El 'lado oscuro' de Walt Disney

Un dibujante que persigue a escondidas a Walt Disney por su pueblo natal y trata de sonsacar detalles de su infancia a todos los vecinos, pero huye cuando intentan averiguar su identidad. Su objetivo, o más bien su obsesión, es desenmascarar a Disney, demostrarle al mundo que no es el hombre amable y genial que todos adoran, sino un obseso egoísta que se apropia de las creaciones de los demás, un racista sin complejos, un anticomunista que sueña con vencer a la muerte en su bóveda de criogénesis. Este es el controvertido planteamiento de la obra de Peter Stephan Jungk El americano perfecto (Turner), una biografía novelada que narra los últimos meses de la vida de Walt Disney a través de un ficticio ilustrador austríaco y que en enero dará el salto al teatro de la mano de Philip Glass. Una inquietante historia que no habla del idealizado mundo de quien inspiró los sueños de incontables generaciones de niños, sino del lado más oculto de un hombre hecho a sí mismo que infundió tanta admiración como rechazo.

Pero, ¿cómo era realmente Walt Disney? ¿Era vulgar, brillante, inspirador, mezquino? Según explica el propio autor en conversación con Vanitatis, "existen muchas novelas que hablan de su persona, pero la mayoría de ellas se centran solo en su lado bueno o en la parte más negativa de su personalidad. A mí no me interesaban ninguno de los dos extremos, sino una mezcla de ambas impresiones". Si bien es cierto que la historia del personaje que se enfrenta a Disney para revelar su otra cara es ficticia, Jungk nos sorprende asegurando que saber cuánto hay de verdad en su relato es su 'secreto profesional': "Tendrás que leer todas las biografías reales y comparar", bromea.

Imposible saberlo, en definitiva, pero ahí reside la habilidad del autor, que ha escrito una novela donde la investigación crea un juego de espejos tan verosímil e intrigante que el lector acaba olvidando las distinciones entre ficción y realidad. No obstante, en el texto se entretejen historias reales más o menos conocidas de la vida de Walt Disney, como la denuncia y su posterior arrepentimiento con Chaplin, el mito de su estado de congelación, la invitación que le hizo a Nikita Khruschev, su visión utópica del parque temático Epcot...

A su manera, Peter Stephan Jungk consigue dar vida a un Walt Disney lleno de ambigüedades y contradicciones, convencido de que su fama perdurará a lo largo de los siglos pero aterrado al mismo tiempo ante la idea de la muerte, generoso con su pueblo pero implacable con la gente que trabaja para él, tan obsesionado con su aportación al mundo que es incapaz de sentir empatía por los que le rodean. Para el autor, su fuente de motivación a la hora de embarcarse en este viaje al oscuro interior de Disney fue el hecho de que sea uno de los personajes más interesantes del siglo XX, del cual, sin embargo, no se sabe apenas nada. "Hay biografías y otros libros, pero ninguno ha tenido mucho éxito. Parece como si la gente no quisiera saber más, que prefiriera mantener la imagen que tiene de él intacta", añade.

Por otro lado, en El americano perfecto el autor traza un fascinante retrato de la sociedad norteamericana a través de uno de sus grandes iconos: Walt Disney, un personaje trágico y conmovedor a la vez. Y lo hace utilizando la mirada de un europeo, Dantine, que se debate entre la fascinación y el rechazo, entre la adulación y el odio, incapaz de decidir si debe admirar al creador de uno de los imperios culturales más grandes del mundo o enfrentarse al jefe que no admite protestas en su empresa. Para el autor, su obra "no refleja toda la sociedad americana, sino solamente una parte, la que correspondería al midwest, a la América profunda, con su ingenuidad, su particular forma de ser, sus granjeros, mentalidad conservadora...".

Del libro a la ópera

Disneylandia, Disneyworld, Epcot, son mundos surgidos de la imaginación y el impulso de Walt Disney que, muchos años después de su muerte, siguen deslumbrando, al igual que sus clásicos, a generación tras generación, y tratar de descubrir las complejidades de la mente que los creó es la posibilidad única que nos brinda Jungk con su libro, que acaba de ser traducido al castellano. Y es que nadie como Disney expresó mejor ese deseo tan americano de ser amado y dominar a la vez; nadie como él dio forma con tanta nitidez al afán de fundir un pasado idealizado con un futuro tecnológico. Quizás esta capacidad de adecuación fue lo que sedujo a Philip Glass para apostar por una adaptación de El americano perfecto al idioma de la ópera.

El reconocido compositor estadounidense trabaja en la actualidad en una versión que se estrenará mundialmente el próximo mes de enero en el Teatro Real de Madrid. "Nunca pensé que mi libro llegaría a convertirse en una ópera, que se representaría en un gran teatro y que estaría dirigida por un genio", comenta Jungk al respecto. "No he sido yo quien ha escrito el libreto, pero desde el primer momento Glass quiso que participara en la adaptación, y me permitió dar muchas sugerencias, algunas de las cuales se tuvieron en cuenta", reconoce.

Así, Philip Glass, a quien Gerard Mortier dio a conocer el libro de Jungk, ha trabajado con Rudy Wurlitzer para transformarlo en el libreto de su nueva ópera, encargo del  Teatro Real y coproducción con la English National Opera. Dennis R. Davies, pianista y director de orquesta que ha estrenado varias obras de Glass, será el encargado de la dirección musical, y Phelim McDermott, que ya dirigió su ópera Satyagraha, se encargará de la dirección de escena de esta nueva producción, con una colorista y dinámica escenografía de Dan Potra, que firma también los figurines.

Todo el reparto, mayoritariamente anglosajón, se encuentra ya en el Teatro Real ensayando la ópera, que se presentará entre los días 22 de enero y 6 de febrero de 2013.