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Michael Douglas: “Desde que tuve cáncer, veo la vida”
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el actor ha superado uno de sus peores tragos

Michael Douglas: “Desde que tuve cáncer, veo la vida”

A sus 70 años, tras superar un cáncer de garganta y esquivar una fuerte crisis matrimonial, Michael Douglas ha asegurado en una entrevista que se siente con más energía y ganas de trabajar

Foto: La familia Douglas al completo (Gtres)
La familia Douglas al completo (Gtres)

A sus 70 años, tras superar un cáncer de garganta y esquivar una fuerte crisis matrimonial, Michael Douglas ha asegurado en una entrevista con EFE que se siente "con más energía y ganas de trabajar que nunca" y se muestra "feliz" de pertenecer a una industria que, aunque ha cambiado, "aún necesita a gente mayor". Douglas, ganador de dos Óscar y casado con Catherine Zeta-Jones, fue diagnosticado en 2010 con un tumor maligno en la garganta. Se sometió a quimioterapia y siete semanas de radiación, una experiencia que no dudó en calificar de "infierno".

"No es que me cambiara la vida", dijo el actor. "Es que veo la vida". "Si hubo algún momento en que no le di el valor adecuado, ya se esfumó", declaró. "Por eso -añadió- sigo trabajando con pasión. Fue una bendición hacer 'Behind the Candelabra' justo después del cáncer, y luego han llegado grandes oportunidades que no esperaba. Me siento con más energía y ganas de trabajar que nunca".

Behind the Candelabra, donde encarnaba al músico homosexual Liberace, le dio uno de los mejores papeles de su carrera. Así lo considera el propio actor, que cita también los de Wall Street y Un día de furia como sus preferidos. Encarnando a Liberace ganó el Emmy, el Globo de Oro y el premio del Sindicato de Actores de EEUU (SAG). Después disfrutó de lo lindo en Last Vegas(Plan en Las Vegas), junto a Robert De Niro y Morgan Freeman, y ahora se zambulle en el universo de Marvel con Ant-Man, de estreno el próximo viernes en EEUU.

"Nunca hice en mi carrera algo así. Ni siquiera una película con efectos visuales, así que pensé que sería divertido intentarlo. Lo que ha hecho Marvel hasta ahora es excelente, así que fue una decisión fácil", comentó. Ant-Man, dirigida por Peyton Redd, narra los orígenes de uno de los miembros fundadores de Los Vengadores. Dotado con la facultad de reducir su cuerpo al tamaño de un insecto y aumentar a la vez su fuerza, un experto ladrón (Paul Rudd) que busca rehacer su vida se compromete a ayudar a su mentor, el doctor Hank Pym (Douglas), a proteger el traje que le otorga esos poderes y evitar que caiga en las manos equivocadas.

Una de las ventajas de decir sí al proyecto es que, según confesó Douglas, sus hijos pequeños, de 14 y 12 años, finalmente lo ven como alguien "cool". "Por primera vez soy 'cool' para ellos. No han visto muchas de mis películas porque muchas son para mayores de edad. Pero cuando supo sobre Ant-Man, mi hijo se convirtió en mi agente. Me decía que me asomaba a un público nuevo, a gente que no sabe quién soy", rememoró entre risas. "Está realmente ilusionado", agregó.

Además, se siente orgulloso de que el cine y, especialmente, la televisión (cita series como Will and Gracey The Big Bang Theory) hayan ayudado a ofrecer retratos cotidianos de personajes homosexuales. "La decisión del Supremo (de legalizar el matrimonio gay en todo EEUU) me dejó contento y aliviado. Es increíble lo rápido que se ha dado la vuelta a ese movimiento y creo que es un cumplido al trabajo hecho desde la ficción", sostuvo.

Douglas despidió la charla hablando de su padre, Kirk, "estupendo a sus 98 años", y de su casa en Mallorca: "Disfrutamos mucho allí. Siempre lo pasamos estupendamente".

A sus 70 años, tras superar un cáncer de garganta y esquivar una fuerte crisis matrimonial, Michael Douglas ha asegurado en una entrevista con EFE que se siente "con más energía y ganas de trabajar que nunca" y se muestra "feliz" de pertenecer a una industria que, aunque ha cambiado, "aún necesita a gente mayor". Douglas, ganador de dos Óscar y casado con Catherine Zeta-Jones, fue diagnosticado en 2010 con un tumor maligno en la garganta. Se sometió a quimioterapia y siete semanas de radiación, una experiencia que no dudó en calificar de "infierno".

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