El secreto del fabuloso collar-tiara de zafiros de la gran duquesa María Teresa

El gran duque Enrique y la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo se convertían ayer en anfitriones del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, y de la primera dama del país, Elke Büdenbender, en su visita oficial al pequeño país del Benelux, con motivo del 175 aniversario de la Constitución de 1848. Ha sido una nueva oporunidad de ver a la familia real ponerse de punta en blanco tras la reciente boda de la princesa Alexandra con Nicolas Bagory en la Provenza.

El mandatario teutón fue recibido con una ceremonia oficial de bienvenida ante el palacio ducal, a la que siguió una audiencia y la colocación de una corona de flores en el monumento a la solidaridad nacional, que fue realizado en 1923 en honor a todos los luxemburgueses que se ofrecieron para luchar como voluntarios durante la I Guerra Mundial.

Más tarde, los grandes duques se unieron a sus invitados para realizar una visita a los Archivos Nacionales y a la gran Sala del Consejo donde tuvo lugar una reunión con el Parlamento de la Juventud. Por la noche, los royals luxemburgueses, acompañados por el gran duque heredero Guillermo, ofrecieron una cena de gala donde destacó la llamativa joya que lució María Teresa y que guarda una curiosa historia.

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Se trata de una tiara que también se puede llevar como collar, modalidad que eligió la cubana en esta ocasión, y que tiene un diseño art déco realizado en diamantes y zafiros azules. La pieza está articulada y es desmontable, y destaca por el gran zafiro con forma de cabujón que luce en su parte central.

Su poseedora original fue la gran duquesa Josefina Carlota, princesa de Bélgica, que la recibió como regalo de la Asociación de la Nobleza belga cuando se comprometió con el gran duque Juan de Luxemburgo en 1953. En la joya podemos encontrar hasta 258 brillantes además del gran zafiro –que también se puede usar como broche– que procede de Sri Lanka y que lució por primera vez en su baile de compromiso.

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Josefina Carlota combinó esta joya con otros regalos que recibió con motivos de sus nupcias, como el collar de diamantes Congo para el baile de bodas de su hermano, el rey Balduino, y doña Fabiola de Mora y Aragón en el Palacio Real de Bruselas en 1960.

En la década de los setenta, cuando las dos hijas de la gran duquesa, la princesa Marie Astrid y la princesa Margarita, alcanzaron la mayoría de edad, hizo convertir muchos brazaletes de la colección familiar de joyas en tiaras, entre las que se encontraban la tiara Bandeau de aguamarina o la tiara ovalada de amatista, que las jóvenes princesas lucieron en varias ocasiones, por ejemplo durante la visita de Estado británica a Luxemburgo en 1976 o en la gala del 25º aniversario del gran duque Jean en 1978.

La propia Josefina Carlota también lució la tiara de zafiros en la década de 1970, especialmente para un retrato y para un banquete de Estado en España y como collar para el banquete del 50 cumpleaños del rey Carlos XVI Gustavo en 1996.

Tras su muerte en 2005, sus hijos subastaron muchas de las joyas de la gran duquesa Josefina Carlota, lo que provocó un gran escándalo en el país e hizo que finalmente el actual jefe de la Casa Real se las acabara comprando a sus hermanos.