Victoria Beckham inicia su propia revolución sexy en su primer desfile en París

Victoria Beckham llevaba días anunciando la presentación de su colección S/S23. “I'm so excited”, declaraba (a tres horas del comienzo del desfile a través de su perfil de Instagram) con un vídeo panorámico en el que podía verse el tejado acristalado del Grand Palais y a su derecha, la Torre Eiffel. El debut en París, después de un año difícil para la marca, supone un punto de inflexión simbólico y el reflejo de un cambio de estrategia a nivel interno que también se evidencia en lo estético. De hecho, el fichaje de la española Lara Barrio como directora de diseño (antes en Chloé y Ferragamo) marca el comienzo de esta nueva etapa. Así, la colección no se traiciona así misma, pero deja entrever una clara intención por ser más juvenil. Ella siempre ha declarado diseñar para sí misma, poniéndose a ella (y sus gustos) como ejemplo, pero esta vez parece que piensa más en las novias y mujeres de sus hijos a la hora de configurar un nuevo armario de temporada.

Así, la próxima primavera es claramente más ligera y sexy, alejada de la sastrería oversize que define el ADN de la enseña y sustituida por flecos que aportan movimiento a la silueta, encajes, asimetrías y minivolantes que cruzan el cuerpo en vestidos que podrían ser camisones, con grandes escotes y tejidos que hablan de romanticismo. En este sentido, el claustro del monasterio Val-de-Grâce es testigo de la dicotomía a la que se enfrenta el público asistente.

Por un lado, la sofisticación de la seda en forma de vestidos midi elegantes e impolutos, como recién salidos de una película de los años cuarenta protagonizada por Ingrid Bergman que (estamos seguros) la propia diseñadora no tardará en estrenar; por otro, un duelo dialéctico con siluetas largas, complejas capas, complementos de látex y transparencias que dejan la lencería a la vista. ¿Para qué? Sujetadores y bodies serán carne de best-seller gracias a su esencia minimalista y concisa, transparente, sí, pero tan inocente que auguramos rotura de stock. Y es que algunos looks convierten estas piezas de encaje en protagonistas absolutas. V.B. se personifica en el animal más sexy de la Tierra, incluso son americana (y nada más), a no ser que las medias fuseau computen como prenda y no como accesorio.

TE PUEDE INTERESAR

Por qué las royals aman la marca de Victoria Beckham

Marita Alonso

Dicho esto, la colección más desinhibida de la británica no se define con descaro desbocado. Hablamos de patrones contenidos que muestran cierto gusto por la limpieza de líneas, tejidos femeninos como la gasa (en azul y rosa bebé), el crepé de seda y el encaje en pequeñas dosis. Sabe lo que hace y lo que busca: crear un nuevo paradigma, cambiar las normas de estilo de la generación Z, de exuberancia y descaro a una sutil manera de ver la candidez en lo sugerente.

Aunque la sastrería no es tan protagonista esta vez, tampoco podía olvidarse de ella. Gigi Hadid protagoniza el outfit más esencial de la temporada, con un traje de chaqueta negro recto y perfecto para el fondo de armario más longevo que, además, y en línea con la colección, no necesita nada debajo.

Los accesorios de látex completan la sensación de que una nueva mujer joven y sofisticada nace la próxima primavera portando, eso sí, bolsos de pelo recortado para incorporar un poco de fantasía a tanta realidad.

¿Por qué será que los años noventa no dejan de aparecer en las crónicas de los desfiles?

No hay temporada que no estén más o menos presentes y Victoria Beckham los adora. Así que, como no acostumbramos a verla de corto, la primavera llegará con vestidos mini pegados al cuerpo, a lo Robert Palmer. Y es que no hay mejor definición para esta colección. Simple irresistible.

--