Las caras de incomodidad de Kate Middleton en el acto en el que coincidió con Meghan Markle

No hay ningún detalle del Jubileo de Platino de Isabel II que no haya sido analizado al mínimo detalle. Desde los looks elegidos por las damas de la familia Windsor a la fría cordialidad entre los Cambridge y los Sussex, quienes coincidieron en dos actos pero ni se acercaron, al menos de forma pública. Y ahora, gracias al ojo avizor de los fans de la realeza británica, hemos descubierto que Kate Middleton no se sentía demasiado cómoda en el servicio religioso ofrecido en honor a la soberana que se celebró el pasado viernes en la catedral de St. Paul.

Eran pasadas las 12:00 de la mañana cuando el príncipe Guillermo y su esposa hacían su llegada al lugar; ella espectacular con un vestido amarillo pálido de Emilia Wickstead que combinó con tocado de Philip Treacy, salones de Gianvito Rossi y clutch de rafia. Unos minutos antes, por ese mismo paseíllo habían desfilado entre vítores y abucheos el príncipe Harry y Meghan Markle. Lo hicieron de los últimos, respetando el orden de la línea de sucesión que manda que los invitados de mayor importancia deben llegar en último lugar. Sin embargo, ocuparon un segundo puesto dentro del templo, por detrás de las princesas Beatriz y Eugenia de York.

En los vídeos que han rescatado los seguidores de Kate vemos como la duquesa, ya sentada en la iglesia junto el príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles, que actuaron como anfitrones dada la baja de Isabel II, mira hacia la izquierda, lugar en el que se sentaban sus cuñados, y hace un gesto con la boca. Es difícil saber si realmente clava su mirada en Harry y Meghan Markle, ya que allí se encontraban otros miembros de la familia Windsor; sin embargo, lo que está claro es que el rostro de la futura reina de Inglaterra muestra disgusto y tristeza.

No es ese el único vídeo que muestra la incomodidad de Kate durante el servicio religioso. En un momento dado, vemos a la duquesa mirando hacia abajo con semblante triste, y su marido, al darse cuenta, le dice algo con cara de resignación, frunciendo los labios, pero lejos de animarla la duquesa continúa con la mirada baja y casi desolada. Llama la atención su actitud durante la ceremonia, ya que tanto en la llegada como en la salida de la catedral de St. Paul se la vio sonriente y muy cercana, como es habitual en ella.

Aunque los seguidores de Kate aseguran que se debía a la presencia de Meghan y Harry, lo cierto es que puede haber otras posibilidades, como que la duquesa no se encontraba bien, o estaba emocionada por la ceremonia. Lo que sí está claro es que los encuentros entre los cuñados fueron muy pocos. Se vieron las caras por primera vez durante el Trooping the Colour, en el Horse Guards Parade, antes de que los Cambridge se fueran hacia Buckingham para posar en el balcón. Allí estuvieron con el resto de la familia, y aunque se vio a Meghan conversando con las hijas de Peter y Zara Phillips, no existe ninguna foto de ella con George, Charlotte y Louis.

Al día siguiente volvieron a verse las caras en el servicio de acción de gracias, donde el protocolo impidió que se los fotografiara juntos, y posteriormente los Sussex decidieron no asistir al almuerzo ofrecido en Guildhall, en la City. A continuación, el sábado 4, Harry y Meghan celebraron el primer cumpeaños de Lilibet en Frogmore Cottage, su antigua residencia en Reino Unido, y aunque invitaron a los Cambridge, según los medios, estos declinaron asistir porque ya tenían planeado acudir a los actos relacionados con el Jubileo de Platino, que incluyeron una visita a Cardiff y el concierto por la noche.