"Perfumes que me han acompañado en mi vida", la directora de Belleza dixit

El perfume nos define, habla de nosotros tanto como nuestra ropa, a través de él creamos recuerdos, dejamos estela... Es un elemento fundamental que construye nuestra imagen. Hace unos días me encontré con una amiga que hacía tiempo que no veía y al abrazarnos me dijo: "Qué gusto, hueles como siempre". Y debo confesar que durante muchísimos años he sido fiel a solo un aroma, pero a medida que me metí en el mundo de la belleza y descubrí otras joyas olfativas, en mi cajón suelo tener varios que combino según cómo me levante por la mañana.

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No sé vosotras pero yo recuerdo mi primer perfume, me lo compró mi madre, era un clásico para adolescentes: Don Algodón. Era la tienda de moda en aquel momento y fueron pioneros en muchas cosas en España, entre ellas en sacar un perfume con su marca. El frasco era pequeño, con redondeces a modo Michelin y tenía el tapón azul Klein, aún sigue a la venta, y recuerdo sus notas que seguían la tendencia floral-fresca de la década. Lo crearon en 1985 y toda mi adolescencia primera, como diría la canción, la tengo marcada por sus notas. Aún sigue a la venta y lo recomiendo completamente para esas niñas que quieren empezar en este mundo y para madres que, además de acertar en esta complicada decisión, no se quieren gastar un riñón (12 euros).

Con vetiver, almizcle, ámbar y cedro de Virginia

Una vez pasados esos primeros años y ya con el pavo bien subido, aunque mi adolescencia no la recuerdo demasiado tonta, pero claro habría que preguntar a los testigos de la misma, que quizá no están de acuerdo... Bueno, vamos a lo que vamos, cuando ya empecé a ganar unos eurillos con mis canguros y a pasear con mis amigas por el centro comercial de rigor hice un descubrimiento en una de las primeras tiendas de belleza que me enamoró: The Body Shop. La cadena de tiendas, que en aquel momento era propiedad de su fundadora, Anita Roddick, era un templo de muchos conceptos que ahora llevan a gala las marcas actuales: artículos producidos por cooperativas solidarias, ingredientes con trazabilidad y de origen natural, envases con packaging reciclable... Fue una pionera, una precursora en cuestiones de sostenibilidad que hace cuarenta años no tenía en cuenta nadie.

La cuestión, en sus estantes tenían un perfume que a medida que mi carácter ganó intensidad se adaptó perfectamente a este, se llamaba White Musk. Un aroma vegano que lleva vendiéndose desde 1981 (y la firma fue creada en el 79). Yo siempre utilicé la eau de toilette, más tarde produjeron el eau de parfum, pero ese para mí era demasiado intenso. Agua de Colonia White Musk contiene como ingrediente principal almizcle, que se fusiona con una de mis flores favoritas a nivel fragancia: el jazmín. Un frasco lleno de notas florales, sensuales y limpias y que duraba, algo que no solía pasar con otras de la época. También la recomiendo para principiantes en estas lides (19 euros).

Con almizcle y jazmín

Pude ser fiel a la creación de The Body Shop durante unos seis o siete años hasta que empezó mi vida profesional como periodista. En mi primera oportunidad en una revista tuve muchísima suerte, trabajé para una mujer maravillosa que me fichó como delegada en Barcelona (yo soy de allí, para las que me lean por primera vez) de una nueva revista femenina. Una época que recuerdo con gran cariño porque cada mes me traían dos o tres días a Madrid; imaginaos, veintipocos y en puente aéreo, cual yupi, me sentía tan privilegiada. En mis visitas a Madrid, además de formarme, me enviaban a presentaciones de belleza entre las que recuerdo una especialmente. La del eau de toilette A Mi Aire de Loewe. Fue cerca de la oficina en un piso precioso de Chamberí, y ahí también descubrí la importancia de los mensajes de publicidad, me pusieron un vídeo definiendo a la usuaria ideal de esa fragancia y me sentí tan identificada que la llevo usando desde el año 2005.

Los narices de este básico de mi vida fueron Emilio Valeros, el mítico perfumista de la marca, y Olivier Cresp. Con este caldo (como dicen los expertos) también descubrí una de las notas que adoro desde aquel momento, la bergamota. Además de esta fruta cítrica italiana, mezcla entre pera y limón, también contiene mandarina, naranja tangerina y clavo; las notas de corazón son té, jazmín, rosa, pimienta y clavel; las notas de fondo son madera de ciprés hinoki, cedro, almizcle y musgo. Y es el aroma por el que más me reconoce la gente, algo normal, llevo quince años aplicándolo la mayoría de mis días, y es cuando me siento más yo. De hecho, es un regalo que mi marido me hace cada año desde hace 18 que llevamos juntos, una referencia clara de que es el perfume que le gusta que lleve, indirectas como las de Shakira (75 euros).

Bergamota y jazmín

Y pese a que llevo veintitrés años de relación estable con esta creación de Loewe, a medida que me adentré en el mundo del perfume, descubrí joyas que siguen en mi vida. El segundo en el ranking de más años en mi neceser es una de esas 'eau de toilette' que son capaces de cambiar tu estado de ánimo con un par de pssst. Se llama Eau d'Hadrien y es de la afamada perfumista parisina Annick Goutal. Si eres una amante de los rincones con alma, te recomiendo fervientemente que si vas a París te acerques a su boutique cerca de los Campos Elíseos. Es la historia de una pasión que debe ser conocida, la de una exmodelo que se adentró en la vida de los perfumes y creó una firma nicho única. Sus perfumes hablan. Este, por ejemplo, representa el amor de la creadora por la Toscana italiana; es fresca y luminosa, contiene limón de Sicilia, pomelo, sidra y ciprés. Evoca el calor del sol y el frescor de la sombra del limonero.

Frescura cítrica

Otro gran descubrimiento que hice y que va en línea del perfume anterior es uno de Jo Malone, una firma de alta perfumería que cada una de sus tiendas es un paraíso del que es difícil salir. Sus velas son impecables y hasta las cajas de cerillas son un must. Pero si hablamos de aromas, yo me quedo con el divertido coqueteo entre el floral neroli y la deliciosa albahaca de su Eau de Cologne Basil & Neroli. Alegre y fresca, causa en mi carácter el mismo efecto que la anterior.

Albahaca y jazmín

Y para terminar, mi último descubrimiento, que ha pasado a formar parte de mi fondo de armario. La descubrí en un viaje en el Orient Express a Deauville, una población francesa. Una de las Eaux de Chanel, en concreto Biarritz, cítrica con un punto floral, como la población de la que lleva nombre.

Mandarina siciliana y lirio de los valles

Fue una maravilla de viaje, con unas compañeras (amigas) extraordinarias y estaba en un momento feliz la primera vez que me lo presentaron. Quizá todos esos influjos de positividad en el momento de conectar por primera vez con los aromas que te he mencionado han tenido que ver en que hayan hecho que ahora formen parte de mi vida. No lo negaré. Pero, como decíamos al principio, un perfume es una memoria y estas me acompañan.