla. Sus colores habituales son los tonos pastel, no le gusta especialmente el rojo ni el negro. Los pantalones anchos son la base de su indumentaria informal, además de blusas, blusones y zapatillas de esparto, prendas que en ocasiones compra en mercadillos en Palma o en Majadahonda. Su máxima a la hora de elegir un conjunto es que los colores predominantes no sean nunca más de dos. Cuando la entonces princesa Letizia le preguntó sobre el vestuario, la Reina le aconsejó: “No te compliques con la ropa, utiliza dos o tres diseños con sus variantes y colores, y con eso iras siempre perfecta”.

La Reina, con uno de sus trajes favoritos. (EFE)

Para la reina Sofía, la ropa es una indicación más de respeto, por el lugar que visita, las personas que recibe o la representatividad del momento; sin embargo, cuando puede, como sucede en Mallorca, va muy informal; es como se siente más cómoda. En una ocasión, a la ministra Carmen Alborch, que siempre vestía de forma muy llamativa, le dijo: “Carmen, qué suerte tienes, con lo que me gustaría a mí vestir como quisiera”.

Tiene peluquera y esteticista personales, y en alguna ocasión se ha hecho algún retoque estético, también blanqueamientos dentales ya que fuma cuatro o cinco cigarros al día. Se mantiene activa paseando y haciendo quince minutos de gimnasia diaria. Su peinado característico, el mismo desde hace décadas, es el que considera que más le favorece: “Como tengo la cara ancha me peino así; si no, lo haría como mi hermana durante tantos años, con un moño bajo", ha comentado.

¿Qué dice su letra?

La Reina firma con la palabra Sofía y una pequeña 'r' de reina seguida con un punto, y todo ello firmemente subrayado en línea ascendente. Según el análisis grafológico realizado por Consuelo Anguix en el libro 'Anécdotas muy reales', “la reina Sofía es una persona con mucha fuerza interior, sumamente activa, con una gran personalidad, aunque solo se muestra tal y como es con las personas más cercanas. Está muy inclinada hacia la cultura, aunque también es realista e intenta proteger su área de influencia. No le gusta que se entrometan en su espacio personal, y de producirse esta situación, sabe cómo defenderse de forma expeditiva. Interesa puntualizar, por último, que, según se observa en sus rasgos escriturales, la Reina debe cuidar mucho su alimentación, pues su acusada sensibilidad le hace somatizar los disgustos y contrariedades, lo cual puede acabar produciéndole trastornos digestivos”.

No ve todo lo que quisiera a sus nietos

Muchas personas cercanas a la reina Sofía afirman que ser abuela la ha cambiado y que disfruta sobremanera de sus nietos, con los que procura salir y a los que visita, lo que no siempre es posible. Los hijos de Cristina apenas pasan tiempo en España, los de Elena ya son mayores, aunque los adora, y Leonor y Sofía, las dos hijas de Felipe, aunque viven muy cerca, en el mismo recinto de la Zarzuela, las ve muy poco. ¿La razón? Al parecer, el estricto régimen de estudio y actividades al que están sometidas, esta es al menos la versión oficial. Algo que cuesta creer, tras los incidentes en la catedral de Palma de Mallorca, en los que la emérita quería tener una foto con sus nietas y la reina Letizia intentaba evitarlo. Quizá en ese momento Letizia olvidó sus primeras palabras públicas: “Quiero dedicarme a esta nueva vida con responsabilidad, y el apoyo de los Reyes, y el ejemplo impagable de la Reina”.

La Reina posa con su nieta la infanta Sofía en 2019. (Getty)

No obstante, y a pesar de estos desencuentros con su nuera, la reina Sofía apoya incondicionalmente a la Corona en momentos tan difíciles como los actuales, representada por su hijo, el rey Felipe, con el que además tiene una gran afinidad de caracteres y muy buena sintonía. En alguna ocasión ha comentado que su hijo menor es el más parecido a su padre, el rey Pablo, por el que Sofía sentía pasión.

Muy personal

- Es honesta y clara, en una ocasión llegó a decir: “Si una monarquía no sirve a su pueblo, harán bien en derrocarla y buscarse otro sistema”. Sobre la abdicación de Juan Carlos y su cambio de estatus declaró a Pilar Urbano, sincera y directa: “Una vez que soy reina, me moriré siendo reina. Reina hasta la muerte, aunque no reine, aunque esté reinando mi hijo”. También dicen sus allegados que detesta la palabra 'emérita', con la que ahora se la denomina.

- Leal: su mejor amiga es su hermana la princesa Irene y también la princesa Tatiana Ratziwill. A pesar de su situación actual con el rey Juan Carlos, aún lleva su anillo de casada.

- Escritora: pocas personas saben que es coautora con su hermana Irene de dos libros sobre arqueología, una materia que a ambas las encanta: 'Miscelánea arqueológica' y 'Cerámica en Decelia'.

- Le gustan las ciencias ocultas, y es aficionada a los libros de J.J. Benitez, le interesa la información relacionada con ovnis y extraterrestres.

- Considera la música “la poesía del alma”. Ha asegurado que “no sabría vivir sin ella”. Sus compositores preferidos son Händel, Bach, Theodorakis, asi como los directores e intérpretes Rostropovich, Barenboim, Menuhin y Mehta.

- Colecciona plumas estilográficas, aunque suele escribir con rotulador de punta fina. En una ocasión se dejó uno en un centro que fue a visitar, y llamó por teléfono para que se lo devolvieran, y eso que era publicitario.

- Le relaja dibujar, un hobby que practica con frecuencia cuando está cerca del mar.

- Muy detallista, cuando termina una recepción o una comida, siempre va a saludar a cocineros, camareros, personal de la limpieza y a darles las gracias por su servicio.

- Le gusta la conversación, ni antes cuando sus hijos eran pequeños ni ahora cuando comparte la mesa en su casa en el palacio de la Zarzuela le gusta tener la televisión encendida mientras come: “La televisión mata la conversación; cuando se conecta ya solo habla el señorito o la señorita que sale en pantalla, y los demás a callar”.

placeholder La Reina, con un burro. (EFE)
La Reina, con un burro. (EFE)

- Su programa favorito es 'Aquí la Tierra', de TVE, un espacio que presenta Jacob Petrus.

- Flores sobre su escritorio. Le gusta tener flores frescas siempre cerca, sus preferidas son las rosas rojas.

- Le interesa el cine, lo suele ver en una sala dispuesta para ello en casa, normalmente en versión original, ya que domina varios idiomas: inglés, francés y alemán, además de griego y español.

- Un truco para no llorar: cuando va a un funeral o visita un hospital intenta distanciarse, por ello en ocasiones parece inexpresiva. Lo que sucede es que no quiere emocionarse en exceso, nadie querría a una Reina que en vez de dar ánimos se pusiera a llorar amargamente. Únicamente se la ha visto llorar en público cuando falleció su suegro, don Juan.

- El secreto de ser tan cercana cuando saluda a cientos de personas. Ella lo ha explicado algunas veces: “Aunque solo esté con cada persona unos segundos, las miro a los ojos y las saludo como si esa persona fuera la única en el mundo, procurando hacer un comentario amable y que esos segundos sienta que estoy con ella”.

- Su última voluntad: “Que esparzan mis cenizas en el mar Mediterráneo y el Egeo, que son un mismo mar, el mar de mi vida”.

Eva Celada

Autora de 'Anécdotas muy reales' (Belaqva/Carroggio); 'Sofía, el 50 aniversario de una reina' (Editorial Dona) y 'La cocina de la Casa Real'. (Belaqva/Carroggio).

"¡Sofía, Sofía!", gritaban los helenos cuando nació la primogénita del rey Pablo I de Grecia y de Federica de Hannover. Ellos hubieran preferido Olga, pero el pueblo quería llamarla según la costumbre griega, como su abuela, en este caso Sofía de Prusia, y así fue como ese frío 2 de noviembre de 1938, en el Palacio Real de Atenas, nació una Reina extraordinaria y comenzó una de las vidas más apasionantes de la realeza europea.

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