Belén Corsini, la novia del maquillaje bronceado y la coleta con ultravolumen

El moño bajo se ha convertido en el peinado preferido de las novias millennial. Sin embargo, Belén Corsini parece haber querido romper con los recogidos tradicionales a la hora de elaborar el esperadísimo look de su boda con Carlos Fitz-James Stuart. Una gruesa coleta repleta de millones de diminutas mechas doradas era, junto a su vestido de Navascués, el gran secreto para el enlace. Alerta, novias de primavera, que la boda del palacio de Liria nos ha traído refrescantes tendencias de belleza.

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C. V.

Ni una coleta baja ni una alta, el peinado de Belén consistía en una coleta a media altura en la que todo el cabello quedaba recogido con tersura en un pasador joya con el que el efecto era doble. Por un lado se veía un peinado muy pulido, perfecto para despejar el rostro, y por el otro conseguía introducir un accesorio con brillantes con el que potenciar el efecto de look princesa creado por el vestido.

Coleta con estructura y truco

Aunque siempre hemos visto a Belén Corsini con una densa media melena marrón chocolate, en los últimos meses, la novia había comenzado a introducir sutilmente reflejos dorados para aclarar su cabello de una forma muy natural. Incluso se podían intuir las mechas ‘face framing’, aclarando los mechones próximos al rostro, en un intento de aportar luz a su melena. Sin embargo, en el look nupcial, las sutiles mechas con las que habíamos visto a Belén parecen haberse multiplicado, y prueba de ello era su frondosísima coleta nupcial, en un castaño muy claro con toques arena.

La coleta, elaborada por el estilista Álvaro Talayero, marcaba la raya a un lado, recogiendo al máximo el cabello, sin dejar mechones sueltos y manteniendo una tensión. Los peinados pulidos siempre han sido habituales en los looks de Corsini para el día a día, así que para su boda no quiso arriesgar en ese sentido. Lo que sí resultaba innovador fue el grosor de su coleta. La joven, que siempre ha tenido el pelo grueso, lució una cola de caballo mucho más larga y frondosa. El uso de extensiones de cabello natural explicarían la densidad que de repente apareció en su melena. Este tipo de postizos se utilizan habitualmente en peinados de novias para realizar recogidos más elaborados y en los que se necesite un plus de volumen. Son, además, especialmente fáciles de introducir en coletas, al incorporarse en la cola de caballo junto a la goma o el pasador.

La coleta de la novia fue, sin duda, el elemento más característico del look, una coleta a media altura, muy larga y con unas ondas casi en zigzag, eléctricas, desdibujadas en su justa medida para que el peinado no queda artificial pero sí muy cuidado. El pasador coronaba el cierre de la coleta, previamente cubierto con un mechón de cabello. Se trataba de una ausencia joya que recorría el cierre de la coleta y se fijaba en la raíz del cabello con un acabado muy romántico.

Una novia muy bronceada

La otra innovación del look de novia de Belén Corsini fue el tono de su piel. En las bodas de primavera asistimos a los primeros rayos de sol, por lo que muchos invitados aún no lucen un tono muy moreno y los colores de los vestidos todavía se posicionan en el lado de los pastel. Pero Belén sorprendió a todo el mundo con un envidiable bronceado, perfecto para poder lucir aún más el escote en V de su vestido.

El mismo tono de piel besada por el sol se trasladaba a su rostro que, a pesar de estar maquillado con tonos muy naturales, se sublimaba con su bronceada piel, que hacía que no fuera necesario el uso de polvos de sol, evitando caer así en cualquier riesgo. Los labios se mantuvieron en un tono muy parecido al del labio, con una barra de labios cereza oscura muy hidratante para centrar la atención en la mirada. Además de la máscara de pestañas como encargada de aportar oscuridad a los ojos, tanto el párpado superior como el inferior estaban enmarcados con un lápiz cremoso con el que delinear y difuminar, creando una mirada maquillada y llamativa pero sin líneas visibles.

Álvaro Talayero era el encargado de dar forma y color al maquillaje y peinado de la novia. Sus infalibles señas de identidad son las pieles muy luminosas, las cejas marcadas y los recogidos en los que la naturalidad sustituye a los peinados muy pulidos; cualidades que encajan a la perfección con la estética de Belén, y así lo pudimos apreciar. En las bodas del estilista siempre vemos a novias con el rostro despejado, gracias a recogidos bucólicos que respetan la forma y naturaleza de cada cabello, pero para Belén, Talayero mantuvo tensión en la raíz del cabello para jugar con el volumen y los bucles en la coleta.

Manicura potenciadora del bronceado

Tras analizar a fondo el cabello y el maquillaje de la novia de la primavera, también pudimos contemplar su manicura. Alejada de la manicura francesa de Alejandra Ruiz de Rato en su boda, Belén eligió un tono homogéneo para toda la uña, un brillo con un ligero tono blanco, aplicado en un par de capas para conseguir una mayor opacidad. El efecto de manicura en contraste con su bronceado tono de piel, potenciaba su tono aún más, consiguiendo un efecto resplandeciente, desde el cabello luminoso hasta la piel jugosa y, por supuesto, el vestido de novia.