Ilustres granjeros

No diremos que desde que el mundo es mundo, pero sí que desde que hay población urbana y población rural la primera dice envidiar a la segunda y no ha cesado de elogiar una vida presuntamente idílica que, según muchos habitantes de las ciudades, es la que llevan los campesinos... que, a su vez, han intentado siempre irse a vivir la ciudad y dejar de destripar terrones.

 

Todos hemos estudiado, en nuestros tiempos escolares, cosas como el Menosprecio de corte y alabanza de aldea, de fray Antonio de Guevara; quién no ha recitado una y mil veces la primera estrofa -una lira, por cierto- de aquella poesía de fray Luis de León: "Qué descansada vida / la del que huye el mundanal ruido...". Los latinistas recordarán, sin duda, la más rotunda de todas estas afirmaciones, la proferida por el mismísimo Virgilio en sus Geórgicas (II, 458): "O fortunatos nimium, sua si bona norint agricolas", que en traducción libre viene a decir que hay que ver qué felices serían los campesinos... si supieran lo felices que son. Total, que la vuelta al campo es, como ven, una constante en los deseos ciudadanos.

Vuelta al campo... o implicarse en algo relacionado con la agricultura sin necesidad de dejar la ciudad. Últimamente viene siendo frecuente enterarse de que una persona conocida participa en alguna empresa agraria; casi siempre se trata de bodegas. No son pocos los actores que han entrado en el mundo del vino, con más o menos éxito. Uno de ellos es Imanol Arias... cuyo hermano en la ficción -en ‘Cuéntame cómo pasó’-, Juan Echanove, también ha decidido implicarse en la cosa agroalimentaria, aunque no en el vino, sino en las verduras.

Así que se lió con varios amigos, entre ellos con el auténtico 'rey de las verduras', el navarro Floren Domezain, y entre todos han montado una granja en el segoviano pueblo de Madriguera. Se han lanzado, no sé si con o sin paracaídas, y ya tiene su huerto su propia página web, en la que ofrecen su producción y donde se puede acceder a sendos blogs -¿a nadie se le ha ocurrido un palabro más horroroso?- firmados por los dos hermanos Alcántara, Antonio (Imanol) y Miguel (Juan), que hacen honor a sus respectivos aterrizajes en lo rural y escriben de "Un país para bebérselo" el primero y de "Un país para comérselo" el segundo. Todo muy coherente, como ven.

Coherente... hasta el nombre de la granja. Granja Rosendo, se llama. Los veteranos recordarán, sin duda, aquella divertida familia creada por el genio de Manuel Vázquez, no recuerdo si en Pulgarcito o en DDT, pero desde luego en alguno de aquellos tebeos de Bruguera de los años 50, que se llamaba La familia Cebolleta. Su miembro más conocido era, claro, el abuelo, siempre contando batallitas libradas al frente de sus cipayos, y siempre gotoso. La historieta hace años, creo, que no se publica, pero todavía se le llama ‘abuelo Cebolleta’ a alguien especialmente pesado, plasta, palizas...

Bien, pues en la granja de Echanove se ofrecen muy diversos productos hortícolas, entre ellos las cebolletas de fuente. Y el cabeza de la familia Cebolleta se llamaba... sí, lo han recordado bien: Rosendo. Rosendo Cebolleta. Ya me pueden jurar Juan, Floren o Imanol que el nombre no tiene nada que ver con la historieta, que conociéndolos a ellos no me lo voy a creer. ¿Ustedes se imaginan aliñando en casa unas cebolletas de la granja Rosendo... y contándole una batallita a alguien? Precioso, de verdad.

Bueno, hablando en serio, la idea me parece estupenda. Se trata de vender la producción, del campo a la mesa, vía Internet, pinchando en www.granjarosendo.com. Hoy es cada vez más frecuente que nos ofrezcan productos así; es conocido el caso de naranjaslola.com, que, eso sí, sólo sirve sus frutas en temporada, como debe ser. La verdad es que si se tiene confianza en el producto y éste la justifica, vale la pena.

Pero Echanove anda también en otros asuntos, en este caso con el propio Floren y con el excelente cocinero navarro Koldo Rodero: una iniciativa llamada 'Perrito Bravo', que cuenta con unos carritos como los del helado en el que se despachan perritos calientes, de salchicha o de chistorra, de calidad. En los pasados sanfermines arrasaron. Aquí creo que, de momento, Echanove se limitó a sugerir el nombre. Pero ha sido una idea fantástica; si funciona en NY... ¿por qué no aquí?

En fin, que hay que ver lo que puede la nostalgia del campo, aunque uno no tenga la menor intención de irse a vivir a la aldea. Lo que sí queremos los urbanitas es acceder a verduras y frutas que no hayan pasado demasiado tiempo danzando por ahí, entre la huerta y nuestra casa. Y, para esto, Granja Rosendo tiene buena pinta. Ah: no se desanimen cuando vean que, al entrar en la web, la pantalla de su ordenador se llene de acelgas: hay más cosas. Lo que pasa es que las acelgas van las primeras por orden alfabético... aunque no sean, para nada, la más apreciada de las verduras.