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El truco para crear hoyuelos en el rostro que se ha convertido en maquillaje viral
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El truco para crear hoyuelos en el rostro que se ha convertido en maquillaje viral

Ya sea en TikTok, en Instagram o sobre la alfombra roja, cuando uno o dos hoyuelos aparecen en el rostro, el magnetismo está asegurado. Ahora un truco los falsea con maquillaje

Foto: En una de las mejillas de Irina Shayk se dibuja un hoyuelo especialmente fácil de reconocer. (Imaxtree)
En una de las mejillas de Irina Shayk se dibuja un hoyuelo especialmente fácil de reconocer. (Imaxtree)

Considerados un signo facial que aumenta el atractivo físico, descifrar el origen de los hoyuelos es, aún a día de hoy, complicado. Que a uno o a dos lados del rostro se marquen dos hondonadas puede ser consecuencia de la genética, pero es un rasgo que no tiene necesariamente que heredarse, pudiendo ser tan solo una casualidad.

A nivel científico, cuando se marca un hoyuelo en la mejilla se debe a una división en el músculo cigomático, algo que se puede acentuar más o menos según cada persona. Sin embargo, durante décadas se ha explorado cómo conseguir las favorecedoras hondonadas con ayuda de ejercicios faciales, cirugía o incluso originales herramientas. El último truco para lograrlo, que ya cuenta con millones de visualizaciones en TikTok, se apoya solo en el maquillaje y un poco de arte renacentista.

placeholder Miranda Kerr no tiene uno sino dos hoyuelos muy marcados. (Getty/Jon Kopaloff)
Miranda Kerr no tiene uno sino dos hoyuelos muy marcados. (Getty/Jon Kopaloff)

Bajo el hashtag #dimple, que en inglés hace referencia a los famosos hoyuelos que podemos identificar en el rostro de Ariana Grande, Irina Shayk o Miranda Kerr, los vídeos y sus consiguientes reproducciones se han disparado en los últimos meses. El truco de la tiktoker Serena Lakkiss simplificaba el debate sobre los hoyuelos reduciéndolo a dos pasos, consiguiendo un inmediato efecto llamada.

Apoyándose en las enseñanzas del contouring, la joven, cuyo canal se ha especializado en el visagismo, crea una falsa profundidad en la zona en la que deberían aparecer las hendiduras de forma natural. Para lograrlo, la clave están en utilizar un contorno cremoso y un lápiz marrón más oscuro para falsear el sombreado. Entra en acción el renacentista claroscuro que las hermanas Kardashian extendieran bajo el nombre de ‘contouring’.

placeholder El hoyuelo de Ariana Grande es mundialmente conocido. (Getty/Amy Sussman)
El hoyuelo de Ariana Grande es mundialmente conocido. (Getty/Amy Sussman)

El primer paso según @serenalakkiss, el usuario bajo el que encontramos a Lakkiss, es fingir una sutil sonrisa, al estilo de la Gioconda, para determinar la zona en la que se debería dibujar el pliegue y dibujar con el contorno cremoso un símbolo similar al de mayor o menor (<>), cada uno a cada lado. A continuación se difumina con ligeros toques de una esponja. Este corrector cremoso creará la primera sombra, a modo de pliegue, pero sin tanta profundidad.

El siguiente paso, como si se tratara del celebrado maquillaje cirugía, es intensificar el hoyuelo, para lo que entra en el juego el lápiz de ojos marrón oscuro o incluso un lápiz de cejas, más duro y con un tono más grisáceo, como se observa en el vídeo de TikTok. Sobre el sombreado difuminado se repite el gesto, ahora más pequeño y preciso, para lo que la sonrisa será más pronunciada. En concreto, Serena Lakkiss tan solo marca la línea superior para emular el volumen de la mejilla. El paso final, como no podía ser de otra forma, es difuminar con cuidado para que el trabajo no se borre.

Foto: Backstage del desfile de Paul Costelloe primavera-verano 2020. (Imaxtree)

Otras técnicas (más cuestionables)

Mientras la técnica de claroscuro ayuda a cincelar el rostro pudiendo intensificar la profundidad del hoyuelo sin dolor de por medio, en la misma plataforma encontramos alternativas con las que conseguir crear una hondonada con volumen real. Alrededor de la década de los años 30 del siglo pasado, en concreto encontramos la patente de Evangeline I. Gilbert en 1927, que desarrolló el Dimple-Maker, una compleja herramienta, similar a una ortodoncia para corregir la mandíbula, cuyo uso continuado creaba los ansiados hoyuelos.

De aquel invento un tanto cuestionable hemos heredado variantes como aretes de construcción casera con los que pinzar la mejilla y dejar la piel con una marcada presión que durará horas o ejercicios con los que crear la misma profundidad.

Prolongando la presión sobre la zona, la superficie de la piel termina por ceder, creando la depresión de los hoyuelos por un tiempo delimitado, igual que cuando dejamos una goma elástica en la muñeca, la piel tarda en volver a su forma. Apretar la parte roma de un pincel o una brocha o recurrir incluso al propio dedo durante unos minutos es una de las prácticas más extendidas en las redes sociales para conseguir los hoyuelos falsos.

La última opción pasa por conseguir resultados permanentes, es decir, entra en juego la medicina estética, la popularmente denominada ‘dimpleplasty’, cuyos resultados suelen ser poco naturales. Durante años, otra alternativa era la de perforar el área de los hoyuelos y colocar piercings medicinales para emular la profundidad, algo que ya vimos en celebrities como Amanda Bynes y que devolvía un rostro muy artificial.

Esta carrera de obstáculos hacia los hoyuelos marcados ha tenido sin duda que ver con la rápida fama del truco de TikTok que lo simplifica todo con maquillaje, a pesar de que los resultados no sean tridimensionales ni de larga duración. Hoyuelos de quita y pon, radar viral modo #on.

Considerados un signo facial que aumenta el atractivo físico, descifrar el origen de los hoyuelos es, aún a día de hoy, complicado. Que a uno o a dos lados del rostro se marquen dos hondonadas puede ser consecuencia de la genética, pero es un rasgo que no tiene necesariamente que heredarse, pudiendo ser tan solo una casualidad.

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