La mansión "gafada" de Claudia Schiffer: acosadores, perros violentos y guerra con un vecino

En el año 2002, la top model alemana Claudia Schiffer y su esposo, el director de cine Matthew Vaughan, se convirtieron en propietarios de la impresionante mansión Coldham Hall, en Stanningfield, Suffolk, valorada en 5,5 millones de euros.

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Se trata de una construcción del siglo XVI que resultaría un sueño de casa para cualquiera, pero desde que la modelo y su pareja llegaron a ella , lo cierto es que su hogar parece estar "maldito", ya que Claudia Shieffer no ha hecho más que vivir un problema tras otro desde que se mudó allí. El último, la disputa que ella y su esposo mantienen con un vecino.

La guerra ha surgido cuando el propietario de un modesto bungalow cercano a la propiedad de Claudia Schieffer, ha decidido demolerlo para levantar un edificio más moderno y con el doble de extensión. Esto ha hecho enfurecer a Claudia Schiffer y a su marido, quienes, muy enfadados, han remitido una carta a través de sus abogados instando al Consejo del Distrito de West Suffolk a que paralicen las intenciones de su vecino. Alegan que una construcción como la que pretende levantar, arruinaría e impactaría de forma negativa el bonito entorno natural y el estilo medieval que caracteriza la finca.

La guerra está abierta y habrá que ver cómo termina todo esto, pero como decíamos, no es el único dolor de cabeza que la supermodelo ha tenido que soportar en esta casa.

En 2002, un acosador realizó nueve viajes distintos a la finca de Schiffer para tratar de ver a la supermodelo de cerca. Dos años más tarde, un hombre canadiense fue acusado de acosarla, bombardeando la casa con cartas.

Otro incidente que vivieron Schiffer y Vaughan en esta mansión, tuvo que ver con sus perros. En 2005 a policía tuvo que acudir hasta la casa para hablar con la pareja. Uno de sus perros (la pareja es dueña de un lobo irlandés y de un pastor alemán), atacó violentamente a su vecino Jack Russell.

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En 2006, otro nuevo incidente con su lobo irlandés, obligó otra vez a la policía a dar un toque de atención a la modelo. El perro de un vecino había sido atacado por el suyo y la policía tuvo que pedir a Claudia Shieffer que controlara a sus mascotas para poder garantizar la seguridad vecinal.