¿Acné de verano? Tiene un porqué y una solución para evitar el efecto rebote en otoño

Te habrás dado cuenta de que a veces, en la época estival, tu piel está más luminosa que nunca y sin rastro de imperfecciones. En cambio, otras, todo lo contrario: granitos, puntos negros y brillos a tutiplén, los cuales antes no tenías, salen justo ahora.

¿A santo de qué? Para empezar, siempre que cuidemos la piel, en esta época, tal y como confirman las doctoras María Vicente y Virtudes Ruiz, de la clínica Virtud Estética, el sol tiene un efecto bactericida y antiinflamatorio que hace que salgan menos; al mismo tiempo, el bronceado ayuda porque camufla las imperfecciones. “Pero no nos equivoquemos porque es un fenómeno momentáneo y habrá probablemente rebote durante el otoño, ya que el sol también tiene un efecto comedogénico”, argumentan las expertas.

Se refieren a que al exponerse al sol sin la debida protección, unido a los efectos perniciosos del cloro y el salitre, se produce en la piel una gran agresión que hace que se deshidrate, el estrato córneo se engrose para protegernos del astro rey y aumente la secreción sebácea. Si a ello le unimos que en verano solemos relajarnos con las buenas costumbres en la mesa y añadir picoteos ricos en grasas saturadas, ya tenemos el porqué. Esto a veces sucede a la vuelta de vacaciones; otras, durante. La experta en estética y antiaging Gema Cabañero añade como causa del acné veraniego el calor.

“Las altas temperaturas provocan sudoración y que las glándulas sebáceas se activen. De este modo, los poros obstruidos erupcionan y originan esas vesículas superficiales que incluso pueden llegar a convertirse en bultos más profundos”. La buena noticia es que estas imperfecciones se pueden prevenir. Y en buena parte tiene que ver con la fotoprotección.

Fotoprotección, siempre... pero en textura ligera

Para Gema Cabañero, las cremas con índice de protección solar deben dejar transpirar la piel, ya que a menudo no nos fijamos en la textura y esta puede resultar oclusiva. También es importante que sea un producto específico para rostro y que refuerce las defensas de las pieles sensibles. Pero ojo, porque existe la creencia de que la fórmula del fotoprotector en sí ensucia la piel y tapona el poro, y no es así (a menos, como decimos, que no escojamos la textura correcta).

Según las doctoras María Vicente y Virtudes Ruiz, hoy existen productos específicos para pieles grasas o acneicas con complejos seborreguladores y matificantes, y además el uso diario y repetido de este gesto es esencial para evitar el efecto rebote, así como la hiperpigmentación de las lesiones de dicho acné.

Higiene y exfoliación, de cabecera

La limpieza diaria mañana y noche, la exfoliación semanal y la hidratación con el producto adecuado en cada caso es en verano más importante que nunca para evitar el problema. “También recomendamos tomar antioxidantes orales o bien aplicar cremas que contengan astaxantina, un activo que nos ayuda a evitar los efectos negativos de la radiación solar sobre la piel”, confirman las expertas en medicina estética.

Maquillaje: ¿sí o no? Ya hemos superado aquello de que las bases asfixian el cutis. Hoy en día los hay pensados para piel con tendencia al acné y que mantienen a raya los brillos y que además ayudan a camuflar. “No estaría mal dejar a la piel descansar en verano, pero si eso supone un problema se puede usar maquillaje, siempre que se extreme el cuidado con la limpieza”, añaden las expertas.

Desde Freshly Cosmetics aconsejan evitar los cosméticos con siliconas, ya que, dicen, sellan la piel, taponan los poros y no permiten a la dermis oxigenarse. En su lugar, proponen utilizar productos que sean no comedogénicos, astringentes y antibacterianos. También proponen incluir en la rutina de mañana y noche un tratamiento que contenga ácido azelaico por sus propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y despigmentantes, así como aplicar un sérum exfoliante enzimático y natural de noche que renueve la piel desde la primera aplicación.

La premisa es que sean productos suaves, ya que en la temporada estival el uso de algunos activos, como los retinoides o los alfahidroxiácidos, unidos a la radiación solar, podría irritar la piel, sobre todo si no está acostumbrada a la rutina en cuestión.

Han aparecido, ¿y ahora qué?

Ahora, a no tocarlos. Es fundamental acudir a un profesional de la piel, preferentemente dermatólogo, que realice un buen diagnóstico y aconseje el tratamiento oportuno para frenar el brote, si lo hay, y evitar las manchas e incluso cicatrices que podrían dejar los granos.

Te proponemos:

Plankton Anti-Blemish Facial Cream, de Alskin, 32 euros en Amazon. Esta crema facial hidratante y vegana es seborreguladora y no comedogénica, al mismo tiempo que mejora la microcirculación sanguínea y las rojeces.

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Blue Radiance Enzymatic Serum, de Freshly Cosmetics, 35 euros. Reduce, calma y previene los signos de acné gracias a su tecnología enzimática y natural, que logra una exfoliación suave pero efectiva.

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Gel limpiador activo purificante Biretix, 12,90 euros en Promofarma. De uso diario, regula el exceso de grasa y reduce la proliferación de microorganismos.

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Fluido invisible SPF 50 Anthelios UV-Mune 400, de La Roche Posay, 18,43 euros en Promofarma. Es perfecto para piel con intolerancia al sol, previene las manchas y como tiene una textura ultra ligera, mantiene a raya el acné.

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A los limpiadores que ayuden a controlar la grasa pero sin aportar sequedad a la piel se les suman los tratamientos también seborreguladores, pero que incorporen propiedades antiinflamatorias, calmantes y antibacterianas para que reconfortar la piel y evitar que proliferen brotes de acné. El protector solar, paso ineludible del cuidado de la piel, tampoco debe faltar, ya que evitará que se oscurezcan las manchas de acné y sean más visibles.

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