Probamos el aparato que promete reducir las arrugas cómodamente desde casa

Soy de esas personas a las que le gusta invertir en belleza. Además, soy una enferma de mi rutina beauty, de la que no me salto ni un solo paso por la mañana y por la noche. Por eso, en cuanto descubro un nuevo aparato que me ayude a que sea todavía más efectiva, tengo que probarlo y casi seguro termino uniéndolo a mi colección y más si viene con la etiqueta de una de mis marcas favoritas de belleza, la sueca FOREO. Soy muy fan de sus sistemas de limpieza, le he regalado por Navidad a todas mis amigas la Luna 3 después de que me lo intentarán robar cada vez que nos íbamos juntas de viaje, así que no he tenido ni una sola duda a la hora de probar uno de sus últimos lanzamientos, al que han llamado BEAR.

No es la primera vez que oigo hablar de él. Como buena beauty adict que soy, ya había escuchado en mis expertas de belleza favoritas, algunas reseñas sobre este gadget. Así que podemos decir que es el dispositivo tendencia del momento, aunque no he tardado en descubrir, que se trata de mucho más que eso. Para empezar te diré que es el encargado de ejercitar los 65 músculos que tenemos en la cara y el cuello, o, lo que viene a ser lo mismo, conseguir que nuestro rostro vaya al gimnasio más que el resto de nuestro cuerpo, por lo menos en mi caso.

Nada más leer las instrucciones de la BEAR, te das cuenta de que tienes que seguir una planificación de entrenamientos, va a ser tu personal trainner facial desde este momento. Si cuando comienzas a correr, lo haces con menos tiempo y en menor distancia para ir subiendo progresivamente, lo mismo ocurre con este dispositivo, pudiendo elegir también rutinas más cortas o largas según el tiempo que tengas. Eso sí, todo con ayuda de un gel conductor, en textura jelly, que puede ser uno que tengas en casa o el que te recomienda la marca, que es FOREO.

Este aparato funciona gracias a las microcorrientes y pulsaciones T-Sonic, que tonifican y definen las zonas del rostro a la vez que tensa la piel. O lo que es lo mismo, un efecto lifting, que hasta que llegó a nuestro poder, solo podíamos conseguir en los centros de belleza.

En cuanto abres la caja, la apariencia de BEAR te conquista, es monísima. Está hecha en silicona en un llamativo color fucsia, y posee dos bolitas plateadas en la parte superior que son las encargas de transmitir las microcorrientes cuando contactan con la piel. Tranquila, que suena un poco fuerte y en un principio piensas en electricidad y calambres, pero no tiene nada que ver, el dispositivo tiene un sistema antichoque que garantiza la seguridad, puedes regular la intensidad a tus necesidades y gustos a través de la aplicación y la sensación es supergustosa. Termina siendo un masaje relajante y maravilloso al que creo que me he hecho adicta.

Comprar

Uno de los detalles que más me ha gustado es que la marca tiene una app para que te descargues en el móvil que te va a ayudar a ser persistente en tu uso con la BEAR. Te va guiando paso a paso, tanto en frecuencia como en intensidad. Además, te puede recordar que te toca usarla si decides espaciar las semanas, como he hecho yo, a un día sí uno no.

Lo único que me ha costado un poco más ha sido en qué momento emplear mi nueva mejor amiga dentro de mi rutina de belleza. Con el paso de los días he descubierto que el mejor momento es justo en mi paso dos, tanto por la mañana como por la noche, sustituyendo ese momento por la aplicación de mi sérum. Es importante que termines y completes los pasos que te explican en las instrucciones del dispositivo, para que empieces a notar los resultados en menos de una semana.

En mi caso lo hago tras limpiar el rostro y el cuello y haberlo secado bien. Me aplico el gel conductor de forma ligera sobre todas las áreas a tratar y sincronizo BEAR con la aplicación de la marca que me he descargado en el móvil. He elegido el tratamiento contra la flacidez y el descolgamiento de la piel. Solo hay que seguir los pasos que te marca para ir presionando las dos bolitas sobre todo el rostro dividido en zonas, suelen ser ciclos cortos de unos tres minutos de duración. Es genial que cuando pasa el tiempo recomendado y que está dentro del tratamiento que has elegido, se apaga sola. La sensación de frescor y gustito que se te queda en el rostro es maravillosa. Se lava con agua y ya está perfecta para volver a usarla.

Aunque llevo poco tiempo con ella en mi poder, en tan solo cuatro días, ya voy notando mi cara más tersa y sobre todo, muchísimo más luminosa. ¿Dónde han ido a parar mis marcas de cansancio y estrés?

En calidad de afiliado, Vanitatis obtiene ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables. La inclusión de enlaces no influye en la independencia editorial de este medio: los redactores seleccionan y analizan los productos libremente, según su criterio y conocimiento especializado.