El eyeliner que salvó un imperio: cómo Victoria Beckham ha convertido un producto de belleza en su tabla de salvación financiera

En el competitivo universo de la belleza existen productos capaces de marcar hitos por sí solos. Ejemplos hay muchos y muy sonados: el mítico Advanced Night Repair de Estée Lauder, que cada pocos segundos encuentra un nuevo comprador en algún rincón del planeta; el labial rojo Ruby Woo de MAC, eterno favorito que sigue agotándose una y otra vez; o la máscara de pestañas Better Than Sex de Too Faced, que ha pasado a convertirse en un fenómeno de culto con cifras mareantes de ventas globales. Estos best sellers no son únicamente cosméticos de éxito: son auténticos motores económicos para sus respectivas casas, capaces de sostener balances y abrir camino a nuevas categorías de producto.

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Siguiendo esa estela, un producto mucho más reciente ha logrado escribir un capítulo inesperado en la historia de la industria de la belleza. Hablamos del Satin Kajal Liner de Victoria Beckham Beauty, el delineador de ojos que, a golpe de trazo sedoso y pigmentación intensa, se ha convertido en el verdadero salvavidas económico del imperio de la diseñadora británica.

No es exagerado: la propia firma asegura que se vende uno cada 30 segundos en todo el mundo, una cifra que lo coloca en la misma liga de los clásicos mencionados y que, además, ha sido clave para enderezar las cuentas de una marca que hasta hace pocos años navegaba en aguas financieras turbulentas.

De Spice Girl a empresaria de lujo

Victoria Beckham lleva más de quince años construyendo una firma de moda con aspiraciones de alta costura. Sin embargo, mantener un sello de autor en el competitivo sector del lujo no es tarea fácil. Durante años, las cifras arrojaban pérdidas y muchos analistas cuestionaban la viabilidad de su proyecto empresarial. El giro estratégico llegó en 2019, cuando decidió diversificar y lanzarse al terreno de la belleza, un universo donde la fidelidad del consumidor y la recurrencia de compra juegan un papel decisivo.

La propia firma asegura que se vende uno cada 30 segundos en todo el mundo, una cifra que lo coloca en la misma liga de los clásicos

Ese movimiento fue el principio de un renacer. En 2024, la compañía registró un incremento del 26% en ingresos, alcanzando más de 112 millones de libras, y gran parte de ese empuje provino del área de belleza, especialmente del citado delineador. Aunque la firma mantiene un pequeño déficit operativo, todo apunta a que la rentabilidad a largo plazo está cada vez más cerca.

El fenómeno del eyeliner

¿Qué tiene de especial este producto para haberse convertido en un fenómeno de ventas? Según los expertos, la respuesta está en la combinación de tres factores: calidad, sencillez y coherencia con la imagen de la propia Victoria. El Satin Kajal Liner ofrece una textura cremosa, de alta fijación y colores favorecedores que van más allá del clásico negro, desde marrones sofisticados hasta tonos verde oliva o burdeos. Además, encarna el estilo personal de la ex Spice Girl, famosa por su mirada intensa y sus maquillajes sobrios pero llenos de carácter.

El eyeliner, por tanto, no es solo un cosmético más, sino una extensión de la identidad de Beckham como icono de estilo. Y en un mercado saturado de novedades semanales, ese sello de autenticidad ha marcado la diferencia.

De la moda a la belleza, y viceversa

El éxito del delineador ha permitido a la compañía reinvertir en otras áreas: desde el lanzamiento de nuevas fragancias y protocolos de cuidado de la piel hasta la expansión internacional de su línea de moda. En 2024, la marca también presentó su primer protocolo de doble limpieza y una fragancia, 21:50 Rêverie, al tiempo que preparaba el debut de su primera base de maquillaje, prevista para este año.

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En paralelo, la división de moda también respira un nuevo aire. Los vestidos de crepé estilo midi y las piezas de gala siguen encabezando las ventas, pero el verdadero impulso ha llegado gracias al músculo financiero que aporta la belleza. En otras palabras: sin el delineador, sería difícil imaginar la misma estabilidad para la marca de ropa.

Un futuro prometedor

Con un nuevo equipo directivo al frente y una hoja de ruta clara, Victoria Beckham Ltd. encara 2025 con optimismo. La previsión es abrir más de 130 puntos de venta mayoristas en mercados clave y consolidar la categoría de belleza como motor de crecimiento.

Aun así, el verdadero símbolo de este cambio de rumbo seguirá siendo ese lápiz de ojos aparentemente sencillo que se ha convertido en objeto de culto. Lo que empezó como un accesorio más en un neceser de maquillaje ha terminado por convertirse en el producto que sostiene un imperio.

Victoria Beckham, la mujer que un día conquistó los escenarios como Posh Spice, hoy demuestra que un trazo de eyeliner puede ser tan poderoso como una canción número uno. Y que, en el universo del lujo, a veces basta con un solo producto estrella para redefinir el futuro de una marca.