Sol y acné, cómo elegir protector solar y actuar frente a los granitos
Portegerse del sol es una obligación para mantener la salud de la piel en perfectas condiciones, pero ¿qué ocurre si tengo granitos? Acné, maskné… Ha llegado la hora de hablar de la protección solar de la nueva normalidad
De los creadores de 'no uso crema hidratante porque mi piel es grasa', llega 'no me echo protector solar a diario porque engrasa mi piel'. Las leyendas urbanas han hecho un flaco favor al cuidado de la piel, algo que se acentúa sobre todo con la llegada de la primavera y el verano. Aunque es cierto que necesitamos unos rayitos de sol sin nada de protección, esta exposición no debe durar nunca más de 15 minutos. “Exponernos al sol diariamente durante 10-15 minutos sin protección solar puede ser saludable para nuestra piel, ya que favorece la generación de la vitamina D”, explica Aura Serras, directora de iS Clinical España, sin embargo, si se hace, debe ser de manera continuada y durante poco tiempo. Si vas a superar ese tiempo, es necesario hacerlo siempre con protección solar alta.
El siguiente problema suele venir acompañado de las fórmulas solares, en muchas ocasiones demasiado grasas si nuestra piel es mixta o grasa. Es habitual que, durante el verano, las pieles grasas experimenten cómo, tras utilizar protector solar con mayor frecuencia, sus problemas de acné se multiplican. “Cuanto tomamos el sol, debido a las altas temperaturas se activan las glándulas sebáceas y, si a esto le sumamos la protección solar, hace que el poro se obstruya y aparezca el temido acné en nuestra piel”, precisa Serras. La solución parte de encontrar un protector solar que se adapte a las necesidades de nuestra piel y de mantener una estricta rutina de limpieza.
¿Qué protección solar se debe aplicar en la piel con acné?
La primera pregunta es sencilla, elegir el protector solar adecuado en función de la piel. Los expertos siempre recomiendan recurrir a un factor de protección alto para evitar posibles marcas residuales como consecuencia de la incidencia del sol sobre el acné.
Otra cuestión es el tipo de fórmula. “Se recomienda que sea libre de aceites comedogénicos que favorezcan la aparición de granitos. Hay que recordar que muchos de los filtros solares son aceites y que son pocos los solubles en agua. Por otro lado, los protectores solares muy cargados de filtros físicos (óxido de zinc o dióxido de titanio) pueden tener el inconveniente de taponar los poros y dar lugar a comedones por obturación del canal pilosebáceo”, destaca María José Tour, fundadora de Laboratorios Kosei. Aunque lo más recomendable serían los formatos gel, la experta advierte de que es difícil que tengan una alta protección (de 50+) porque muy pocos filtros solares son solubles en agua. “Las fórmulas más habituales son las tipo emulsión, donde lo importante será disponer de una formulación con la menor cantidad de aceites”.
El hecho de padecer un brote de acné o tener la piel grasa significa que, a la hora de aplicar el protector solar, se debe prestar especial atención a la higiene. Aura Serras simplifica la rutina en cuatro pasos. Los dos primeros serían limpiar la piel perfectamente y aplicar la protección solar, utilizando siempre protectores solares de amplio espectro ligeros, de rápida absorción, no grasos y específicos para el rostro. “Es vital que la piel esté perfectamente limpia antes de la exposición solar, ya que un rostro libre de células muertas será clave para la oxigenación del tejido, el destaponamiento de los poros y la correcta penetración del protector solar en nuestro cutis sin provocar una obstrucción que produzca ese acné”, detalla.
Mientras en las rutinas habituales siempre se recomienda aplicar un tratamiento hidratante antes de la protección solar, la formuladora María José Tour apunta que no es necesario este paso ya que el protector solar es hidratante, aunque cada caso es diferente. “Normalmente las pieles con acné requieren tratamientos médicos y, en estos casos, el tratamiento se pondrá antes de la protección solar, respetando un tiempo de absorción del medicamento o del producto en cuestión (unos 15 minutos)”.
Igual que al final del día nos desmaquillamos o lavamos la piel, cuando se utiliza protector solar este paso es especialmente importante. “Al eliminar el protector solar tras la exposición al sol, evitamos que la piel absorba cualquier resto de grasa que pudiera llevar la crema solar'', señalan desde iS Clinical. El paso final sería aplicar una hidratación intensa sobre la piel. Al fin y al cabo, la piel que se ha visto expuesta al sol ha sufrido una agresión y, para calmarla, la hidratación es siempre la mejor opción. Se puede recurrir a productos hidratantes y reparadores que sean ligeros para que calmen y refresquen. Es un momento perfecto para poner a prueba el Seven Skin Method.
Y ¿qué hacemos con el maskné o la dermatitis perioral?
La mascarilla ha extendido la aparición del acné en las zonas que cubre (maskné) o la irritación de la piel más allá de las zonas cubiertas por esta (maskitis). La protección solar también debe adaptarse a ambos problemas. En el caso de la dermatitis perioral, la fundadora de Laboratorios Kosei recomienda no utilizar en la zona afectada protección solar, aunque sí limpiar la zona con productos que mejoren la irritación y protección de la piel en esa área. En el caso de maskné, sin embargo, su recomendación es otra, “a pesar de que la mascarilla puede suponer una protección frente a la radiación, pienso que es mejor aplicar en toda la cara, ya que en algún momento nos podemos quitar la mascarilla cuando estamos al aire libre o puede moverse (y esto no lo podemos controlar)”.
Solares ligeros
El protector solar de iS Clinical Eclipse SPF 50+ (61€) aporta una alta protección solar alta, pero sin sacrificar la comodidad al tratarse de una textura ligera y transparente que es rápidamente absorbida por la piel, resultando idónea para las pieles grasas. Está elaborado con protectores solares físicos: dióxido de titanio transparente y óxido de zinc micronizado junto a vitamina E pura para ofrecer además una protección frente a los radicales libres. La otra opción es su versión beige o bronze, el mismo cuidado pero con un ligero colores de color, disponible en dos colores según el tono de piel.
Con células madre procedentes de la uva y con propiedades antiedad, la crema solar Heliokos con un SFP 50+ de Kosei también es apta para pieles grasas. En su fórmula también encontramos antioxidantes como la vitamina E para hidratar, proteger frente a los radicales libres y aportar luminosidad a la piel.
Los protectores solares ligeros son los mejores aliados para proteger las pieles mixtas o grasas y Mesoprotech Mineral Matt Antiaging Fluid de Mesoestetic, 36€ en PromoFarma, es otra excelente opción. Su protección solar es a base de filtros físicos para asegurar la tolerancia también de las pieles sensibles. Al incluir el complejo collagen pro-47 protege y potencia la producción de colágeno. Su textura ligera se funde con la piel y deja un acabado mate, perfecto para usar a diario.
Los tratamientos más intensivos también pueden incluir protección solar y un ejemplo es Restoring Perfection SPF50 de Valmont, 179€ en PromoFarma. Sus ingredientes activos tienen propiedades regeneradoras sobre la piel como el liposoma RNA, que estimula su reparación; el complejo Silicon D2, que estimula la producción de colágeno, o los péptidos sintéticos, que reparan las células dañadas por los rayos UV. Debido a la amplia protección de la crema, capaz de proteger también de agresiones externas como la polución, se recomienda utilizarla durante todo el año. Y su intensa hidratación sin dejar un acabado graso, gracias al triple ADN, capaz de contener hasta 1.000 veces su peso en agua, la convierten en un tratamiento antiedad y con protección apto para todo tipo de pieles.
Cuidado extra
Para el paso de la limpieza, los expertos consultados recomiendan Sebokos Gel Limpiador Facial Purificante de Kosei, 18,60€ en Amazon, especialmente recomendado para la piel grasa, con aceite de babassu, levadura de cerveza y elaborado a base de extractos de plantas de acción seborreguladora para limpiar la piel sin resecarla y controlando la producción sebácea.
Otra opción de plantar cara al maskné e intentar reducirlo al máximo es a través de las mascarillas. El mercado se ha puesto manos a la obra y ha desarrollado diferentes tejidos que cumplen con la normativa y no son tan agresivos con la piel. Un ejemplo son las mascarillas de Lio Studio, 22€ en su web. Con el objetivo de mantener una alta transpirabilidad y cuidar la piel, están elaboradas con fibras obtenidas a partir de plásticos reciclados. Además, están fabricadas en tejido de Seacel, una fibra de biobase de algas recubierta por algodón orgánico y que permite trasladar las propiedades de las algas a la piel.
“Las algas contienen aminoácidos, vitaminas y minerales elementos que favorecen el cuidado de piel ya sea evitando la aparición de granitos como tratando efectivamente dolencias como la neurodermatitis o la psoriasis. Además de estar testadas para ser aptas para el contacto con la piel, eliminan los radicales libres evitando su interacción con nuestro rostro”, explican desde la marca.
De los creadores de 'no uso crema hidratante porque mi piel es grasa', llega 'no me echo protector solar a diario porque engrasa mi piel'. Las leyendas urbanas han hecho un flaco favor al cuidado de la piel, algo que se acentúa sobre todo con la llegada de la primavera y el verano. Aunque es cierto que necesitamos unos rayitos de sol sin nada de protección, esta exposición no debe durar nunca más de 15 minutos. “Exponernos al sol diariamente durante 10-15 minutos sin protección solar puede ser saludable para nuestra piel, ya que favorece la generación de la vitamina D”, explica Aura Serras, directora de iS Clinical España, sin embargo, si se hace, debe ser de manera continuada y durante poco tiempo. Si vas a superar ese tiempo, es necesario hacerlo siempre con protección solar alta.
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