Los looks de Raffaella Carrà que cambiaron la historia de la moda, del top a las lentejuelas

“Cuando una artista perdura a través de las décadas e incluso de los siglos y nos llega al corazón, cuando generación tras generación se escucha, se lee y se siente a ese artista, seguramente sea porque ha creado algo diferente. Raffaella Carrà, siendo alguien que gusta a muchísima gente, logró conectar con muchas generaciones y siguió haciéndolo en un momento en el que las mujeres no teníamos todas las libertades que tenemos ahora. Fue transgresora con su peinado, con su forma de vestir y luego nos divirtió. Todo eso junto crea a Raffaella Carrà”. Con estas palabras explicaba Cristina Rodríguez, encargada del estilismo de la película ‘Explota, Explota’, la importancia de la figura de la diva italiana, que acaba de fallecer a los 78 años. Su compañero y expareja, Sergio Japino, ha sido el encargado de dar la triste noticia a la agencia de noticias italiana Ansa: "Raffaella nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor en el que su humanidad, su carcajada inconfundible y su talento extraordinario brillarán para siempre".

Raffaella hizo no solo de su armario, sino de su música, un canto a la libertad en el que no faltaban odas al adulterio, a la masturbación femenina y a la homosexualidad. Sin lugar a dudas, fue una adelantada a su tiempo, por lo que Maria Raffaella Roberta Pelloni, que por cierto era su nombre real, no pudo tener un apellido de pega más apropiado que Carrà. Sí, como el pintor futurista, pues si alguien ha mirado hacia el futuro siempre, ese alguien ha sido la inolvidable e icónica Raffaella.

Ahora que los crop tops ocupan las calles y las redes sociales, no podemos olvidar que Raffaella era conocida como 'el ombligo de Italia', pues se convirtió en la primera mujer en enseñarlo en la televisión pública. Lo hizo en 1970, en el programa italiano 'Canzonissima', cuando lució un dos piezas diseñado por Enrico Rufini, con el que no nos extrañaría ver actuar hoy a Dua Lipa.

Su top corto fue el que le valió ese cariñoso y divertido mote y el que se convertiría en parte de su sello personal, en cuya construcción han intervenido tres diseñadores: Corrado Colabucci, Luca Sabatelli (al que confesaba haber sonrojado en más de una ocasión al querer dejar al descubierto algo más que su ombligo con alguno de sus looks) y al sastre Gabriele Mayer.

Monos de pantalones palazzo con aplicaciones brillantes y sujetadores a la vista que harían al vestuario de Rosalía parecer comedido, bailes con más perreos que los que despierta sobre la pista de baile Omar Montes y una melena destinada a convertirse en parte de la cultura pop dieron forma al look Raffaella Carrà. Su tonificada silueta la convirtió también en un referente de cómo llevar looks que se escapaban del aerobic casero, pues ella lucía bodis sobre el escenario con los que presumir de sus interminables piernas y sobresaltar a la audencia más comedida.

El Vaticano, que encontró en sus looks y en el baile del 'Tuca Tuca' dos signos de provocación excesiva, quiso censurar a la diva, aunque finalmente entró en razón. Tan llamativo y alabado fue su vestuario que contó con una exposición propia en 2018, cuando para celebrar el 75 cumpleaños de Raffaella, Altaroma organizó 'Conoclasti. Lo stile di Raffaella Carrà nell’opera di costumisti e stilisti'.

La muestra recorría algunos de los más conocidos diseños con los que la estrella italiana revolucionó el mundo de la moda. Más de cuatrocientos looks procedentes de los almacenes de la RAI y que formaban parte de la colección particular de la propia Carrà fueron los que funcionaron como auténticas obras de arte que fueron expuestos junto a fotografías, fragmentos de programas de televisión, bocetos y videoclips de la cantante.

Consciente de la espectacularidad de su armario y del fervor que siempre ha desatado, confesaba disfrutar de sus exagerados (y no ajenos a la ironía) looks durante sus actuaciones, pero ser “mucho más sencilla” en su vida alejada de los escenarios. Al echar la vista y ver imágenes de la exposición, resulta imposible no ver los outfits de la cantante y no recordar algunos de los diseños lucidos por iconos del pop de la talla de Lady Gaga y Jennifer Lopez.

Su vestuario estaba pensado para reflejar la libertad a la que cantaban sus canciones mientras que sus bailes reforzaban sus mensajes haciendo oídos sordos a los que querían censurar sus movimientos y sus palabras.

“Llevaba trajes impensables, con sentido del humor diría yo. Y además cómodos, para poder bailar”, confesaba al diario latinoamericano 'El Popular'. En la España de finales de los 70 se atrevió a defender la libertad sexual, se declaró feminista y aseguró votar al partido comunista. Lo sabemos: ver a Lady Gaga lucir un vestido compuesto por chuletones es impactante, pero al recordar que Raffaella rompía moldes e ignoraba la censura sin pedir disculpas con sus palabras, movimientos y looks, cualquier chuletón nos sabe a poco. Lo sentimos, Lady Gaga. Adiós, Raffaella: gracias por tanto.