Gestos de cariño y complicidad entre la reina Sofía y Paloma Rocasolano, junto a sus nietas, en la confirmación

La confirmación de la infanta Sofía ha dejado para el recuerdo la fotografía que no pudo ser en la de Leonor. En su día fue necesario ceñirse a las normas que el momento sanitario exigía. La Princesa se confirmaba en un momento delicado de la pandemia y el número de invitados se veía reducido a solo padres y hermanos.

Ahora, por suerte, las cosas han mejorando, lo que ha permitido no solo posar sin mascarilla, también hacerlo con algunos invitados extra: la reina Sofía, Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz, que no han querido perderse un momento tan importante para su nieta.

Todos se han desplazado hasta la parroquia de Nuestra Señora de Aravaca, donde el colegio Santa María de los Rosales ha organizado la confirmación de sus alumnos.

Llegaba primero la protagonista de la jornada, la infanta Sofía, con un mono de color fucsia con el que prescindía de cualquier tipo de tacón, algo que en su día su hermana no hizo; ella escogió unos pequeños tacones.

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Llegaba en compañía de su hermana, que no dudaba en arroparla y cogerla de la mano, mostrando una vez más la buena relación que hay entre ellas. Leonor no deja sola a Sofía; igual que siempre, su hermana está a su lado. Un gesto, una mirada o un apretón de manos es suficiente para que ambas se tranquilicen, pues saben que la otra está a su lado.

Mientras que Sofía vivía este momento con emoción, Leonor se ocupaba de no perder de vista a nadie, asegurándose de que toda la familia se sintiera incluida. Se acercaba a sus abuelas, que llegaban un poco más tarde, cuando Leonor y Sofía ya habían posado para los fotógrafos junto a sus padres, y se aseguraba de que ambas se acercaran para hacerse más fotos.

Posando junto a su abuela materna durante la sesión, se mostraba cómplice y cercana, la cogía del brazo y se inclinaba para comentar con ella algún detalle que le llamaba la atención, sin borrar la sonrisa de su rostro. Hacía lo propio unos minutos después con su abuela paterna, a quien esperaba antes de entrar a la iglesia.

Leonor rodeaba a su abuela en un semiabrazo que su abuela respondía y de esta forma entraban a la iglesia, dejando para el recuerdo este instante lleno de ternura entre abuela y nieta.

Tanto la reina Sofía como Paloma se han mostrado orgullosas y felices de poder acompañar a su familia en un momento tan especial, compartir con sus nietas este instante, pero también de hacerlo juntas. En todo momento han estado cómplices entre ellas, mirando juntas la llegada de su nieta con orgullo y accediendo a la vez y abrazadas a la iglesia donde tendría lugar la ceremonia.