Esperma de pescado y otros ingredientes raros, ¿vacunas de juventud?

Será porque están rodeados de un ejército de supuestos entendidos que les aconsejan qué ponerse (no solo en la ropa, también en la piel) o porque tienen de todo y necesitan la extravagancia como extra vital; el caso es que no son pocos los famosos que recurren a los componentes extraños y a veces repulsivos para rejuvenecer.

El más sonado de los últimos tiempos es el esperma de salmón que Jennifer Aniston ha reconocido aplicar en su rostro para que esté joven y lozano. Pues bien, tenemos que decir que, en este caso, el líquido seminal del pez no es una excentricidad más, sino que da origen a un procedimiento de medicina estética mínimamente invasivo que parte de una potente investigación científica con resultados eficaces y seguros.

Como ella misma reconoce en una entrevista a 'The Wall Street Journal', se lo recomendó su esteticista, y aunque no tenía mucha expectativa, superó sus reticencias y se animó a probarlo. Está claro que no es el único secreto beauty de la siempre joven actriz de 'Friends' con una piel espléndida 24/7, pero sí el último reconocido con agujas de por medio.

Porque a ver, cuando hablamos de esperma de salmón, no nos referimos a aplicar la secreción del pez en sí, claro está, sino al compuesto que parte del mismo y que es la base de los polinucleótidos, fragmentos de ADN que se extraen de las células germinales (espermatozoides) del pez y después se purifican.

¿Locura o ciencia?

Se aplica mediante infiltraciones con múltiples fines. El más reciente, mejorar la piel, pero desde hace años, con objetivos clínicos: quemaduras, úlceras y cicatrices, debido a su poder regenerador. “Esto dio pie a que se pensase que podrían ser de utilidad para actuar sobre el rejuvenecimiento y reestructuración de la piel y tejidos”, explica el Dr. Jaime Tufet, médico estético y pionero en su uso.

Desde Croma Pharma, laboratorio que comercializa la técnica, aclaran que "lo extraen de pescados controlados, para que no tengan metales y sea lo más puro posible. Después también lo purifican para que el ADN sea idéntico al de todos los seres, por eso el organismo no lo registra como cuerpo extraño". Se recomiendan tres sesiones y después mantenimiento cada dos meses.

Sus mil y una bondades

De regenerar tejidos hemos pasado a parecer más jóvenes, esta es la novedad. Si nos centramos en sus bondades estéticas, los polinucleótidos, también llamados PDRN, permiten mejorar el aspecto cutáneo y la flacidez del rostro, cuello, escote, manos, abdomen o rodillas, e incluso de la zona periocular: las arruguitas alrededor de los ojos y los párpados. Tienen efecto antioxidante, de hidratación y de proliferación de los fibroblastos, los fabricantes del colágeno y elastina que nos aportan turgencia a la piel, y todo sin añadir nada de volumen, así que el resultado es muy natural. De ahí que los llamen “la vacuna de la juventud”.

Otro beneficio: combaten las manchas, porque tienen la capacidad de restablecer la actividad de los melanocitos, lo cual unifica el tono, y también son útiles para combatir la caída del cabello de tipo androgenético. Según la doctora Pérez Sevilla, experta en medicina y cirugía estética e igualmente pionera en el uso de esta técnica, los polinucleótidos son conocidos como el futuro de los inyectables regenerativos.

Más allá de la jeringa

Ya hay marcas como Argentum Apothecary o Kahi que utilizan el curioso ingrediente capaz de fomentar la regeneración celular y restar años a la piel, pero de momento no están haciendo tanto ruido como su alternativa inyectada. En cualquier caso, si estás dudando si animarte a probarlo para emular el cutis de Aniston sentimos decirte que el esperma del salmón no es el único responsable.

A sus prodigiosos 54 años hace yoga, boxeo y tonificación cinco veces por semana y sigue una dieta a base de verdura y fruta orgánica, proteínas y muy poco azúcar o carbohidratos. En esto se asemeja mucho a otros personajes célebres que también se rinden a las supuestas bondades de ingredientes que jamás querrías probar si no llevaran el 'aval celebrity' detrás.

Mascarilla de excrementos

Como lo lees. En concreto, de ruiseñor, que junto a otros ingredientes también 'naturales' como el extracto de salvado de arroz, forma parte de un tratamiento en mascarilla inspirado en los faciales japoneses de las geishas (de ahí que lo llamen “el facial de las geishas”), el cual se elabora en cabina y se aplica tras un ritual de limpieza y exfoliación. Tom Cruise y Victoria Beckham se lo hacen habitualmente, según el 'Daily Mail'. La artífice del procedimiento, Shizuka Bernstein, los realiza en su spa de Nueva York y defiende que las heces de esta ave tienen enzimas capaces de regenerar la piel y limpiarla a fondo.

Placenta de oveja

La marca americana Esthermax ha popularizado una mascarilla en polvo que se mezcla con agua a base de placenta de ovino neozelandés y polvo de oro que al parecer estimula la producción de colágeno para combatir la flacidez a la vez que difumina las arrugas. El cantante Harry Styles es uno de sus fans y se lo hace cada seis semanas para combatir los efectos de los numerosos vuelos (que deshidratan la piel) y los excesos del obligado maquillaje, según ha confesado su médico estético, la Dra. Louise Deschamps.

El caso es que ni los excrementos de ruiseñor ni la placenta ovina han demostrado mediante estudios independientes tener eficacia rejuvenecedora, pero sí el esperma de salmón, origen de los polinucleótidos, o el factor de crecimiento incluido en el Serum Growth Factor Firming&Lifting de Perricone MD: derivado sintéticamente de una de las principales poliaminas, la espermidina, es una réplica de las fórmulas que hay en los seres vivos. La espermidina puede aislarse del esperma, pero también está presente en ostras sustancias e incluso en alimentos como la soja, el germen de trigo, algunas carnes, guisantes o quesos.

Raquel González, cosmetóloga y directora de Perricone MD, confirma que según envejecemos, cada vez producimos menos moléculas de este tipo, lo que afecta negativamente al desarrollo y la inflamación celular, perdemos elasticidad y producimos menos colágeno. El factor de crecimiento se convierte así en un apoyo para que la piel pueda regenerarse.