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Faldas largas, ¿por qué todas necesitamos al menos una este invierno?
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Faldas largas, ¿por qué todas necesitamos al menos una este invierno?

Cómodas y tan versátiles que tienen mil caras. La falda llega hasta los tobillos como revelación en el nuevo armario. Descubre las razones (y maneras) de llevarla

Foto: Las faldas son un imprescindible. (Imaxtree)
Las faldas son un imprescindible. (Imaxtree)

Si el verano pasado las minifaldas de los sesenta y el talle bajo de herencia dosmilera se apropiaron del armario, cayendo irremediablemente en un pozo de nostalgia sugerente, fresco y cargado de esperanza pospandémica, este invierno lo vamos a adorar por su forma de convertir nuestros cuerpos en columnas de alabastro, al menos de cintura hacia abajo. Los diseñadores primero, y las firmas de retail después, crean una nueva silueta de moda esta temporada gracias a las faldas largas. Están en todas partes y ciertos códigos compartidos llenan de intención y refuerzan la tendencia, haciendo que nos veamos arrastradas por su efecto imán.

placeholder Carolina Herrera. (Imaxtree)
Carolina Herrera. (Imaxtree)

El largo midi, ese que tantas alegrías ha dado a nuestro armario la última década, se renueva esta vez añadiendo centímetros de tela, concretamente hasta el tobillo y más allá; rectas o con su pizca de vuelo, cada una, desde Dior a Altuzarra pasando por Versace, Etro y Erdem, encuentran un lugar propio; el talle bajo es un hecho que seguirá presente este invierno. Así, aprovechando la estela que dejó Britney Spears y que hemos contemplado con curiosidad la pasada temporada en pantalones y minifaldas 'college', el lujo mantiene la inercia del efecto 2000 atribuidos también a esta nueva prenda estrella. ¿Cómo cambia nuestro armario con esta nueva incorporación?

Liberadas de las restricciones de la pandemia, el mundo sigue girando en un intento por encontrar un nuevo equilibrio y, en cuestiones de estilo, las faldas largas, pero también el pantalón cargo, nos preparan más para las nuevas batallas que hay que librar. Calidez, comodidad y versatilidad hacen que se disputen el podio de las piezas clave para el mejor armario de invierno.

Tableada, el nuevo college

Decía Coco Chanel que “el lujo debe ser cómodo, de lo contrario no es lujo”. Como si Alessandro Dell'Acqua se apropiara de esta frase, el italiano sigue apostando por su particular representación de la sensualidad que, aunque a menudo enseña piel, no es condición 'sine qua non' para lograrlo. Una falda tableada hasta el suelo, cómoda y cálida, hace trascender el estilo 'college' hasta convertirla en una buena fórmula para todos los días. Con botas y minipull de lana podrías incluso hacer un homenaje al grunge.

placeholder Alessandro Dell'Acqua. (Imaxtree)
Alessandro Dell'Acqua. (Imaxtree)

Sirenas en la noche

Las apuestas más ceñidas, esas que esculpen la silueta como si fuera una columna y que asumen el talle bajo como algo ya instalado, se reservan para las noches. La generación Z se debate entre dos estilos muy distintos con la misma línea: ¿Versace osado y sexy en clave nude con un gran abrigo que contrarreste la temperatura?

placeholder Versace. (Imaxtree)
Versace. (Imaxtree)


¿O una falda propia de las sirenas de Altuzarra, declinándose hacia un sexy más refinado?

placeholder Altuzarra. (Imaxtree)
Altuzarra. (Imaxtree)

Con camisa blanca

Olvida la máxima de que las noches más elegantes y el dress code más formal solo se puede cumplir con un vestido o un esmoquin masculino. Apostar por una falda larga de fiesta (con flecos, lentejuelas o tejidos de factura exquisita) y completarlo con camisa blanca -Erdem dixit- es un éxito asegurado (que se lo digan a Carolina Herrera, promotora original de esta combinación que Wes Gordon no deja de incluir cada temporada).

placeholder Erdem. (Imaxtree)
Erdem. (Imaxtree)

Una chispa de vuelo

Maria Grazia Chiuri es conocedora de la necesidad de un armario que acompañe nuestras vidas inquietas, pero se resiste a renunciar a la feminidad inherente de los códigos de Dior. Por eso, incluye capuchas e interiores acolchados a las nuevas versiones de la chaqueta Bar y las combina con faldas asimétricas con vuelo, tan cómodas que ya las vemos en cualquier escena cotidiana. Imagínatelo en la oficina, como una fórmula para renovar el clásico traje sastre, símbolo del power dressing, con botas de cordones o salones de fiesta.

placeholder Dior. (Imaxtree)
Dior. (Imaxtree)

Las primeras de la calle, en clave denim

Gigi Hadid o Nina Sandbech son las dos caras de una tendencia que, de la mano del denim, es ya un hecho consumado. Talle bajo (una vez más) o en una versión mucho más apta para el día a día, la cuestión no es solo su silueta, sino cómo llevarla. Pues bien, el denim+denim no pierde vigencia.

placeholder Gigi Hadid. (Getty)
Gigi Hadid. (Getty)

Cómodas, femeninas y con mil y una personalidades, la largura es proporcional a su omnipresencia este otoño.

Si el verano pasado las minifaldas de los sesenta y el talle bajo de herencia dosmilera se apropiaron del armario, cayendo irremediablemente en un pozo de nostalgia sugerente, fresco y cargado de esperanza pospandémica, este invierno lo vamos a adorar por su forma de convertir nuestros cuerpos en columnas de alabastro, al menos de cintura hacia abajo. Los diseñadores primero, y las firmas de retail después, crean una nueva silueta de moda esta temporada gracias a las faldas largas. Están en todas partes y ciertos códigos compartidos llenan de intención y refuerzan la tendencia, haciendo que nos veamos arrastradas por su efecto imán.

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