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Jorge Redondo: "En Hollywood diseñan el estilo de las famosas a largo plazo, deberíamos aprender"
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PREMIO L'ORÉAL DE LA 75 EDICIÓN

Jorge Redondo: "En Hollywood diseñan el estilo de las famosas a largo plazo, deberíamos aprender"

Hablamos con el último galardonado como mejor diseñador de la Semana de la Moda madrileña. La moda tiene esperanza, él es un ejemplo de ello

Foto: Jorge Redondo. (Cortesía)
Jorge Redondo. (Cortesía)

A sus 28 años, este cacereño y madrileño de adopción desfiló por primera vez en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid y se llevó el premio al mejor diseñador; de ese momento hace tan solo unos meses. Tan solo una semana antes del segundo desfile de su carrera profesional y con unas expectativas muy altas, recibe a Vanitatis para hablarnos del fulgurante éxito de su marca Redondo Brand.

Si alguien le dijera a aquel chico de 16 años que tenía un blog de desfiles de moda y que cubría las pasarelas internacionales para un medio especializado que tan solo doce años después sería él el que saludaría al final de uno, no se lo hubiera creído. Ese mismo que empezó a escribir por afición, empezó Arquitectura por devoción, hoy es uno de los diseñadores más solicitados de la moda española y tiene fans por doquier. Rompe con muchos estereotipos, el del creador diva estirado e inaccesible, el de la falta de comprensión de los deseos y del cuerpo femenino… y eso es en parte la clave de su situación actual.

¿Qué ha cambiado en Redondo Brand después del premio?

Hemos crecido, ahora somos 13 personas, pero creo que ha sido como muy orgánico y natural. Necesitábamos ya antes este impulso de personal.

Es curioso porque en tus diseños eres un clásico, has afirmado que tu marca es una casa de costura…

O sea, nosotros tenemos líneas muy diferenciadas. Una es la de costura, que es la que presentamos en los desfiles, la más especial que se hace aquí en nuestros talleres, en la calle Velázquez, todo totalmente a mano. El servicio que damos a nuestros clientes de medida. Y luego tenemos la colección de prêt-à-porter, que es mucho más accesible a todo el público, se compra por talla, como cualquier tienda.

¿Y cuál tiene más fans?

En cuanto a facturación, ahora mismo, a día de hoy, el crecimiento de la costura está siendo bastante importante, está ganando terreno. Mi intención no es hacer un taller inmenso, porque a mí me gusta estar en trato directo con todas las clientas y ese es mi límite de cupo de trabajo. Y la parte más cápsula va muy bien desde los inicios, no tengo queja.

Solo tenemos que mirar tres años atrás para ver dónde empezó todo...

Nacimos en 2019 y cuando cumplimos el primer aniversario nos confinan, entonces ha sido un poco complicado de gestionar y también es una situación muy compleja a todos los niveles. Tienes una empresa de fiestas en un momento que se está muriendo mucha gente, pero tú tienes que seguir… Ha sido complicado, la verdad.

¿Y ahora también hacéis muchos vestidos de novia además de invitadas, que ha sido vuestra especialidad?

Empezamos haciendo más invitada que novia, porque es verdad que creo que tienen que ir viendo tu trabajo y es lo que nos ha sucedido. Van viendo nuestros diseños en novias, en fotos que vamos publicando, en redes y demás, y se están animando. Al principio presentamos un estilo muy transgresor y quizá a las más sobrias les daba un poco más de miedo. Ahora están viendo que también hacemos trajes más contenidos, con algún detalle especial, y está viniendo ese público que antes no teníamos.

¿Qué te gusta más?

Me divierte la novia que quiere algo especial, y mi especialidad sin duda son las invitadas, pero porque es parte de mi personalidad puesto que yo soy muy de color, de mezclas, de colores.

Si venimos a tu taller, ¿qué tipo de mujer nos encontraremos esperando a que la recibas en el sofá de la entrada?

Tengo una clientela tan tan diferente. Es algo que me encanta, porque para mí la identidad de la marca siempre quise que fuera esa. Creo que en el mundo en el que estamos ya está muy manida la marca que quiere ser para un único tipo de mujer. Quiero que un día entre una persona de la alta sociedad de Madrid o de cualquier ciudad de España y al día siguiente sea una cantante trap. Me gusta vestir a esas personas que valen en su ámbito de trabajo.

Es la filosofía de la campaña con la que lanzaste la marca…

No soporto el clasismo dentro de la ropa. Lo que me gusta, y creo que eso se ve reflejado, es que tengo clientas más conservadoras y clientas modernas.

En un momento en el que la moda se replantea su formato, su logística, en medio de esta crisis de suministros que estamos viviendo, ¿dónde produce Redondo?

Todo aquí, en la Comunidad de Madrid, y tenemos talleres también en Castilla-La Mancha, Ciudad Real, Toledo… Pero hacemos moda de proximidad. Con la pandemia que hemos vivido ha habido algo positivo y negativo. Antes, todo se iba a Asia. Ahora como el fuel está tan carísimo, la logística está imposible, hay demoras; eso está exigiendo un cambio de paradigma que favorece a los países. Porque aproximarte significa que el taller empieza a crecer, otros ven oportunidades, empiezan a abrir. El petróleo ha subido muchísimo y luego, por ejemplo, nosotros algún elemento que hemos traído de Asia es un parto. Cuando antes conseguías un barco de un día para otro, ahora son 15 días de espera. El grupo Inditex, uno de los grupos más importantes, están trasladando mucha producción aquí y a países cercanos, como puede ser Portugal o Marruecos, algo más cercano, y lo que hacen ellos tiene mucha relevancia para todo el sector.

En sus primeros diseños, la tafeta y el volumen hablaban de la firma, eran una metáfora del nombre de la marca, hoy Jorge incorpora nuevos elementos y reduce esas señas, que aunque son parte de su ADN, entiende que deben ir evolucionando. Las clientas iban buscando la 'redondez' en sus patrones, pero ahora los tiempos están cambiando. El volumen pasa a un segundo lugar, apuesta por siluetas mucho más lánguidas. “Es verdad que a mí el volumen, en el sentido más simple, me empieza a aburrir un poco, porque lo he visto en todos sitios, ya no solo en marcas que desfilan o en marcas internacionales, sino en low cost, en la moda rápida. Entonces, creo que cuando tú vendes algo más especial, te tienes que salir un poco de lo habitual, de eso”, arguye. Mientras nos cuenta en qué se inspira, en cómo cada temporada elige a sus musas para componer una historia.

¿Qué mujer está tras la historia de esta nueva colección que vas a presentar en la pasarela?

En este caso, Sophia Loren. He investigado, me he documentado, con toda su trayectoria, he descargado todas sus apariciones públicas y me di cuenta de que me gustaba el 95% de las prendas que ha llevado. De ahí, desarrollo un ejercicio para entender lo que a ella le gustaba para hacerle una nueva propuesta. Reinterpretamos y pensamos qué le gustaría llevar ahora. Como si se hiciera un armario que creemos que encajaría, llevándolo también a un tiempo actual, a un público amplio, desde jóvenes hasta mayores.

¿Y en la colección prêt-à-porter trabajas igual?

No lo hacemos así, en otra serie hemos de hacer un poco el ejercicio contrario, que es ir a la feria, comprar tejidos que nos gustan mucho y con los tejidos ver qué vestido funciona bien, pero hacemos un poco al revés.

Leí en una entrevista que compartes proveedores con los grandes.

Algunos son los mismos que Valentino u Oscar de la Renta, este año compartimos un proveedor con Rodarte, pero es que al final no hay tantos a este nivel en el mundo, y muchos se comparten y casi todos sirven a todas las buenas firmas. Los lisos los compramos en España, pero los estampados y bordados en Francia e Italia, que son los reyes de estas especialidades. Desde el primer momento tuve una idea clara: que si hacía un desfile, quería poner la mejor tela. Y si no, no lo haré. Para mí, la calidad y estar orgulloso de lo que presentamos es fundamental, y no estoy atado a hacerlo cada año. Si quiero hacer una obra en el atelier o quiero comprarme cinco máquinas nuevas más, destinaría mi presupuesto ahí y no haría el desfile, pero nunca haré una presentación con tejidos que no estén a la altura de lo que para mí es una costura. Esta temporada todo son fibras naturales, a excepción de algunos acabados laminados que llevan capas de plástico y tal. El desfile lo requiere.

En una época en que la moda habla un lenguaje más pragmático, tu historia sigue sabiendo a sueño…

Es mi seña de identidad. El desfile para mí es para soñar y ayer tuvimos un fitting de los importantes, pues de repente veo que se materializa. Que compramos un tejido que era una locura con millones de piedras pequeñitas bordadas. Cuando ayer vi el vestido, era lo que yo quería. No pretendo que una clienta venga y lo note, probablemente haya muchas que no sepan diferenciar un tejido bueno de uno malo, pero yo no lo hago por eso, lo hago por mí, por que me guste. Quiero estar orgulloso cuando mi trabajo esté colgado en un perchero junto a un Chanel o un Dior. Eso es ser libre para mí, hacer lo que me da la gana, bien. Tengo la seguridad de que tengo un equipo maravilloso y compro tejidos extraordinarios. Si me lo piden para Hollywood, estaré seguro. Estoy en ese momento.

¿Y dónde te has formado?

Soy autodidacta, mis estudios de cuatro años de Arquitectura me han ayudado, pero llevo más de 13 años viendo todos los desfiles que existen en el mundo. La mayoría de mis fines de semana, viernes, por la noche, por la mañana… Duermo muy poco. Me levanto muy pronto. Hay días que solo duermo cuatro horas y aprovecho mucho el tiempo. Pero es que nunca me canso y no tomo café.

Algo bueno en esta época de tanto trabajo… ¿Estás estresado?

Tengo fatal las cervicales, pero es en parte porque ahora tenemos un pico de trabajo increíble. Chutamos ahora la campaña en Nápoles, desfilamos, fittings... Voy a hacer una fiesta, Villa Redondo, para agradecer a todos los que nos apoyan.

¿Quién te gustaría que llevara tu etiqueta?

Son tantas personas, desde Olivia Palermo a Nicole Kidman, Lady Gaga… Como ves, perfiles muy diferentes y eso me divierte también. Pero Hollywood me atrae mucho en el sentido de que pienso que le dan mucha importancia al look, creo que de una forma diferente que aquí. Construyen una imagen a largo plazo, es otra historia, no va de un vestido para un día; se trata de la construcción del trabajo de una estilista, de un compromiso… Creo que aquí lo llevamos peor. Una actriz es una actriz. No tiene por qué saber todo lo último de toda la pasarela, pero si tienes un equipo bueno, te asesoran. En España no tenemos todavía esa estructura y opina mucha gente, la discográfica, la compañía de cine... Es más complejo, pero sin volvernos locos, hay que tener claro el nivel de ‘dificultad' de nuestro sector. Nuestro trabajo es bonito, público, porque al final vistes a estrellas de España, o de fuera… pero somos prescindibles en la cadena. Una persona sin un médico no puede vivir, sin un bombero, sin un policía... No salvamos vidas.

Un enfoque muy realista… Pero en un momento crítico para la moda, ¿cómo hacemos para darle su espacio?

El propio sector no le damos valor a nuestra Fashion Week, no le damos la importancia que se merece, deberíamos bloquear los días de los desfiles y no lanzarnos a hacer eventos o sesiones de fotos de revistas. Si nosotros mismos no le damos a la moda la relevancia que merece, ¿quién lo hará? Y hay que darle esa relevancia porque los desfiles no son baratos. Depende de cómo lo quieras realizar, pero es mucho esfuerzo. Sabes que la mayoría de diseñadores, desgraciadamente en lo empresarial, no tienen una estructura sólida y eso es complejo. Encima Ifema te lo pone muy fácil y hay un equipazo detrás. Somos unos afortunados porque si fuéramos de forma individual, la mayoría de marcas no podríamos pagarlo. Acabo de venir de hacer la prueba de maquillaje y peluquería esta mañana y es que tenemos a los mejores del mercado español, es una pasada. Debemos repensar para ver cómo mejorar el sistema y darle el valor que merece.

De todos los momentos que ha vivido tu marca hasta el momento, ¿con cuál te quedas? ¿El del primer desfile?

El momento más especial fue vestir a Naty Abascal, en todas las entrevistas que me han hecho lo decía y yo pensaba que era una persona muy inaccesible, alguien muy alejado de mi entorno. Y ella, siempre tan fiel a su Valentino, a Oscar de la Renta, a su maravilloso armario, me parecía un hito difícil de alcanzar. El día que me llaman porque Naty quiere venir al taller fue muy importante. Nunca se me olvidará. Estuvimos trabajando hasta las mil el día del evento porque quería más volantes, yo acababa de llegar de Dubái y cuando la vi en la fiesta en Sevilla, en el photocall, me emocioné. Creo que le dio mucho valor a la marca, que alguien como ella crea en nosotros, un icono de verdad.

Eres de los pocos que no ha vestido a la Reina…

Soy una persona hipermonárquica. En mi casa tenemos una estantería muy grande y hay una foto de ellos. Desde pequeños, en casa, hemos visto el discurso del Rey, era sagrado, todo el mundo sentado. Sería un hito más a nivel sentimental que como marca, aunque obviamente sería un antes y un después. Rocé el privilegio cuando llevó un bolso de la marca que creé hace unos años, Tita Madrid. Y siempre digo que fue uno de los más felices de mi vida. Pero no solo por la trascendencia, por lo que supuso para mi familia, a nivel personal. Considero que es nuestro escaparate más importante en España y a nivel internacional, pero bueno, no sé, a mí me haría muchísima ilusión.

¿Siguen los mismos a tu lado que al principio?

Soy una persona que tiene bastantes amigos, tampoco excesivos, pero muy buenos. Mi padre, mi madre, mi hermano y yo nos vinimos a Madrid. Nosotros aquí no hemos tenido nunca familia. Así que enseguida mi familia se construyó alrededor de mis amigos. Si mañana necesito llevar una muestra de tela, yo sé que alguno me ayudará, lo sé. Tengo esa suerte. Los considero hermanos y me acompañan desde el principio, desde los tres años cuando los conocí en el colegio. Hay gente que se ha descolgado por diferentes motivos. Además tengo un carácter que me permite relativizar en las relaciones profesionales y personales, no me importa nada que de repente una celebrity se ponga las dos galas seguidas algo mío y una tercera se ponga otra cosa. Es más, lo entiendo y me parece que es como tiene que ser. No me importa nada si una famosa me ‘planta’ en el último momento, creo que al haber vivido en los 360 grados -he sido empresario, periodista...-, ves que en este negocio todo puede pasar.

LA PERSONA TRAS EL CREADOR

 

¿Qué haces en tu tiempo libre?

Ahora mismo estar con mis amigos casi siempre. Sí.

¿Qué música escuchas?

Escucho mucho pop. Y cuando trabajo aquí, me encanta música clásica. Suena como muy tópico, pero es verdad.

Si tuvieras que diseñar bajo el apellido de algún diseñador…

Hoy en día, Valentino. Me gusta mucho su trabajo. El de ahora me apasiona y contar con la herencia de Garavani sería un sueño.

¿Tus restaurantes favoritos?

Filandón, me encanta salir del centro, más esta época que estoy estresado, pero también me gustan urbanitas como Bacán, un mexicano o Roostiq, que está en Augusto Figueroa. Me encanta salir a cenar. Es mi plan.

¿Dónde compra un diseñador su ropa?

Pues mira, hace unos años, cuando empecé también a trabajar, que iba a  tener taller, me puse a valorar. Replanteé mi armario totalmente. Antes compraba muchísima ropa en moda rápida y ahora prefiero comprar prendas de calidad. Me gusta mucho Isabel Marant, por ejemplo. Soy bastante sobrio: azul marino, blanco, beis y gris en mis paletas. Busco calidad.

¿Tu perfume?

Aqua di Gio, de Armani.

¿Vino blanco o rosado?

Mar de Frades.

Una tienda de decoración.

LA Studio.

A sus 28 años, este cacereño y madrileño de adopción desfiló por primera vez en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid y se llevó el premio al mejor diseñador; de ese momento hace tan solo unos meses. Tan solo una semana antes del segundo desfile de su carrera profesional y con unas expectativas muy altas, recibe a Vanitatis para hablarnos del fulgurante éxito de su marca Redondo Brand.

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