No pongas nunca un espejo frente a la puerta del baño: la advertencia del Feng Shui que puede cambiar tu casa

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Colocar un espejo frente a la puerta del baño es una decisión habitual por cuestiones estéticas o de distribución. Sin embargo, Montserrat Beltrán, experta en la materia y divulgadora de Feng Shui en redes sociales, desaconseja esta posición concreta. A través de un reel en Instagram, ha explicado por qué puede resultar contraproducente y qué soluciones propone si ya está instalado.

“No se aconseja que un espejo esté justo frente a la puerta de entrada”, afirma con claridad. Esta configuración, según explica, no es la más adecuada en términos de armonía dentro del hogar. Aun así, insiste en que no hay que obsesionarse. “Si tú llegas a un baño que ya está construido y tienes el espejo ahí, pues no pasa nada. Lo único que tienes que hacer es cerrar la puerta cada vez que salgas y ya está. La puerta del baño siempre cerrada”.

Para quienes estén reformando o construyendo su baño desde cero, ofrece una alternativa sencilla: “Trata de que el espejo esté, como por ejemplo, aquí en un lado, en la pared lateral”. Es una recomendación práctica, fácil de aplicar y, sobre todo, alejada de cualquier dogmatismo. De hecho, la propia experta anima a no dramatizar: “Vale, tienes una cosa que no está bien, pero no te obsesiones. Ve al resto de cosas que sí podrías mejorar”.

Entre esas otras cosas, menciona por ejemplo la utilidad de tener un reloj en el baño. “Por supuesto. Es algo que va bien porque tú estás en el baño dándote el baño o duchándote o arreglándote o lo que sea. Y se te puede ir la hora”. En su caso, no tiene uno fijo, pero suele dejar su reloj de muñeca “encima del lavamanos”.

También dedica atención a un punto clave: la tapa del inodoro. “Siempre tiene que estar bajada”, señala, y explica que este pequeño gesto puede contribuir al bienestar de todos los que viven en casa. ¿Y si cuesta que los demás lo adopten? “Las cosas no se deben imponer”, aclara. En su lugar, propone recurrir a recursos afectivos: “Proponiéndoles juegos, proponiéndoles algo a cambio. No se trata de chantaje, pero sí jugar con los sentimientos de las otras personas. En el fondo, va a repercutir en todos los que vivís ahí”.

Con mensajes prácticos, tono cercano y sin imponer normas rígidas, Montserrat Beltrán apuesta por aplicar el Feng Shui desde la sensatez cotidiana: observando, ajustando lo posible y, sobre todo, conviviendo en armonía.