Los tatuajes de la familia del Rey: del dragón del abuelo don Juan al ancla de Juan Carlos I

A priori, podría parecer una contradicción: formar parte de una Casa Real, de una estirpe monárquica, y llevar el cuerpo tatuado. En nuestro caso, en el de la realeza española, es todo lo contrario. Es casi una cosa de familia. Así lo decía este lunes María Zurita, prima de Felipe VI, en ‘MasterChef Celebrity’, donde participa: “En mi casa somos muy de 'tatus', ¿no ves que mi abuelo era marino? Todos tenemos uno”.

El abuelo es don Juan, que lucía ambos brazos llenos de tatuajes. Lo que no sabíamos, al menos a ciencia cierta, es que don Juan Carlos I, el rey expatriado, también tiene un tatuaje. Lo desveló Zurita en el mismo programa, lo que ha desatado las preguntas sobre qué miembros de la familia real española llevan marcada su piel con tinta.

Ya habíamos leído en alguna ocasión que la reina Letizia tiene un tatuaje, aunque es pura especulación, algo que dejó claro Zurita. La prima del Rey no supo decir si doña Letizia se ha tatuado alguna vez, aunque sí la calificó de muy moderna. Una cosa no conlleva la otra.

El ancla de Juan Carlos

Quien sí que lleva un tatuaje es el padre del Rey. Se trata de un ancla, algo que parecía casi evidente teniendo en cuenta cómo lucía el cuerpo su padre y cómo a la familia le gusta el mar. Lo que se desconoce es dónde luce el tatuaje, puesto que nunca nadie se lo ha visto en público.

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El precursor ‘royal’ en esto de teñirse la piel fue don Juan, abuelo de María Zurita y también del rey Felipe VI. Siempre mostraba sus brazos musculados, grandes y fuertes, llenos de tatuajes; y la mayoría, con motivos marinos.

“Me los hice en el año 32, cuando solo tenía 19 años”, contaba el propio hijo de Alfonso XIII en una entrevista que le hizo la periodista Pilar Trenas para una película que se frustró por el mal estado de salud de don Juan. Así que se emitió 10 años más tarde de haberse producido, en el programa ‘30 minuts’, dirigido por Joan Salvat. Entre otras muchas cosas, el padre del Rey emérito contaba entonces por qué se había tatuado. “En aquella época era muy normal, muy de marino. Hoy en día es menos común”, añadía don Juan en un momento insólito.

6.000 pinchazos

Contaba así que entre los muchos motivos marinos que se había tatuado había también dos dragones: “Uno chino y otro indio. En aquellos años era costumbre que los marinos que viajaban a Asia se tatuaran. El trabajo llevó tres horas: fueron 6.000 pinchazos”.

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Don Juan había pasado parte de su juventud enrolado en la marina. Ingresó en la Escuela Naval Militar a finales de los años 20 del siglo pasado y durante su instrucción se declaró la Segunda República, por lo que se quedó enrolado con la Royal Navy. Muchos de los tatuajes de don Juan son de esos años que pasó en un buque británico con el que recorrió todos los rincones del Océano Indico, incluidos el Golfo Pérsico y el Mar Rojo.

El antecedente

Como decía María Zurita, parece que esto de los tatuajes es cosa de familia. Porque el hermano de don Juan, Jaime, también lucía dibujos en su piel. Lo recordaba el periodista Martín Bianchi hace unos años: “Los de don Jaime eran preciosos. Los llevaba en la espalda, el pecho y los brazos”. Esta revelación aparece en el libro escrito por el antiguo guardia civil José Osuna Pineda ‘Gentes de mal vivir’ (1929) ,

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En este contexto, pues, no es de extrañar que su hijo, el rey Juan Carlos I, hiciera lo mismo y se tatuara un ancla en la piel, otro motivo marino. Lo mismo que ha hecho Victoria Federica, clara heredera de la sangre Borbón. La nieta de los reyes eméritos, hija de la infanta Elena, además de parecerse físicamente a su abuelo, lo adora, tal como nos ha comentado ella en alguna ocasión y como declaró en una entrevista. Es, dijo, su persona favorita en el mundo. Y en su honor se tatuó un velero, el último en el que navegó su abuelo.

Cinco tatuajes

No es único tattoo de la joven: son al menos cinco los dibujos permanentes que se ha hecho la hija de Jaime de Marichalar y doña Elena. La joven luce también tres puntos, cada uno como símbolo de personas clave en la vida: su madre, su padre y su hermano, Felipe Juan Froilán. Vic, como la llaman sus amigos, luce también un 'smiley' (carita sonriente muy ochentera) en la parte superior de su oreja izquierda. Porque, según dijo en la citada entrevista, es como ella se siente: feliz, alegre, divertida.

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A diferencia de los de su bisabuelo, los de Victoria son tatuajes minimalistas, pequeños trazos, dibujos discretos. Y otro de sus tatuajes son dos líneas que representan dos flechas en la misma dirección. “No sé si es tradición familiar, yo desde luego me lo hice por mi abuelo y mi hermano también. Le quería mucho, lo que pasa es que se murió muy pronto y le conocí menos de lo que me hubiera gustado”, decía María Zurita en televisión, dejando así claro que son muchos los Borbón que siguen tatuándose el cuerpo.