Jackie, Kennedy y el orquestado día en que sus miradas se cruzaron

En 1952, Jackie Kennedy era Jacqueline Bouvier, tenía 22 años, trabajaba como reportera en el 'Washington Times-Herald' y estaba comprometida con John Husted Jr., un corredor de bolsa de Nueva York. John Fitzgerald Kennedy tenía 34 años y era un congresista demócrata de Massachusetts.

El 8 de mayo de ese mismo año, hace 70 años, el periodista Charles Bartlett, futuro ganador del Pulitzer, y su esposa Martha organizaron una cena en su casa de Georgetown. Jacqueline Bouvier y John Fitzgerald Kennedy, que no se conocían, fueron invitados. "Nunca he conocido a alguien como ella", confesó Kennedy a un amigo tras la velada. La chispa del amor se había encendido, aunque todo parece indicar que no de una manera casual, ya que siempre ha existido la sospecha de que los intereses políticos que el padre de John, el magnate Joseph P. Kennedy, tenía puestos en su hijo hicieron que este encuentro de la pareja fuera orquestado con premeditación. “Creerán que eres homosexual si no te casas”, le decía a John, haciéndole ver que el matrimonio era una obligación para lograr proyectar una imagen social adecuada y así ganar votos.

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También Janet, la madre de Jackie, tenia sus propios intereses para su hija. Tras su primer divorcio, Janet logró escalar socialmente con un segundo marido con más poder adquisitivo que el primero. Este ideal de vida fue transmitido a su hija. El compromiso matrimonial que Jackie había adquirido con John Husted Jr. no convencía nada a Janet. Descubrió que Husted no era un partido tan prometedor como parecía, ya que su sueldo anual era de 17.000 dólares, una cifra que estaba muy por debajo de las expectativas que la madre había puesto sobre la hija.

La invitación de Jackie a la cena en casa de Charles Bartlett era la ocasión perfecta de abrir una puerta a un futuro matrimonio mucho más conveniente.

Aunque John F. Kennedy quedó prendado de Jackie en aquella velada, se resistió durante un tiempo a comprometerse con ella. Una vez más, fue su padre el que presionó a su hijo para que diera el paso. Aspirar a una futura presidencia del país siendo soltero era algo inviable.

Tras dos años de noviazgo, John F. Kennedy pidió matrimonio a Jackie. Ella acababa de regresar de un viaje a Londres con motivo de la coronación de la reina Isabel II y fue sorprendida por su futuro marido con un impresionante anillo de Van Cleef & Arpels que contaba con un diamante de casi tres quilates y una esmeralda de 2,83 quilates.

La boda tuvo lugar el 12 de septiembre de 1953 en Rhode Island. Supuso el acontecimiento social más destacado de la época y fue comparada con una boda propia de la realeza. Entre los 800 invitados se encontraban muchos rostros de políticos, famosos y personalidades de la jet set. Nacía una de las parejas más míticas de Estados Unidos y con ella, la saga Kennedy adquiría más notoriedad que nunca.

Juntos parecían el matrimonio perfecto, pero pronto surgieron los problemas. A los rumores de infidelidades por parte de John F. Kennedy se sumaron las desgracias personales de la pareja. En 1954, Jackie sufrió un aborto. Dos años más tarde dio a luz a una niña que nació sin vida. El matrimonio tuvo que esperar hasta 1957 para lograr ser padres. Caroline fue su primera hija. La pequeña, junto a Jackie, se convirtió en uno de los activos más valiosos para la imagen política de John F. Kennedy. Madre e hija proyectaban la estampa de familia ideal a la que cualquier americano de a pie querría aspirar.