Eloping: cómo organizar una boda (sin sufrir un ataque de ansiedad)

Cada vez es más habitual que los famosos se casen en secreto, pero la tendencia de contraer matrimonio de forma improvisada y privada se está extendiendo cada vez más entre millennials y entre aquellos que buscan celebrar un enlace íntimo y sencillo. Antaño, las elopement weddings eran habituales entre aquellas parejas que no contaban con apoyo familiar o incluso tras tomar un par de martinis de más en un viaje a Las Vegas, pero hoy son cada vez más habituales entre aquellos que quieren huir del estrés de tener que planificar a quién invitar al enlace, cómo organizar el sitting y qué menú elegir para satisfacer a los invitados. Y todo eso sin hablar del elevado coste económico que trae consigo una boda, claro.

Aunque muchas parejas eligen lugares exóticos para contraer matrimonio en secreto -de ahí que se llamen 'elopement weddings', es decir, bodas de escapada-, el precio del viaje es inferior al que conlleva organizar una boda al uso. Al presupuesto hay que sumar, en el caso de que implique un viaje, el traslado del fotógrafo, a no ser que la idea sea tan sencilla como tomar un simple selfie. Por cierto: aunque la idea es muy moderna, hay que tener cuidado con hacer saber a familia y amigos del enlace a través de las redes sociales. Este tipo de bodas liberan y divierten, pero hay que prever que muchas personas se pueden sentir heridas. ¿Recuerdas la cara de tu madre cuando se enteró de que te habías hecho un piercing sin avisar? Pues imagina la que pondría si se enterara de que te has casado sin decir nada...

Cada vez son más los fotógrafos que se especializan en este tipo de bodas, que suelen celebrarse en enclaves como París, Nueva York y Hawái. De hecho, Eloping is Fun es una empresa afincada en Nueva York especializada en este tipo de enlaces. Puedes organizar tu boda-no-boda en tan solo 36 horas, aunque hay parejas que contratan sus servicios un año antes del gran día. Las ceremonias duran 15 minutos y se celebran tras haber completado un cuestionario en el que cada miembro de la pareja ha de incluir anécdotas, planes futuros y detalles de su día a día para crear una boda personalizada.

¿Sus ventajas? Un menor gasto económico, poder invertir lo ahorrado en la luna de miel y huir del estrés que conlleva organizar una boda son algunas de las bondades de esta tendencia.

¿El lado malo? No compartir un momento tan importante con familia y amigos.

¿La opción C? Casarse en plena escapada y organizar una fiesta para celebrar la unión al regreso. ¿Quién dijo que no se puede tener todo?