La escapada secreta de los reyes de Holanda a Baviera: dos turistas más, pero con código de vestimenta para sus guías
Antes de viajar a Estados Unidos para participar en la asamblea general de la ONU, Máxima se escapó con su marido a Wurzburgo para pasar el día como dos turistas más. O casi
Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda en una imagen de archivo. (Cordon Press)
Tras una semana intensa y otra por venir con una agenda igual de llena, los reyes Guillermo y Máxima de Holanda no han dudado en aprovechar su día libre para hacer una escapada secreta a Baviera, en Alemania. Allí visitaron Wurzburgo como dos turistas más, con la salvedad de que hubo código de vestimenta para los guías turísticos que trabajaban durante esa jornada.
Fue el sábado cuando la pareja decidió pasar el día en Wurzburgo, a 600 kilómetros de su palacio en La Haya, un día antes de que Máxima viajase a Estados Unidos para participar en la asamblea general de las Naciones Unidas, que la llevará a Washington y Nueva York. Por eso, no dudó en pasar las horas libres de las que disponía con su marido para conocer esta ciudad alemana.
Su intención era hacerlo de forma más o menos privada, como hacen otras escapadas de este tipo, pero es verdad que no es fácil cuando se trata de un rey y su esposa, sea donde sea. El plan era conocer la llamada Residencia de Wurzburgo, una de las paradas obligadas en esta ciudad bávara. Este edificio es un símbolo del barroco alemán y sirvió de vivienda para los obispos, ya que la ciudad fue sede episcopal.
Guillermo y Máxima, con la guía turística en Wurzburgo, Alemania. (Franziska Endrich)
Guillermo y Máxima hicieron lo mismo que otras 300 personas: reservar una visita guiada tanto por la Residencia, como los jardines y la bodega a través de un proveedor. Pero claro, no son cualquier turista y hay que contar con las cuestiones lógicas de seguridad. Por eso, los 14 guías que fueron contratados para enseñar a los visitantes la Residenca de Wurzburgo sabían que alguien especial iba a estar allí este día.
El motivo principal es que, a diferencia de otros días, se les pidió seguir un código de vestimenta, aunque es muy probable que los reyes Guillermo y Máxima no lo solicitaran y fuera una iniciativa de la empresa organizadora de los tours para dar buena imagen. La otra pista era que su visita comenzaba media hora antes que las demás, a pesar de que después se mezclaron con el resto de visitantes, saludando a personas de diferentes lugares del mundo que no dudaron en saludarlos.
Así lo ha contado la guía que tuvo la suerte de acompañarlos a través del recorrido, Franziska Endrich, al diario local 'Main Post'. La pareja llegó a la Residencia en una furgoneta azul y se mostraron en todo momento muy agradables y cercanos, sin evitar miradas ni esconderse. De hecho, la misma chica cuenta que podrían haber reservado una visita para ellos solos y cerrar el edificio, pero prefirieron no hacerlo.
Vista aérea de la Residencia y los jardines.
"No hubo nada especial, ninguna zona estaba acordonada, no armaron ningún alboroto", explica. De hecho, no tuvieron ningún problema en posar junto a esta guía, que estaba emocionada por haber conducido a los reyes de Holanda por las dependencias de la Residencia de Wurzburgo. De hecho, quisieron que ese recuerdo fuera frente a la fachada principal del emblemático edificio.
Y al no ser una visita oficial y no esperar cámaras, aunque luego las hubiera, uno y otro optaron por looks muy relajados y alejados de las etiquetas. El monarca eligió una blazer de lino en color verde militar con una camisa azul celeste mientras su mujer dio protagonismo al blanco, combinándolo con una camisa en color azul marino con microestampado paisley.
La nota informal de la cita se nota también en los complementos de Máxima, que dejó en casa los diamantes y zafiros a los que es tan aficionada, para apostar por complementos de otros materiales menos nobles y más coloridos, como los pendientes o un llamativo anillo en color azul que no suele sacar muy a menudo de su joyero.
Tras una semana intensa y otra por venir con una agenda igual de llena, los reyes Guillermo y Máxima de Holanda no han dudado en aprovechar su día libre para hacer una escapada secreta a Baviera, en Alemania. Allí visitaron Wurzburgo como dos turistas más, con la salvedad de que hubo código de vestimenta para los guías turísticos que trabajaban durante esa jornada.