Copas, puros y cambios de rol: el día que los amigos del rey Juan Carlos conocieron a Corinna

Es una escena como antigua, casi decimonónica. Los hombres a un lado, copa y cigarro en mano. Las mujeres, al otro lado, de charla. Así estaban los amigos del rey Juan Carlos I el día en el que esperaban, con curiosidad, conocer por fin a su nueva pareja, Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

Estaban en una finca de caza, en tierras castellanas, un lugar frecuentado por el entonces monarca y su círculo íntimo. Grandes salones, materiales robustos, cortinas pesadas y campo, mucho campo alrededor. La noche empezaba pronto. Antes de cenar, los invitados, arreglados, se reunían para tomar una copa en el citado salón, grande, con alfombras mullidas y cómodos sofás.

Allí apareció Corinna, ante la mirada de admiración de su pareja. La imagen se antoja perfecta para una película del Hollywood dorado. Una mujer rubia, bella, muy arreglada -más que el resto, sin duda-, vestida de forma elegante aunque con un toque sexy. Apareció en el salón en el que estaban todos los invitados deslumbrando a unos y otros. El servicio la acompañó al lugar que le correspondía por protocolo: con las mujeres.

"Distante"

Aquella alemana, que apenas entendía el español, saludó amablemente a las féminas allí presentes. Testigos de aquel momento comentan a este medio que, desde el principio, les pareció "distante. Tras cinco minutos de charla con las mujeres se levantó y les dijo que se iba con los hombres", aseguran, añadiendo que parecía no sentirse cómoda entre ellas.

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En el grupo había mujeres de alto nivel, recuerdan esas fuentes: CEO de empresas, altas ejecutivas, deportistas. Muchos de los presentes consideraban que a su amigo, el rey Juan Carlos, "le hizo perder los papeles" desde el primer momento. Además, ese primer gesto hacia las mujeres en su primer encuentro social no fue más que una puntilla a la situación.

Cuentan también que, esa velada, cuando Corinna se levantó y se dirigió al grupo masculino, uno en concreto “babeaba”. Según los testimonios, el entonces Rey también se mostró “obnubilado” por la dama .

El resto del grupo masculino se lo tomó con algo más de sorna y miraban de reojo a las asistentes que habían departido brevemente con la futura "amiga entrañable" del emérito, poco antes de que decidiese cambiar de grupo. En aquella reunión, sospecharon que la presunta princesa "podía caer en desgracia con las amigas del monarca". Efectivamente, Corinna siguió apareciendo en reuniones, pero poco a poco su presencia se redujo hasta quedar limitada al propio Rey.

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De los testimonios, por tanto, se puede deducir que la relación de Corinna con los amigos de Juan Carlos, ya fueran hombres o mujeres, fue algo complicada. “Había algo que te hacía desconfiar”, comentan a este medio. Pese a todo, recuerdan que aquella primera noche Corinna se mostró especialmente encantadora con el grupo que, por estricto protocolo, no le tocaba estar. Andando el tiempo, los testigos de l encuentro verían cómo el rey Juan Carlos se acercaba más y más a la misteriosa princesa, hasta el punto de estar, como relata a este medio una de las fuentes, "algo obsesionado con ella".

"Escalofríos"

Corinna protagoniza estos días una nueva polémica. Es la protagonista de otro documento, un pódcast que se estrena este lunes 7 de noviembre, coincidiendo con una cita en los juzgados de Londres en su caso contra el Rey expatriado. En el citado pódcast, con un total de ocho capítulos que llegarán semanalmente a través de las grandes plataformas -a excepción del día del estreno, que habrá capítulo doble-, contarán la historia de amor, y después odio, de Corinna Larsen y el Rey emérito.

Ya habló de esa relación su primo Álvaro de Orleans, su hombre de confianza durante años: “Yo estaba al corriente de todas las amistades del Rey, en este caso con Corinna, y tenía mis ideas sobre eso y no eran las más constructivas. La relación me daba escalofríos”. En aquellos años, don Juan Carlos "cambió su carácter. Tenía ataques de ira cuando no se hacía lo que él quería, se enfadaba y tiraba cosas al suelo, gritaba y se enfrentaba con cualquiera que le negara algo".

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El rey Juan Carlos I "se obsesionó de tal forma con Corinna" que no tenía ojos y oídos más que para ella. Es por este motivo que a sus amigos les extraña que, en el pódcast que se estrenará este lunes, Corinna hable de que el rey Juan Carlos tenía "cinco amantes más".

Lo ponen todos en duda. No, en cambio, esa obsesión que ella también cita. Es quizás "una de las pocas cosas en las que dice la verdad", según los amigos de Juan Carlos I. Según ellos, el resto de su testimonio podría ponerse en duda: desde la donación que le hizo, que en realidad se lo dejó para que se lo guardara, hasta las cinco o seis amantes que tenía a la vez. No, insisten, el rey Juan Carlos I solo tenía ojos para ella, para Corinna: "Ella lo sabía y lo utilizó en su contra".